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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo" (Oscar Wilde). "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" (Severo Ochoa).

domingo, 30 de julio de 2017

El tiburón de Groenlandia

Conocido con el nombre científico de Somniosus microcephalus (Bloch & Schneider, 1801), el tiburón o tollo de Groenlandia (también llamado tiburón boreal) es una especie poco conocida por la ciencia y de la cual aún no se tienen muchos datos. Se trata de un tiburón elusivo y de gran tamaño que, opuestamente a la inmensa mayoría de tiburones, prefiere habitar las aguas frías del Ártico y del Atlántico Norte. Sus movimientos son lentos y su cuerpo es de apariencia tosca y pesada, por lo que a veces recibe el nombre de tiburón dormido o dormilón. Las aletas dorsales carecen de espinas y están muy reducidas en tamaño. Posee un hocico corto y redondeado. Para un tiburón de su tamaño, las hendiduras branquiales también son notablemente pequeñas y están situadas en la parte baja del lateral de la cabeza. La coloración del animal varía desde marrón hasta negro o gris, aunque frecuentemente aparecen en la piel líneas oscuras o manchas blancas. Sus ojos son pequeños, así como las aletas pectorales. Los dientes superiores son muy finos y puntiagudos, teniendo como función sujetar a la presa e introducirla en la boca. Por el contrario, los dientes inferiores son más anchos y cuadrados y su función es partir en pedazos el alimento.
Se trata de uno de los tiburones más grandes que existen, siendo solo un poco más pequeño que el tiburón blanco. Su tamaño máximo se estima en 640 cm (se piensa que pueden llegar a los 730 cm) aunque la mayoría de adultos miden entre 244 y 427 cm, siendo los machos en general algo más pequeños que las hembras. Su peso puede rondar los 400 kg, superando los individuos de mayor tamaño la tonelada.

Imagen de un tiburón de Groenlandia (fuente)

El área de distribución del tiburón de Groenlandia se extiende exclusivamente por regiones del Atlántico Norte y el Ártico, ya que en 2004 los científicos confirmaron que los avistamientos de los que se tiene constancia en el Atlántico Sur y el océano Antártico no son en realidad tiburones de Groenlandia, sino que se trata de su pariente el dormilón sureño, de aspecto muy similar al tollo groenlandés, pero perteneciente a una especie diferente.

Rango de distribución del tollo de Groenlandia

Durante los meses de invierno, estos tiburones se acercan a la costa en busca de aguas un poco más cálidas, pudiendo ser vistos en aguas someras de bahías y desembocaduras de ríos. En los meses de verano normalmente regresan a aguas más profundas, pudiendo ser encontrados a profundidades de entre 180 y 550 metros, aunque se sabe que frecuentan profundidades mayores. La máxima profundidad a la que han sido registrados fueron 2.200 metros en aguas costeras de Carolina del Norte (EEUU). Poseen mecanismos de adaptación que les permiten vivir a tan bajas temperaturas y tan elevadas profundidades. Sus tejidos contienen altas concentraciones de urea y de un compuesto llamado TMAO (N-óxido de trimetilamina). Ambos compuestos en conjunto actúan como un anticongelante y ayudan a regular la presión osmótica del tiburón. Además son capaces de hacer sus procesos vitales más lentos para adaptarse al frío extremo, aunque sin llegar a hibernar.
Las altas concentraciones de las citadas sustancias hacen que sus tejidos sean tóxicos para el ser humano. El consumo de la carne de uno de estos tiburones podría matar a una persona.




Se sabe que la dieta de estos tiburones abarca un amplio espectro de presas, incluyendo animales de gran tamaño. Aunque se cree que son principalmente carroñeros, también cazan activamente. Se alimentan de diversas especies de peces, como tiburones de menor tamaño, arenques o lenguados. Otras presas pueden ser aves marinas, calamares, crustáceos, varios tipos de moluscos...Frecuentemente son atraídos por el olor alrededor de los barcos de pesca y las estaciones balleneras. Incluso pueden cazar mamíferos marinos como focas o cetáceos. Se ha observado a algunos de estos tiburones tender emboscadas a renos y otros animales que caminaban cerca del borde de una plataforma de hielo. En el estómago de algunos individuos se han encontrado restos de alces, aves marinas, perros...¡Incluso osos polares!

En los ojos de muchos de estos tiburones se encuentra adherido un tipo de copépodo. La relación de estos crustáceos con los tiburones de Groenlandia no está del todo clara. Más que tratarse de parásitos, se piensa que los copépodos y los tiburones establecen una especie de relación simbiótica entre sí. Los copépodos se alimentarían de parte de los tejidos del ojo del tiburón, disminuyendo su capacidad visual hasta el punto de volverlos ciegos. Sin embargo, algunas observaciones indican que estos crustáceos son capaces de generar luz, es decir, son bioluminiscentes. La emisión de luz en las oscuras profundidades en las que se mueven estos animales atraería a las presas hacia el tiburón, que de esta manera conseguiría alimento más fácilmente.




