martes, 21 de enero de 2014

Mokèlé-mbèmbé, ¿sobreviven los saurópodos en África?

De acuerdo con el explorador inglés William Gibbons, las primeras noticias que se tienen de esta criatura en el mundo occidental podemos datarlas de 1776, cuando un misionero francés en el Congo llamado Abbot Proyart descubrió en la zona pantanosa de Likouala (actual República Democrática del Congo) unas enormes huellas de casi un metro de circunferencia, separadas unos 2 metros entre sí y provistas de garras. Uno de los sacerdotes que se encontraban de misión en el Congo incluso afirmó haber visto varios de estos animales mascando vegetación mientras él y sus acompañantes vadeaban el río. Hay que tener en cuenta que el término "dinosaurio" fue propuesto por Sir Richard Owen en 1842. Por tanto, a finales del siglo XVIII aún no se sabía nada acerca de estos grandes reptiles extintos.

Quizás el momento en que el mokèlé-mbèmbé empezó a ser centro de atención fue a partir de 1909, cuando el cazador de caza mayor Carl Hagenbeck mencionó la leyenda sobre el animal en su autobiografía. Hagenbeck había sido informado por medio de dos europeos (independientes entre sí) de un extraño animal de gran tamaño que vivía en los pantanos de el Congo. Más tarde, el naturalista Joseph Menges le informó de "una especie de dinosaurio parecido al brontosaurio que habitaba los pantanos". Tras oír esto Hagenbeck envió una expedición a la zona, pero la búsqueda del nuevo animal tuvo que ser abortada enseguida debido a las enfermedades y a la hostilidad de los nativos. A partir de este momento el número de expediciones en busca de esta criatura comenzó a incrementarse significativamente.


Representación clásica de un mokèlé-mbèmbé comparado con un pigmeo. Fuente: genesismission.4t.com

El término mokèlé-mbèmbé significa "el que detiene los ríos" en lingala, lengua bantú hablada por los habitantes de los territorios donde supuestamente vive el animal, principalmente la zona donde confluyen las fronteras de la República Democrática del Congo (antiguo Congo Francés o Zaire) , Camerún, la República del Congo (antiguo Congo Belga) y la República Centroafricana. Es una extensa zona de selva tropical pantanosa, buena parte de ella aún inexplorada y habitada principalmente por los pigmeos.

Los testigos que han tenido un encuentro con el animal afirman que su tamaño es algo mayor que el de un elefante, variando su longitud de unos testimonios a otros pero encontrándose en todo caso alrededor de los 4-6 metros de altura y entre 5 y 10 metros de longitud. Su piel es bastante lisa y de un color grisáceo pardo. Tiene grandes pies con 3 garras. Cuello y cola largos y flexibles. Algunos relatos aseguran que posee un único diente aunque de tamaño muy grande. Otros relatos hablan de un cuerno.
Tanto la descripción que los nativos hacen del animal, como el hecho de que al serles presentados dibujos de distintos animales con mucha frecuencia identifican al mokèlé-mbèmbé con un saurópodo, han hecho pensar a algunos científicos en la posibilidad de que un grupo de estos dinosaurios haya sobrevivido en las recónditas e inexploradas profundidades de las selvas africanas hasta nuestros días. Se trataría de una especie de saurópodo de "pequeño" tamaño, comparable al de un elefante, ya que algunas especies de estos animales podían alcanzar los 30 metros de longitud. Los más escépticos se niegan a aceptar la supervivencia hasta la actualidad de una especie de dinosaurio.


Una de las huellas encontradas en las diferentes expediciones y que se atribuyen al mokèlé-mbèmbé. Extraída del blog tejiendoelmundo.wordpress.com.

