martes, 29 de diciembre de 2020

La resurrección de la cuaga

 La cuaga o quagga fue un tipo de cebra que podía encontrarse al sur del río Orange, en el extremo más meridional del continente africano, hasta las últimas décadas del siglo XIX. En la actualidad existen tres especies de cebra: la cebra de Grevy (Equus grevyi), la cebra de montaña (E. zebra) y la cebra de llanura (E. quagga). Aunque se clasifican como especies separadas, todas ellas muestran (con pequeñas diferencias) un patrón muy similar de coloración, caracterizado por numerosas bandas de color negro sobre un fondo blanco que recorren su cuerpo desde el hocico hasta la cola. Sin embargo, la cuaga era bien diferenciable del resto de cebras en cuanto a su coloración. Mostraba un pelaje pardo rojizo con el abdomen y las patas de color blanco. Las bandas negras desaparecían en el lomo y en los cuartos traseros del animal, estando sólo presentes en la cara, el cuello, los costados y las crines. Parece haber tenido un alto grado de polimorfismo, con una variación que iba desde individuos prácticamente sin bandas, hasta ejemplares con un patrón de rayas similar al de las poblaciones más meridionales de la cebra de Burchell, una variedad de la cebra de llanura en la que las bandas desaparecen sólo de las extremidades. En cualquier caso, se piensa que la especial coloración de la cuaga respondía a una adaptación a los pastos amarillentos de las sabanas secas y abiertas que habitaba. 

La posición taxonómica de la cuaga fue durante mucho tiempo controvertida, debatiéndose acerca de si se trata de una especie o por el contrario debe ser considerada una variedad de cebra de llanura. Inicialmente, en 1778, fue clasificada como especie separada (Equus quagga) por el naturalista Pieter Boddaert. Otros autores la relacionaron con la cebra de montaña, incluso algunos llegaron a afirmar que la cuaga era un caballo. Este hecho pudo ser debido a que varios taxidermistas utilizaron cráneos de estos animales o de asnos a la hora de montar ejemplares de cuaga para su exposición y su posterior análisis por taxónomos dio lugar a la confusión. 

Representación artística de una quagga por Nicolás Marechal. Obra de 1793 (fuente).

Desde mediados del siglo XVII numerosos colonos principalmente de origen neerlandés, aunque también procedentes de Alemania y Francia se fueron asentando en Sudáfrica. Este hecho, sería a la postre decisivo en el devenir de la cuaga, que sufrió una caza indiscriminada por parte de estas poblaciones europeas y que culminó con la total desaparición del animal en estado salvaje durante las últimas décadas del siglo XIX. La cuaga era cazada fundamentalmente por su carne, por su piel y también para eliminar la competencia que ejercía sobre los pastos fuente de alimento para el ganado de los colonos. La limitada distribución geográfica del animal contribuyó a acelerar su desaparición, de tal manera que en la década de 1850 ya no se la podía encontrar en buena parte de su territorio original. La muerte del último ejemplar conocido en estado salvaje data de 1878. 

Algunas cuagas fueron capturadas y enviadas a Europa para su exhibición en parques zoológicos, como el de Londres, donde vivió un ejemplar hasta su muerte en 1872 o el de Berlín, que acogería una de estas cebras hasta el año 1875. El animal del zoo de Londres es el único del que se conservan fotografías en la actualidad. La última cuaga conocida fue una hembra que murió en el zoo de Amsterdam en Agosto de 1883, después de vivir en él durante 16 años. La causa de la muerte no fue registrada. 

Imagen de la única cuaga fotografiada en vida y que vivió en el zoo de Londres hasta 1872. Foto de Frederick York (fuente).

Probablemente, el primero en sugerir que la cuaga era una subespecie de la cebra de llanura fue Pocock en 1902, cuando el animal ya se encontraba extinto. El hecho de que la cuaga fuese descrita como especie antes que la propia cebra de llanura añadió incertidumbre al debate.

El estatus taxonómico del animal siguió sin resolverse definitivamente durante mucho tiempo, hasta que a finales de la década de 1960 aparece en escena el naturalista alemán Reinhold Rau, quien estaba convencido de que la cuaga no había sido una especie en sí misma, sino una variedad de la cebra de llanura y por eso podía ser traída de vuelta desde la extinción. Durante aquellos años, Rau recolectó muestras de tejidos de varios especímenes de cuaga expuestos en museos alrededor del mundo para enviárselos un tiempo después a Russel Higuchi, del laboratorio de evolución molecular de la Universidad de California en Berkeley. Higuchi clonó y secuenció fragmentos del ADN mitocondrial de dichos tejidos y lo comparó con el de la cebra de montaña y la de llanura, obteniendo como resultado que era idéntico al de esta última especie. Un estudio inmunológico llevado a cabo por Lowenstein (también en los años 80) en San Francisco, arrojó exactamente los mismos resultados. Por si esto fuera poco, un estudio más exhaustivo de secuenciación del ADN de 13 especímenes pertenecientes a distintos museos llevado a cabo en 2005, confirmó definitivamente que la cuaga descendía de una población aislada de la cebra de llanura probablemente en el Pleistoceno, hace entre 120.000 y 290.000 años. La población se adaptó a vivir en un entorno distinto al habitual y ese aislamiento dio lugar a una nueva subespecie muy diferente de las demás en el color del pelaje. Desde entonces, es ampliamente aceptada la designación de la cebra de llanura con el nombre Equus quagga, usándose para designar a la cuaga el nombre E. q. quagga. Es de interés aclarar en este punto que la palabra quagga proviene del vocablo hotentote utilizado por este pueblo para describir onomatopéyicamente el sonido característico emitido por las cebras de llanura. 