Los tiburones de Groenlandia son posiblemente los vertebrados más longevos, desbancando de este récord a la ballena de Groenlandia, que puede vivir hasta 211 años. En un estudio liderado por Julius Nielsen, de la Universidad de Copenhague, y publicado en la revista Science en 2016, los científicos utilizaron un novedoso método para determinar la edad de 28 hembras de tiburón de Groenlandia capturadas entre 2010 y 2013.
En las lentes de los ojos de estos tiburones se encuentran proteínas que se van acumulando con el tiempo, mientras el tiburón se desarrolla en el vientre materno (son animales ovovivíparos). Los investigadores aplicaron la datación por radiocarbono para determinar la antigüedad de estas proteínas. Se vieron obligados a tener en cuenta un efecto colateral de las pruebas nucleares realizadas en los años 50: un aumento en los niveles de carbono-14 atmosféricos que incidieron en la cadena trófica del Atlántico Norte a principios de los años 60. Los dos tiburones más pequeños capturados tenían los niveles de carbono-14 más altos, sugiriendo que habían nacido después de principios de los 60. Otro tiburón había nacido a principios de los años 60 y los 25 restantes, antes de la citada década. Para determinar las edades de estos 25 tiburones, los científicos desarrollaron un modelo que combina los contenidos en carbono-14 con el ritmo de crecimiento de estos animales, el cual es muy lento (menos de 1 cm al año). De esta manera se estimó que el tiburón más grande capturado, una hembra de más de 5 metros, tenía una edad aproximada de 392 años, con un rango de posibles edades entre 272 y 512 años. Además, determinaron que las hembras de estos tiburones alcanzan la madurez sexual cuando llegan a los 4 metros de longitud, lo cual no sucede antes de los 150 años de edad.
Sin embargo, otros expertos cuestionan el método empleado por estos investigadores, ya que afirman que parte de las proteínas presentes en las lentes de los ojos de estos tiburones y por tanto el carbono-14 que contienen, podrían provenir de nutrientes tomados por la madre, lo cual añadiría incertidumbre a los cálculos.
No obstante, nadie pone en duda la gran longevidad de unos animales que según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) se encuentran bajo amenaza, debido sobre todo a que fueron capturados en el pasado por el aceite de su hígado.


Más información sobre el tiburón de Groenlandia:

http://www.iucnredlist.org/details/full/60213/0

https://en.wikipedia.org/wiki/Greenland_shark

http://dinoanimals.com/animals/greenland-shark-long-lived-shark/

http://sharkopedia.discovery.com/types-of-sharks/greenland-shark/#the-greenland-shark-an-icy-mystery

https://www.theguardian.com/environment/2016/aug/11/400-year-old-greenland-shark-is-the-oldest-vertebrate-animal?CMP=share_btn_tw

http://www.arkive.org/greenland-shark/somniosus-microcephalus/

https://oceanwide-expeditions.com/es/blog/8-facts-about-the-greenland-shark

http://www.bbc.com/news/science-environment-37047168

Documental sobre el tiburón de Groenlandia (en inglés)

El tiburón de Groenlandia en "Monstruos de río" (en inglés)



miércoles, 5 de julio de 2017

El rorcual de Omura

También conocido como rorcual común enano, el rorcual de Omura (Balaenoptera omurai) fue descrito como especie en el año 2003, lo que lo convierte en el noveno miembro de la familia de los rorcuales, junto al rorcual azul, el rorcual común, el rorcual norteño, el rorcual tropical, el rorcual de Bryde, el rorcual minke en sus dos variantes (común y antártico) y la yubarta o ballena jorobada. Antes del año 2003 era considerado una forma pigmea del rorcual de Bryde.

La descripción de la especie está basada en el análisis tanto de la morfología y anatomía como del ADN mitocondrial de nueve individuos. En 1976, fueron capturados en el Mar de Salomón, al suroeste del Pacífico, seis ejemplares, en los cuales se observaba un tamaño más pequeño de lo habitual para tratarse de rorcuales de Bryde maduros sexualmente. Dos años más tarde, otros dos individuos fueron capturados en las Islas Cocos-Keeling, a mitad de camino entre Australia y Sri Lanka. Al igual que los seis capturados en el Mar de Salomón, estos dos ejemplares pasaron prácticamente desapercibidos junto a las más de cien ballenas de Bryde capturadas al sur de la Isla de Java. Dos científicos japoneses, Shiro Wada y Kenichi Numachi, fueron los primeros en sugerir (en 1991) que los ocho especímenes capturados a finales de los años setenta no eran en realidad rorcuales de Bryde, sino que debían pertenecer a una especie aún no descrita por la ciencia. Llegaron a esta conclusión basándose tanto en análisis enzimáticos como en la comparación de características anatómicas. Sin embargo, las cosas no comenzarían a aclararse hasta 1998, fecha en la que fue examinado por el Dr. Yamada, del Museo Nacional de Ciencias de Tokio, el cadáver de una ballena que había colisionado con un barco pesquero japonés. Dicha ballena recordaba en su apariencia externa a los ejemplares capturados a finales de los años setenta. Como resultado del análisis y comparación de datos morfológicos, osteológicos y del ADN mitocondrial entre esta ballena y dos de los ejemplares capturados años atrás, Wada, Oishi y Yamada publicarían el 20 de Noviembre de 2003 un artículo en la revista Nature en el que harían la descripción del nuevo taxón, bautizándolo en honor al cetólogo japonés Hideo Omura. El holotipo utilizado para describir la nueva especie fue la hembra adulta de 11 metros de longitud que colisionó con un barco japonés y que quedó varada en la Isla de Tsunoshima, en el Mar del Japón, el 11 de Septiembre de 1998.
Algunos análisis genéticos, como los llevados a cabo por Yoshida y Kato en 1999, o LeDuc y Dizon en 2002, ayudaron a afianzar la clasificación del rorcual de Omura como una especie distinta del rorcual de Bryde y del rorcual común. Sin embargo, algunos organismos son cautelosos y prefieren seguir clasificando al rorcual de Omura como una variante de pequeño tamaño de la ballena de Bryde, aunque abiertos a revisar esta clasificación, como ocurre con la IWC (International Whaling Commission) o la tercera edición de la publicación de referencia Mammal Species of the World, alojada en la web del Departamento de Biología de la Universidad de Bucknell (Estados Unidos).

Imagen de un rorcual de Omura en Madagascar. Salvatore Cerchio / Woods Hole Oceanographic Institution.