Algunas de las expediciones que se han adentrado en las selvas del África Central en busca de evidencias de la existencia de estos animales han sido llevadas a cabo por científicos o instituciones de prestigio. Tal es el caso de la expedición realizada en 1920 por la Smithsonian Institution de Washington D.C. Estaba formada por 32 hombres. Los guías africanos de dicha expedición encontraron unos misteriosos rastros a lo largo de la ribera de un río y más tarde el equipo pudo oír rugidos "que no tenían ningún parecido con cualquier animal conocido" provenientes de un pantano sin explorar. Por desgracia la expedición terminó en tragedia. El tren que los conducía a entrevistarse con los miembros de un poblado que afirmaban haber visto al mokèlé-mbèmbé descarriló y volcó perdiendo la vida 4 miembros del equipo mientras que otros 6 resultaron gravemente heridos.

Uno de los científicos que más interés ha mostrado por la enigmática criatura africana ha sido el recientemente fallecido Roy P. Mackal, quien fuera profesor de Biología durante muchos años en la Universidad de Chicago. Mackal participó en 2 expediciones en busca del animal. La primera de ellas fue en 1980 junto a James Powell, quien a su vez había llevado a cabo otra expedición en 1976. En la expedición de 1980 Mackal y Powell recogieron numerosos testimonios de los nativos y observaron que muchos avistamientos provenían de la ribera del río Likouala-aux-Herbes, cerca del lago Tele.
La segunda expedición en la que participó Mackal tuvo lugar en 1981, esta vez junto a Richard Greenwell, Justin Wilkinson y el zoólogo congoleño Marcellin Agnagna. No tuvo gran éxito, ya que sólo pudieron encontrar algunos rastros supuestamente dejados por el misterioso animal.
No obstante, las dos expediciones le sirvieron a Mackal para escribir uno de los pocos libros que pueden encontrarse hoy en día dedicados en exclusiva al mokèlé-mbèmbé, titulado "A living dinosaur? In search of mokele-mbembe".


Carátula del libro de Roy Mackal. Brill Academic Pub (1987). Imagen de amazon.com.

Uno de los acompañantes de Mackal en la expedición de 1981, el zoólogo del zoo de Brazzaville Marcellin Agnagna es uno de los poquísimos estudiosos de este tema que afirman haber tenido un encuentro cara a cara con el animal. En 1983 lideró una expedición al lago Tele. Agnagna y su equipo afirman haber observado el largo cuello y la cabeza del animal asomando fuera del agua durante varios minutos. Incluso afirman haber filmado al animal, con la mala suerte de que no se percataron de que la lente de la cámara estaba cubierta. Según ellos la cabeza del animal era rojiza, parecida a la de un cocodrilo, con ojos ovalados y una nariz estrecha. El zoólogo afirmó que el animal era un reptil, pero no era ni un cocodrilo, ni una pitón, ni una tortuga de agua dulce. Su testimonio es uno de los más famosos, junto quizás al del naturalista y escritor Iván T. Sanderson, quien en 1932, según sus palabras, también tuvo un encuentro cara a cara con el animal mientras navegaba en canoa por el río Mainyu junto a un acompañante. Describieron un sonido terrorífico al que siguió una agitación de las aguas delante de ellos tras lo cual una cabeza casi tan grande como la de un hipopótamo y sostenida por un largo cuello emergió del agua y permaneció mirándolos. Según Sanderson "parecía algo que debería haberse extinguido millones de años atrás".


Representación artística de pigmeos cazando a un mokèlé-mbèmbé. Cryptidz.wikia.com.

Otras muchas expediciones han explorado la zona hasta nuestros días, aunque sin aclarar el misterio.