Los resultados de todos estos estudios avalaban la hipótesis de Rau de la posible "resurrección" de la cuaga mediante un programa de cría. Al tratarse de una subespecie de la cebra de llanura, los genes que proporcionaban el característico color del pelaje de las cuagas podrían aflorar y manifestarse de nuevo si se seleccionaban y cruzaban entre sí los individuos adecuados. De esta manera, en 1987 echó a andar el ambicioso proyecto del taxónomo alemán para traer de vuelta a un animal extinto un siglo atrás. Nacía el llamado "Proyecto Quagga". 


Para echar a andar el proyecto, el primer paso fue establecer en 1986 un comité de expertos formado por zoólogos, veterinarios, personal de museo y biólogos moleculares. Diecinueve cebras de llanura fueron seleccionadas procedentes del Parque Nacional Etosha y varias reservas de Sudáfrica y fueron establecidas en un recinto en Vrolijkheid (provincia del Cabo Occidental, Sudáfrica). Fueron elegidas debido a que mostraban una notable reducción del número de bandas en la parte posterior del cuerpo, o bien un tono más oscuro del pelaje. Dieciocho de las diecinueve cebras iniciales produjeron descendencia. El primer potro nació en 1988. La manada fue creciendo y los ejemplares fueron distribuidos por diferentes granjas de cría, intentando siempre hacer los agrupamientos idóneos. Aquellos descendientes con un mayor número de rayas fueron apartados del programa. 

El proyecto quagga es único en el mundo, ya que no se trata de una manipulación genética, sino de un programa selectivo de cría para revivir a un animal que se encontraba extinto. Al comienzo del proyecto, sus promotores calcularon que empezarían a ver los resultados en la cuarta generación de cría. Sin embargo, los potros nacidos en la tercera generación (hacia el año 2005) ya mostraban un aspecto muy parecido a las cuagas exhibidas en museos. La reducción de bandas en la parte posterior del cuerpo y en las extremidades es evidente. Por otro lado, el oscurecimiento del pelaje está llevando más tiempo, pero se ha observado que aquellos ejemplares que tienen un número de bandas más reducido también oscurecen el color de fondo de su pelaje en algún tono. La notable reducción del número de rayas respecto a la generación inicial del proyecto en unas pocas generaciones supone variaciones significativas ya sea en los genes implicados en el color del pelaje o en las regiones genómicas que controlan la expresión de dichos genes. La correlación observada en los individuos entre el número de franjas en el cuerpo y en las extremidades hace pensar a los científicos que un sólo gen es responsable (al menos primariamente) del número de bandas en estas partes del cuerpo. La amplia variación mostrada entre individuos para este carácter sugiere que ese gen (o su región de control) es multialélico, siendo la mayoría de individuos de la población heterocigotos para dichos alelos.

Sello postal de Tanzania con la imagen de la cuaga (fuente).

Sin embargo, el proyecto de recuperación de la cuaga también tiene sus detractores. Algunos conservacionistas creen que a pesar de que los animales que se están criando tienen el patrón de coloración de la cuaga, no es correcto referirse a ellos como cuagas, ya que no poseen otros caracteres de adaptación a su entorno (visibles externamente o no) que pueden haber poseído las verdaderas cuagas extintas y que las distinguían aún más del resto de las cebras de llanura. Los científicos implicados en el proyecto quagga, afirman que al no conocerse otros caracteres que distinguieran a estas cebras del resto de cebras de llanura a parte del color de su pelaje, está justificado afirmar que los animales criados por el programa son verdaderas cuagas.

El proyecto quagga ha atraído la atención de numerosos turistas que se acercan a la provincia sudafricana de El Cabo Occidental para observar a estos animales, los cuales se encuentran accesibles al público en las diferentes localidades de cría. El objetivo ahora es liberar juntos a los animales criados en una reserva nacional lejos del contacto con otros tipos de cebras para evitar perder el trabajo de cría selectiva llevado a cabo durante más de treinta años.


Más información sobre la cuaga:

Web oficial del "Proyecto Quagga"

Información sobre Reinhold Rau

Galería con fotos de ejemplares criados por el proyecto

Vídeo con subtítulos en inglés sobre el proyecto quagga

https://animaldiversity.org/accounts/Equus_quagga/

https://prehistorico.fandom.com/es/wiki/Equus_quagga_quagga#Declive_y_extinci.C3.B3n

https://en.wikipedia.org/wiki/Quagga

https://blog.nature.org/science/2014/10/13/quagga-can-an-extinct-animal-be-bred-back-into-existence/

https://www.lavanguardia.com/natural/20160929/41634920873/quagga.html

https://www.smithsonianmag.com/science-nature/quagga-the-lost-zebra-44769800/


2 comentarios:

  1. Excelente artículo. Por cierto, ¿no sería más fácil y lógico reintroducir ejemplares de cebra de llanura y esperar a que con el tiempo el entorno configure las características externas?

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Lo de esperar a que el entorno configure las características de la cuaga de nuevo supongo que llevaría demasiado tiempo hasta ver los resultados. De hecho los humanos actuales seguro que no los llegaríamos a ver. De ahí me imagino que la "ayuda" por nuestra parte con la cría selectiva y que luego el medio haga el resto. Digo yo, pero tampoco me hagas mucho caso.

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