El aspecto del rorcual de Omura recuerda en líneas generales al del rorcual común. De hecho, a veces es llamado rorcual común enano o pigmeo. Ambas especies coinciden en varias características, como la coloración asimétrica de la mandíbula inferior, que es blanca en el lado derecho y más oscura en el lado izquierdo, una cresta prominente en la parte superior de la cabeza, los márgenes blancos en las aletas pectorales o las marcas en forma de chevrón detrás de la cabeza, por citar solo las más destacadas. También tiene caracteres en común con el rorcual de Bryde, especialmente la forma de la aleta dorsal.

El color de los rorcuales de Omura es gris oscuro en la parte superior, mientras el tono de la parte inferior es gris claro o blanco. La cresta principal de la cabeza puede estar acompañada por crestas auxiliares. Poseen entre 80 y 90 surcos ventrales que se extienden más allá del ombligo.

Se trata de un rorcual de pequeño tamaño, tan solo las ballenas minke (común y antártica) son menores. La longitud de las hembras varía entre 10 y 11,5 metros y la de los machos aproximadamente entre 8 y 10 metros.

Ballena de Omura alimentándose junto a su cría cerca de las costas de Madagascar. Foto de S. Cerchio publicada por National Geographic Society.

El área de distribución del rorcual de Omura no es conocida con exactitud debido al escaso número de ejemplares de esta ballena de los que se tiene constancia. La localización en la que fue encontrado el ejemplar usado como holotipo para describir la especie (Mar del Japón) se sospecha que no es representativa de la distribución de estos animales. Se sabe de la presencia de individuos en el Mar de Bohol (Filipinas) mediante identificación genética. Seguramente se han capturado más ejemplares de los que se tiene constancia, como por ejemplo ocho individuos capturados en aguas al oeste de Australia entre 1958 y 1963 que fueron catalogados como rorcuales de Bryde a pesar de su pequeño tamaño (unos 11 metros), lo cual hace pensar que podría tratarse de rorcuales de Omura. Se piensa que su rango de distribución abarca las aguas subtropicales del Pacífico occidental y el Índico, extendiéndose por el norte hasta el sur de Japón. Es parcialmente simpátrica con el rorcual tropical y el rorcual de Bryde. Habita tanto aguas profundas como zonas costeras. No se conocen sus patrones de migración.

Mapa de distribución del rorcual de Omura

Tampoco se tienen apenas datos acerca de la dieta de estas ballenas, pero se cree que se pueden alimentar principalmente de eufausiáceos y peces. Debido a la escasez de datos acerca del número de efectivos que componen su población, la especie es catalogada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como "Data deficient", es decir, sin datos suficientes para hacer una estimación. Se sabe que estas ballenas han sido cazadas en algunas zonas de su área de distribución, por ejemplo en Filipinas mediante caza artesanal, o perseguidas por balleneros japoneses.

En Noviembre de 2016 un dron captó imágenes de una ballena de Omura alimentándose en Raja Ampat (Indonesia):



Más información sobre Balaenoptera omurai:

http://www.omuraswhale.org/home#welcome

http://news.nationalgeographic.com/2016/02/160210-whales-rare-oceans-oceans-animals-diet/

http://us.whales.org/species-guide/omuras-whale

http://www.whalefacts.org/omuras-whale-facts/

https://en.wikipedia.org/wiki/Omura%27s_whale

http://www.iucnredlist.org/details/full/136623/0

http://us.whales.org/species-guide/omuras-whale

http://www.dailymail.co.uk/travel/travel_news/article-3297958/The-world-s-rarest-whale-Omura-captured-film-time.html


martes, 3 de enero de 2017

Loricifera, un nuevo phylum de invertebrados

Los loricíferos constituyen un filo de animales descrito en una fecha tan reciente como 1983. Se trata de animales diminutos (alrededor de la cuarta parte de un milímetro) que viven en los espacios existentes entre los granos de arena del fondo marino, a los que se adhieren fuertemente. La descripción original del filo está basada en ejemplares recolectados en la costa francesa, aunque parecen estar ampliamente distribuidos por el mundo.

La historia de los loricíferos comienza en 1961, cuando Robert P. Higgins, becario en el Museo Nacional de Historia Natural de Washington, predijo la existencia de unos diminutos animales aún desconocidos por la ciencia. En mayo de 1974, Higgins encontró un ejemplar de dichas criaturas, pero no fue capaz de reconocerlo, dando por hecho que se trataba de un estadio larvario de una especie de priapúlido. Un año después (1975), el zoólogo danés Reinhardt Mobjerg Kristensen, de la Universidad de Copenhague, encontraría un nuevo ejemplar, con la mala suerte de que el diminuto animal resultó destruido durante su preparación para ser observado mediante microscopio electrónico. Por fortuna, entre 1976 y 1979, el Dr. Kristensen descubrió algunas larvas de estos animales en la arena del fondo marino de la Bahía de Godhavn (oeste de Groenlandia), a una profundidad de poco más de 100 metros.