Una de las historias más sorprendentes acerca de la relación entre los pigmeos y el mokèlé-mbèmbé es la  narrada por William (Bill) Gibbons y publicada en la revista digital "The Anomalist", revista dedicada según sus propias palabras a "explorar los misterios de la ciencia, la naturaleza y la historia". Hacia 1960 los pigmeos de la región del lago Tele pescaban a diario en los canales de agua que conducen a dicho lago. Estos mismos canales eran usados por varios ejemplares de mokèlé-mbèmbé para acceder al lago y alimentarse de su vegetación (es comúnmente aceptado que son animales herbívoros). Este hecho interrumpía la actividad de los pigmeos en el lago, por lo que decidieron levantar una barrera para evitar la entrada de estos animales al mismo. Cuando sorprendieron a dos de estas criaturas intentando romper la barrera para entrar en el lago, los pigmeos lancearon a uno de ellos hasta darle muerte y luego cortaron en pedazos al animal, tarea que les llevó varios días debido a su tamaño. Los pigmeos que participaron en dicha cacería incluso eran capaces de imitar los gritos proferidos por el animal mientras estaba siendo cazado, según palabras del misionero Eugene P. Thomas, que fue quien dió los detalles de esta historia al explorador Gibbons. Más tarde fue llevada a cabo una celebración en la que se comió la carne del animal. Sin embargo aquellos que participaron en el banquete murieron, ya fuese por envenenamiento o por causas naturales.


Fotografía tomada por una expedición japonesa en el Lago Tele en 1992 (fuente).

Gibbons cuenta en el mismo artículo que durante su primera expedición a la zona (1985) conoció a varios pigmeos que aseguraban haber visto animales de este tipo en los ríos Sangha y Likouala-aux-Herbes. Esos pigmeos afirmaban que aún había al menos 2 mokèlé-mbèmbés viviendo en las proximidades del lago Tele. Sin embargo, Gibbons duda de que Agnagna y otros exploradores como Rory Nugent o Herman Regusters hayan visto al misterioso animal debido a que según sus palabras "durante nuestras dos visitas a el Congo mis colegas y yo fuimos incapaces de encontrar a uno sólo de las docenas de testigos que se dijo habían visto al mokèlé-mbèmbé junto a los mencionados exploradores". Agnagna cambió varias veces su versión, y según Roy Mackal lo que el zoólogo africano observó pudo ser la tortuga gigante africana de agua dulce (Trionyx triunguis). Regusters y su esposa ofrecen dudas ya que sólo ellos vieron al mokèlé-mbèmbé atravesando el lago Tele a pesar de que otras 28 personas les acompañaban en la expedición. De las fotos de Rory Nugent afirma que podrían ser cualquier cosa. La historia al completo puede leerse (en inglés) aquí.

                                       


HIPÓTESIS SOBRE EL MOKÈLÉ-MBÈMBÉ

1) Un saurópodo actual. La idea de que una especie de dinosaurio haya podido sobrevivir durante los últimos 65 millones de años y pasar desapercibida para la ciencia es desechada por la mayoría de científicos actuales. Los que se apoyan en esta teoría dan como principales argumentos la vasta extensión y frondosidad de las selvas que cubren la cuenca del río Congo y el hecho de que gran parte de ese territorio aún no ha sido pisado por el ser humano. Otro argumento para la esperanza de quienes quieren creer que un saurópodo ha sobrevivido hasta nuestros días es que prácticamente todos los años es descubierta alguna nueva especie de animal de gran tamaño, aunque bien es verdad que se hace difícil creer que una población compuesta por varios cientos de animales de un tamaño mayor incluso que el de un elefante haya podido pasar desapercibida hasta nuestros días por muchos kilómetros cuadrados de selva que queden por explorar. Sin embargo, no sería la primera vez que es descubierta una especie que se creía extinta mucho tiempo atrás, como es el caso del celacanto, pez que se creía extinto desde hacía casi 70 millones de años y que fue pescado por casualidad en aguas del océano Índico en 1938. Es considerado un fósil viviente.

2) Confusión con otros animales. El hecho de que ninguna de las muchas pruebas que se tienen hasta ahora sean concluyentes hace pensar que los supuestos avistamientos del mokèlé-mbèmbé no sean más que la confusión con otros animales. Se ha hablado de elefantes cruzando cursos de agua con su trompa asomando por encima de la superficie, cocodrilos, hipopótamos o incluso rinocerontes (a pesar de que estos últimos no son habitantes de la selva).