 Finalmente, en abril de 1982, descubriría un ejemplar adulto en un gran golpe de suerte, ya que sería un descubrimiento totalmente casual. Kristensen había obtenido una enorme muestra de grava del fondo marino a una profundidad de entre 25 y 30 metros mientras se encontraba realizando trabajo de campo en la Estación de Biología Marina de Roscoff (Francia). Al tratarse de su último día de estancia en el país galo antes de partir de nuevo hacia Dinamarca, Kristensen tenía prisa por examinar las diminutas criaturas que podían encontrarse entre las partículas de arena. Por este motivo, prefirió prescindir de las técnicas más sofisticadas para separar los animales de las partículas de grava, optando por un método mucho más sencillo y rápido: lavar las muestras de grava en agua dulce. Sin ser en aquel momento consciente de ello, el zoólogo danés había descubierto la manera ideal de separar a los loricíferos de las partículas de grava, ya que se cree que estos animales se adhieren con tanta fuerza al sustrato que no se pueden extraer con los métodos convencionales, lo cual posiblemente explica su descubrimiento tardío. Casi todos los loricíferos descubiertos hasta el momento se han recogido sumergiendo durante unos instantes la muestra bentónica en agua dulce. Esto provoca un choque osmótico en los animales, es decir, el cambio brusco en la concentración de sales hace que estos animales se desprendan de las partículas a las que están adheridos y puedan ser recolectados en las aguas circundantes. Entre los pequeños animales obtenidos con esta técnica por Kristensen, se encontraba un adulto de las criaturas predichas por Higgins en 1961, además de diferentes estadios larvarios. Poco después, serían encontrados loricíferos de diferentes especies en muestras arenosas de Groenlandia, usando este mismo método.

Imagen a microscopio de un loricífero (fuente)

Para estas fechas, Kristensen y Higgins ya habían oído hablar el uno del otro y de su interés en estos diminutos animales. Comenzaron a trabajar juntos, clasificando los ejemplares encontrados en las muestras que recogieron en años previos. Se dieron cuenta de que, a pesar de que todos estos animales mostraban caracteres generales similares, había diferencias suficientes entre ellos como para dividirlos en distintos subgrupos. En 1983, Kristensen nombró al nuevo phylum "Loricifera" y describió formalmente su primera especie, Nanaloricus mysticus, basándose en el ejemplar adulto recogido en Roscoff (Francia). Se trataba del tercer filo animal descrito en el siglo XX, después de los pogonóforos (1914) y de los gnatostomúlidos (1956). Mientras tanto, al tipo larvario básico de estos animales le fue concedido el nombre de "larva Higgins", en honor a Robert P. Higgins, quien fue el primero en predecir la existencia de estos invertebrados diminutos mucho antes de su descubrimiento oficial.
En 1986, ambos científicos (Higgins y Kristensen), describieron ocho nuevas especies de loricíferos en un único artículo científico, pertenecientes a los géneros Pliciloricus y Rugiloricus. En 1988, Kristensen describió la especie Pliciloricus hadalis, el primer loricífero recogido en arcilla roja a una profundidad de más de 8.000 metros, en el Pacífico oeste.
A finales de 2011 ya habían sido descritas 22 especies de loricíferos, clasificadas en 8 géneros diferentes, y se piensa que alrededor de un centenar más aún aguardan descripción científica.

Dos larvas Higgins pertenecientes a Nanaloricus mysticus vistas con microscopio electrónico de barrido. (C) Dr. Reinhardt M. Kristensen.

El nombre loricíferos significa "que lleva loriga". La loriga es una especie de coraza formada por placas, en el interior de la cual puede retraerse la parte anterior del cuerpo. El extremo anterior cónico del animal (introverto) lleva numerosas espinas curvas en su superficie lateral llamadas escálidas. La loriga, que encierra el abdomen, también posee espinas, aunque más pequeñas que las escálidas. Un tubo bucal conduce hacia la faringe bulbosa, y ésta se continúa con el intestino, que forma la mayor parte del tubo digestivo. El recto desemboca al exterior por un cono anal. Se alimentan probablemente de bacterias. El cerebro ocupa casi por completo el introverto. Las escálidas están inervadas por nervios procedentes tanto del cerebro como de ganglios nerviosos. Los sexos son separados y cada uno tiene un par de gónadas con un protonefridio (órgano excretor) asociado, que desembocará en el conducto urogenital. No se conocen muchos detalles de la reproducción.
La larva de Higgins se parece al adulto, pero carece de estiletes y de espinas. El introverto no se puede retraer en la loriga y posee un par de apéndices caudales o pies que se cree tienen función locomotora.

Anatomía de un loricífero adulto tipo (izquierda) y de la larva Higgins (fuente)

En el año 2010, fueron encontradas tres especies de loricíferos con una característica muy especial: son capaces de pasar toda su vida en un ambiente anóxico (carente de oxígeno). Hasta ese momento, se pensaba que esta era una forma de vida reservada exclusivamente a virus y algunos organismos unicelulares, como ciertos tipos de bacterias.
El científico italiano Roberto Danovaro, de la Universidad Politécnica de Marche (Ancona) y sus compañeros de investigación, recolectaron estos animales en un cañón submarino de la costa sur de Grecia, en el Mar Mediterráneo. Los diminutos animales miden menos de 1 mm de longitud y viven en sedimentos carentes de oxígeno a más de 3.000 metros de profundidad. A pesar de que algunos animales pluricelulares habían sido encontrados previamente en ambientes anóxicos, los científicos no tienen claro que dichos animales fuesen residentes permanentes en semejantes entornos. Sin embargo, estas tres especies de loricíferos parecen reproducirse y pasar toda su vida en los sedimentos anóxicos.
Los científicos han encontrado una adaptación que permite a estos seres diminutos vivir en esas condiciones. En lugar de mitocondrias, que dependen del oxígeno para producir energía, estos loricíferos poseen orgánulos llamados hidrogenosomas, capacitados para producir energía en ausencia de oxígeno, mediante la vía de la fermentación.
Este descubrimiento demuestra que los metazoos (animales pluricelulares) son capaces de ocupar nichos ecológicos que hasta ahora se creían reservados para otros tipos de seres vivos.

El zoólogo danés Kristensen no solo pasará a la historia de la zoología por haber descubierto los loricíferos, ya que posteriormente descubriría otros dos filos de invertebrados: los ciclióforos (1995) y los micrognatozoos (2000).



Algunos enlaces de interés:

http://vadebichos.blogspot.com.es/2017/05/loriciferos-anaerobios-tan-importantes.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Loricifera

https://www.revolvy.com/main/index.php?s=Loricifera

http://elmundodelabiologa.blogspot.com.es/2009/09/caracteristicas-principales-del-phylum.html

https://www.ecured.cu/Loric%C3%ADferos

http://www.naturalista.mx/taxa/151833-Loricifera

Los loricíferos en Encyclopedia of Life

http://www.earthlife.net/inverts/loricifera.html

http://www.nature.com/news/2010/100406/full/464825b.html

http://bmcbiol.biomedcentral.com/articles/10.1186/1741-7007-8-30

Filo Cicliophora

Filo Micrognathozoa



domingo, 18 de septiembre de 2016

El enigma taxonómico del panda gigante

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ha convertido en uno de los animales salvajes preferidos por el gran público, además de un símbolo de la lucha por la conservación de la naturaleza a nivel mundial. Su descubrimiento para la ciencia occidental tuvo lugar en 1869 de la mano del misionero y naturalista francés Jean Pierre Armand David, quien dio a conocer al mundo numerosas especies de plantas y animales originarias de China, algunas de ellas de gran tamaño, como el ciervo del padre David, bautizado así en su honor. Por aquella época (segunda mitad del siglo XIX), eran conocidas por algunos eruditos occidentales ciertas representaciones artísticas chinas antiguas, en las cuales se apreciaba una criatura con aspecto de oso, predominantemente de color blanco, aunque con extremidades oscuras, que eran normalmente atribuidas a imágenes de osos polares llevados a China por cazadores -aún cuando las extremidades del oso polar son del mismo color (blanco) que el resto de su cuerpo-.
El 11 de marzo de 1868, el padre David descubrió la piel de un misterioso animal en la casa de un terrateniente de Szechwan. Parecía coincidir con la criatura mostrada en las antiguas representaciones artísticas, es decir, una especie de oso polar de extremidades negras. Esta piel despertó inmediatamente el interés del misionero, quien tuvo claro desde el principio que no podía tratarse de un oso polar. David contrató a algunos cazadores con la misión de conseguir ejemplares del misterioso animal. El 23 de marzo de 1869 ya habían conseguido cazar un animal joven, y pocos días después se hicieron con un adulto.
El padre David bautizó la especie con el nombre de Ursus melanoleucus (oso blanco y negro), sin embargo, al llegar los especímenes cazados a Europa y ser examinados por el especialista en mamíferos Alphonse Milne-Edwards, este creyó conveniente clasificar el nuevo animal como un pariente cercano de los mapaches y del panda menor o panda rojo (Ailurus fulgens), descrito en 1825 por Georges Cuvier. De esta manera, Milne-Edwards decidió cambiar el nombre de la especie por el de Ailuropoda melanoleuca, haciendo referencia tanto al parecido en la estructura de los pies del nuevo animal con los del panda menor, como a su coloración blanca y negra. El nombre común de la especie (panda gigante) deriva de su parecido físico con el panda menor y de su mayor tamaño.


Panda gigante fotografiado en su hábitat natural, utilizando cámaras trampa que se activan con el movimiento.
Flickr / Encyclopedia of Life.

Después de su descubrimiento oficial, unos pocos ejemplares fueron cazados y enviados a museos en occidente, sin embargo, el panda gigante siempre se mostró como un animal muy elusivo. Desde la década de 1880 hasta la de 1920, tan solo un ejemplar joven (regalado a un zoólogo alemán en su visita a China), fue visto con vida por los científicos occidentales, aunque murió pocos días después. En aquellos años se empezaba a pensar que la especie podría haberse extinguido.  En abril de 1929 tendría lugar un suceso que, a la postre, sería decisivo en la conservación de la especie. Dos hijos del presidente estadounidense Theodore Roosvelt, consiguieron matar un panda gigante después de seguir su rastro durante 2 horas y media en las montañas Hsifan. Su trofeo de caza sería expuesto en el Museo de Historia Natural de Chicago. La noticia saltó a los medios de comunicación, centrando la atención del gran público en un animal hasta esa fecha poco conocido fuera de los círculos científicos. De esta manera, no solo era evidente que el panda gigante no se había extinguido, sino que además empezó a cobrar fama mundial, incitando a numerosos cazadores a buscar al animal para incluirlo entre sus trofeos. Sin embargo, hacia mitad de la década de 1930 la fiebre por dar caza a un panda ya había pasado, siendo sustituida por un objetivo bien distinto: llevar un panda vivo a occidente. En diciembre de 1936 llegaba a los Estados Unidos Su-Lin, una cría de panda que había sido capturada por Ruth Harkness, quien desembarcó en el puerto de San Francisco con el animal en brazos. Su-Lin se convirtió en el primer panda gigante vivo en ser expuesto en un país occidental, concretamente en el zoo Brookfield de Chicago. La alegría no duraría mucho, ya que moriría menos de 2 años después de su llegada al atragantarse con una rama. Sin embargo, en los siguientes años llegarían a occidente más pandas gigantes, convirtiéndose en las atracciones principales de los parques zoológicos.