3) Una nueva especie animal. Hay quien cree que se trata de una especie de animal de gran tamaño que habita las selvas centroafricanas aún desconocida por la ciencia. Una posibilidad sería que se tratase de una especie de varano, lagartos de gran tamaño que pueden presentar el cuello alargado. Si bien es cierto que los varanos son grandes, no se conoce ninguna especie de un tamaño tan descomunal. Sin embargo, proporcionalmente la diferencia en masa corporal entre la especie más grande y la más pequeña de varano es la misma que entre un ratón y un elefante. Ningún otro grupo de vertebrados muestra tanta variación en masa corporal (Pianka, 1995), por lo tanto algunos piensan que podría existir en la cuenca del río Congo una especie de varano de dimensiones realmente descomunales. El más grande conocido hasta ahora es el varano de Komodo, que alcanza 3 metros de longitud. Respecto a su alimentación, la mayoría de varanos son carnívoros, pero 2 especies de Filipinas también incluyen vegetales en su dieta.
Dentro de la hipótesis de una especie aún desconocida para la ciencia, han surgido otras propuestas, como la de que se trate de una especie de mamífero de gran tamaño pariente de otros conocidos actualmente.

La leyenda del mokèlé-mbèmbé podría hacer referencia en realidad a una especie de mamífero de gran tamaño, como este pangolín gigante. Hyrotrioskjan / deviantart.com.

4) Simplemente un mito. Según el escritor experto en temas de divulgación científica Bob Strauss, la explicación más probable es que el mokèlé-mbèmbé tan sólo representa un mito, una leyenda. Este autor achaca la creencia en este ser al hecho de que la región pudo estar habitada en el pasado por animales como los rinocerontes y las historias acerca de encuentros con dichos animales han pasado de generación en generación a lo largo de miles de años, permaneciendo en la memoria colectiva de los pueblos de la zona. Por ejemplo, algunos arqueólogos piensan que el origen del ser mítico llamado unicornio se encuentra en el Elasmotherium, un rinoceronte gigante de un sólo cuerno que se extinguió en Europa hace tan sólo 10.000 años. Un caso similar podría estar relacionado con el mokèlé-mbèmbé.

La historia del mokèlé-mbèmbé no ha pasado desapercibida para el cine. En 1985 fue filmada la película "Baby, el secreto de una leyenda perdida", en la que una paleontóloga y su marido descubren una madre de brontosaurio junto a su cría en África y tratan de protegerlos de los cazadores furtivos. En 2012 fue lanzado el film "Proyecto dinosaurio", en el que una expedición británica formada por un grupo de científicos y un equipo de televisión viajan a el Congo en busca de evidencias de la existencia de dinosaurios. Terminan encontrándose con criaturas que se creían extintas millones de años atrás.

Más información sobre el mokèlé-mbèmbé:

El mokèlé-mbèmbé en wikipedia

Recopilación de las expediciones en busca del animal

http://www.mokelembembe.com/

http://creation.com/mokele-mbembe-a-living-dinosaur

http://dinosaurs.about.com/od/dinosaurcontroversies/a/Mokele-Mbembe-Dinosaur.htm

http://www.escalofrio.com/n/Criptozoologia/El_Mokele_Mbembe/El_Mokele_Mbembe.php

http://pijamasurf.com/2013/08/mokele-mbembe-la-busqueda-del-mitico-dinosaurio-africano/

http://www.mundoparanormal.com/docs/criptozoologia/mokele.html

http://www.livescience.com/38871-mokele-mbembe.html

http://www.kisskissbankbank.com/mokele

http://www.unknownexplorers.com/mokelembembe.php

http://karlshuker.blogspot.com.es/2013/01/shukernatures-top-ten-living-dinosaurs.html

http://www.amazon.es/Drums-Along-Congo-Mokele-Mbembe-Dinosaur/dp/1450240453

http://books.google.es/books?id=Rp4nUKjYq_sC&hl=es&source=gbs_similarbooks

Más información sobre Roy P. Mackal:

http://www.cryptozoonews.com/mackal-obit/