Ruth Harkness con Su-Lin en brazos. (fuente)

La reclasificación taxonómica de la especie por parte de Milne-Edwards hijo, fue seguida por muchos años de debate acerca de la verdadera identidad del panda gigante. En este sentido, puede decirse que existían dos grandes corrientes, una de las cuales afirmaba que se trataba de un verdadero oso, con el Dr. Dwight Davis, del Museo de Historia Natural de Chicago, como uno de sus miembros destacados. Mientras que la otra gran corriente, con el experto en carnívoros de la Universidad de Ghana Dr. R.F. Ewer a la cabeza, era partidaria de clasificar al panda gigante como un pariente de los mapaches. Incluso había una tercera corriente, encabezada entre otros por el Dr. George Schaller (vicepresidente de la Sociedad Zoológica de Nueva York), que abogaba por crear una familia zoológica nueva con el panda gigante como único miembro, o bien incluyendo también al panda rojo o menor. Todas estas tendencias únicamente se basaban en el estudio y comparación de caracteres anatómicos, hasta que en 1956 comenzaron a sentarse las bases de la clasificación taxonómica moderna del panda, con la publicación de un artículo por parte de los investigadores de la Universidad de Kansas Charles Leone y Alvin Wiens. Fueron los primeros en realizar un estudio serológico del panda, desvelando un parentesco con los osos. A este estudio le siguieron análisis bioquímicos más detallados, hasta que en 1983, Stephen O´Brien y otros científicos del National Cancer Institute de los Estados Unidos, utilizaron la técnica de hibridación del DNA para comparar directamente el material genético del panda gigante con el de osos y mapaches. Se ayudaron además de otros tests bioquímicos utilizados para disminuir las posibilidades de error. Los estudios de        O´Brien y colaboradores indicaron que el panda gigante representaba una rama altamente especializada de los osos, mientras que el panda menor estaba estrechamente emparentado con los mapaches. A partir de entonces parece que se ha cerrado el debate sobre la identidad de esta especie, aceptándose su inclusión dentro de la familia de los Úrsidos junto al resto de osos del mundo, dando la razón a su descubridor, el padre David, quien había descrito inicialmente al panda gigante como una nueva especie de oso.

Panda gigante alimentándose de bambú en el centro de cría de la especie de Chengdu, provincia de Sichuan (China).
(C) David Blank / Animal Diversity Web.

En el pasado el área de distribución del panda gigante comprendía buena parte del este y sur de China, llegando incluso hasta Birmania y Vietnam. Hoy en día, está restringido a seis cadenas montañosas separadas entre sí, en las provincias chinas de Gansu, Shaanxi y Sichuan, en el borde oriental de la llanura del Tíbet. Habita bosques templados de montaña con abundancia de bambú, entre 1.200 y 4.100 metros de altitud. El aumento de las actividades industriales humanas, especialmente a partir de 1949 en China, ha provocado la fragmentación del hábitat de los pandas, con la pérdida de numerosas áreas forestales, lo que ha provocado que estos osos hayan tenido que buscar lugares habitables por encima de los 1.000 metros de altitud.
Para intentar estimar el número total de efectivos de la especie, el gobierno chino ha llevado a cabo cuatro grandes censos desde 1974, a intervalos de aproximadamente 10 años. El último de ellos tuvo lugar entre 2011 y 2014, movilizando a 2.000 personas y cubriendo un total de casi cuatro millones y medio de hectáreas de terreno. Dicho censo arrojó una estimación de unos 2.060 individuos, siendo aproximadamente la mitad de ellos adultos maduros reproductivamente. Estos datos confirman la tendencia al crecimiento de la población de pandas que se ha detectado a partir del segundo censo nacional, llevado a cabo entre 1985 y 1988, seguramente gracias a las medidas de protección de los bosques y de reforestación llevadas a cabo en el país asiático. La especie está catalogada como vulnerable por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Hembra de panda gigante con su cachorro recién nacido en el centro de cría de Chengdu. (fuente)

Los pandas gigantes han evolucionado especializándose en una dieta basada casi exclusivamente en el bambú, siendo esta planta una fuente muy pobre en proteínas y conteniendo altas cantidades de lignina y celulosa. Esto hace que los pandas tengan que consumir diariamente enormes cantidades de esta planta (entre 10 y 18 kg.), para conseguir cubrir sus requerimientos energéticos diarios. En comparación con los herbívoros, el panda tiene una baja eficiencia digestiva, ya que su aparato digestivo es similar al de sus antepasados carnívoros, por lo que dedica gran parte de su tiempo a alimentarse (unas 14 horas diarias). Un reciente estudio ha demostrado que la flora microbiana intestinal del panda juega un papel importante en la digestión de las fibras de bambú, lo que ayudaría a compensar su baja eficiencia digestiva. Otra adaptación que ayuda a compensar el bajo aporte energético del bambú es el escaso gasto diario de energía de estos animales, similar al de un perezoso o al de un reptil. Además, muestran adaptaciones comportamentales destinadas a compensar el escaso aporte energético de su fuente de alimento principal, como por ejemplo seleccionar las partes más nutritivas de las plantas de bambú o alimentarse de diferentes especies dependiendo de la estación del año.
A pesar de que está ampliamente extendido que la dieta de los pandas gigantes se compone exclusivamente de bambú, no es así. Estos osos también se alimentan de otros tipos de materia vegetal y ocasionalmente pueden comer carne. Algunos ejemplares han sido vistos comiendo carroña y se piensa que pueden llegar a cazar activamente roedores como los pikas, o ciervos almizcleros jóvenes. Incluso imágenes de una cámara trampa mostraron a un individuo que acostumbraba a cazar cabras domésticas.

Panda gigante de Qinling (fuente)

Por último, destacar que en las montañas Qinling vive una población de pandas gigantes genéticamente distintos a sus congéneres, con características físicas diferenciales, como un pelaje de color marrón y blanco (en lugar del común negro y blanco del resto de pandas) y una cabeza más redonda, similar a la de los felinos, en contraposición a la cabeza más alargada y más parecida al resto de especies de osos de los pandas "comunes". Algunos expertos han propuesto considerar a estos pandas una subespecie en sí misma, la subespecie de Qinling, diferenciándola del resto de pandas, que constituirían la subespecie de Sichuan. La clasificación de los pandas de Qinling como subespecie distinta no es aceptada por todos los expertos, que sí coinciden sin embargo en que esta población debe ser gestionada como una unidad de conservación, en base a mantener su estructura genética y sus posibles adaptaciones al medio.


Más información sobre el panda gigante:

Documental de Nat Geo Wild (en inglés) titulado "La vida de los pandas gigantes"

http://www.iucnredlist.org/details/full/712/0

http://www.arkive.org/giant-panda/ailuropoda-melanoleuca/

https://nationalzoo.si.edu/animals/giant-panda

http://wwf.panda.org/what_we_do/endangered_species/giant_panda/

http://animals.nationalgeographic.com/animals/mammals/giant-panda/

http://www.worldwildlife.org/species/giant-panda

http://www.panda.org.cn/english/

http://animals.sandiegozoo.org/animals/giant-panda

http://animaldiversity.org/accounts/Ailuropoda_melanoleuca/

http://www.bearsoftheworld.net/qinling_panda_bear.asp

http://cntvna.com/News/2013-10/17/cms90919article.shtml

http://lazy-lizard-tales.blogspot.com.es/2012/01/on-meat-eating-giant-pandas.html


martes, 6 de septiembre de 2016

Dos rinocerontes indonesios al borde de la extinción

Los dos rinocerontes oriundos del sudeste asiático se encuentran entre las especies más escasas y amenazadas del mundo, tanto que han sido declaradas "especies en peligro crítico de extinción" por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Se trata del rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis) y el rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus).

El rinoceronte de Sumatra llegó a distribuirse en el pasado por un área geográfica que abarcaba desde las estribaciones del Himalaya, en Bután y norte de India, hasta la península de Malasia y las islas de Sumatra y Borneo, pasando por el sur de China. Hoy en día, sobrevive en pequeñas poblaciones distribuidas por Sumatra, noreste de Borneo y probablemente queden unos pocos animales en Malasia peninsular. Sus poblaciones han sufrido un declive de más del 80% en tan solo tres generaciones (estimando un tiempo de generación de 20 años), y se piensa que sobreviven menos de 250 individuos maduros de la especie. Durante la pasada década se ha conseguido frenar en parte ese declive gracias a las medidas de protección adoptadas, pero la pérdida de efectivos sigue siendo una realidad en las poblaciones más pequeñas. Se sabe que hay más de 20 individuos en cautividad, la mayoría en Indonesia y Malasia, con algunos ejemplares en Estados Unidos.

Rinoceronte de Sumatra en el zoo de Cincinnati (Estados Unidos). (C) Phil Myers / Animal Diversity Web.
En 1986 tuvo lugar un inesperado episodio con esta especie como protagonista. Aproximadamente media docena de ejemplares del peludo rinoceronte de Sumatra fueron encontrados en Sarawak, un estado perteneciente a Malasia, situado en el norte de la isla indonesia de Borneo. Los científicos creían al rinoceronte de Sumatra extinto en Sarawak nada menos que desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Cuatro décadas enteras había pasado desapercibido para la ciencia en el citado estado malayo un animal de semejante tamaño. En realidad, el grupo de rinocerontes fue descubierto en un valle remoto de la región de Ulu Baram por habitantes locales ya en 1983, pero la Oficina de Vida Salvaje y Parques Nacionales del Departamento de Bosques de Sarawak, decidió mantener en secreto el descubrimiento con el fin de ganar tiempo para diseñar e implementar medidas de protección para estos animales. El Dr. Julian Caldecott, de la organización Earthlife Foundation, realizó funciones de asesoramiento en dichas tareas, además de seguir el rastro de varios rinocerontes en la zona.

A pesar de que puede llegar a pesar más de 1.000 kilogramos y medir más de 3 metros de longitud desde el hocico hasta el final del cuerpo, el rinoceronte de Sumatra es la más pequeña de las cinco especies de rinocerontes actuales (tres asiáticas y dos africanas). Se trata del rinoceronte con más pelo corporal, de ahí que frecuentemente se le llame "el rinoceronte peludo", siendo su apariencia general la de un animal prehistórico. El nombre del género (Dicerorhinus) hace referencia a sus dos cuernos, a diferencia de los otros dos rinocerontes asiáticos, que solo poseen uno.

Hembra de rinoceronte de Sumatra en un zoo de Borneo en 1900. (C) Smithsonian Institution / Encyclopedia of Life.

Más sorprendente aún es la historia del rinoceronte de Java, el más críticamente amenazado de todos los rinocerontes actuales. Esta especie se creía confinada en la isla indonesia de Java desde la década de 1940. Sin embargo, en noviembre de 1988, una hembra fue cazada por un nativo en las selvas del sur de Vietnam. Sus restos, junto a los de un segundo ejemplar abatido, fueron examinados por el Dr. George Schaller, vicepresidente de la Sociedad Zoológica de Nueva York, identificándolos como pertenecientes al rinoceronte de Java. En febrero de 1989, el mismo científico, localizó rastros de estos rinocerontes en una zona cercana a la anterior, en las orillas del río Dong Nai. Inmediatamente, el gobierno de Vietnam estableció un "Grupo de Conservación de los Rinocerontes", considerando la posibilidad de ampliar la Reserva de Cat Tien para asegurar la supervivencia a largo plazo de estos animales. Hasta mayo de 1999 no se consiguieron nuevas pruebas de la presencia de estos rinocerontes en Vietnam. Fue entonces cuando uno de estos animales activó una cámara trampa colocada por miembros de WWF en la Reserva Nacional Cat Tien.

Rinoceronte de Java en cautividad hacia 1900. Wikimedia Commons / Wikipedia.
Actualmente, la mayor población de esta especie vive en el Parque Nacional Ujung Kulon, en el extremo occidental de Java. Está compuesta por aproximadamente medio centenar de animales, y se piensa que está próxima a su capacidad de carga, es decir, el número máximo de individuos que la zona puede albergar, teniendo en cuenta factores como los recursos disponibles o el tamaño de los territorios individuales. La población que se encontraba dentro del Parque Nacional Cat Tien (Vietnam), era de un tamaño tan reducido que probablemente hoy en día haya desaparecido. Hacia 2008 se estimaba en unos 6-12 individuos, tamaño que hace muy difícil su viabilidad. No se observaron partos durante bastantes años en este grupo de rinocerontes, haciendo pensar a algunos científicos que podrían ser todos ellos hembras. En mayo de 2010, fue encontrado el cadáver de un rinoceronte de Java cuyo cuerno había sido cortado por cazadores furtivos en la Reserva de Cat Tien. En octubre de 2011, la organización International Rhino Foundation anunció la extinción definitiva del rinoceronte de Java en Vietnam.

Dos rinocerontes de Java en Ujung Kulon en 1930. (fuente)
El rinoceronte de Java es de mayor tamaño que su pariente de Sumatra, alcanzando hasta 2.300 kilos de peso y una longitud del cuerpo de hasta 4 metros. Se tiene constancia de 22 ejemplares mantenidos en cautividad en diferentes zoológicos a lo largo de la historia, pero actualmente no hay rinocerontes de Java cautivos. La especie se encuentra listada en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) desde 1975. Se ha pensado en la posibilidad de reintroducir estos animales en zonas de su antiguo área de distribución. No se descarta la posibilidad (aunque bastante remota) de que aún puedan encontrarse pequeñas poblaciones del rinoceronte de Java que hayan pasado desapercibidas para los científicos en zonas de Laos o Camboya.


Más información sobre el rinoceronte de Sumatra:

Vídeo (en inglés) sobre el rinoceronte de Sumatra (youtube)

http://www.iucnredlist.org/details/full/6553/0

http://www.arkive.org/sumatran-rhinoceros/dicerorhinus-sumatrensis/

http://rhinos.org/species/sumatran-rhino/

http://wwf.panda.org/what_we_do/endangered_species/rhinoceros/asian_rhinos/sumatran_rhinoceros/

http://animals.nationalgeographic.com/animals/mammals/sumatran-rhinoceros/

http://www.worldwildlife.org/species/sumatran-rhino


Más información sobre el rinoceronte de Java:

Documental (en inglés) sobre el rinoceronte de Java (youtube)

http://www.iucnredlist.org/details/full/19495/0

http://www.worldwildlife.org/species/javan-rhino

http://wwf.panda.org/what_we_do/endangered_species/rhinoceros/asian_rhinos/javan_rhinoceros/

http://rhinos.org/species/javan-rhino/

https://www.savetherhino.org/rhino_info/species_of_rhino/javan_rhinos/factfile_javan_rhino

http://www.rainforest-alliance.org/kids/species-profiles/javan-rhinoceros

http://www.livescience.com/25967-vietnam-rhino-extinct.html



sábado, 27 de agosto de 2016

El marozi, ¿león moteado de montaña?

El primer encuentro documentado con el marozi data de 1931, cuando un granjero de nombre Michael Trent abatió dos leones moteados de pequeño tamaño en la cordillera de Los Aberdares (Kenia) a una altitud de unos 3.000 metros. Dichos leones fueron exhibidos como trofeos, llamando la atención del Departamento de Caza de Nairobi debido a sus inusuales pieles moteadas. Los cachorros de león tienen la piel moteada como método de camuflaje, sin embargo, pierden esas manchas al llegar a la edad adulta. Lo que llamaba la atención de estos leones, una vez que fueron examinados más a fondo, es que tenían una edad demasiado avanzada para retener un pelaje moteado.
Las primeras noticias de la existencia de leones moteados llegaron a oídos de los occidentales a través del Coronel Richard Meinertzhagan, quien había escuchado varios testimonios de los marozi entre 1903 y 1908 en las montañas de Kenia. Esos testimonios fueron entendidos más bien como un mito propio de los nativos de aquellas tierras. En 1924 el Capitán A. Blayney Percival informó haber cazado una leona y sus cachorros, los cuales eran todos moteados. Afirmó que la leona tenía una piel con rosetas bien visibles, al igual que sus cachorros. Cabía la posibilidad de que algunos individuos retuvieran sus manchas juveniles durante mucho más tiempo de lo habitual. En 1931, el Capitán R.E. Dent, guardabosques keniata a cargo de la Sección de Pesca, observó cuatro leones moteados que cruzaron el camino por delante suyo, a unos 3.000 metros de altitud. Según afirmó más tarde, parecían más oscuros y más pequeños de lo habitual, se trataba de un tipo muy diferente de león. Dent no le dio mucha importancia a este avistamiento, hasta que, unos meses después, varios de sus empleados le comunicaron que habían atrapado un animal que no era ni un león ni un leopardo, sino que parecía un cruce entre ambos. Por razones desconocidas no fueron capaces de traer de vuelta al animal, y no pudieron conservar su piel.

Idealización del marozi por Bill Rebsamen (Shukernature.com).
Volviendo al primer caso documentado, es decir, a los dos leones abatidos por Trent en 1931, eran un macho y una hembra, aunque la melena en el macho era muy escasa, casi inexistente. A partir del tamaño de las pieles se determinó que su edad era de al menos 3 años, es decir, la edad púber. Dichas pieles eran moteadas, a pesar de que los leones pierden sus manchas mucho antes de los tres años de edad. Además las manchas no mostraban signos de decoloración. La falta de un esqueleto, o al menos de un cráneo, hizo que los funcionarios del Departamento de Caza keniata no pudieran llegar a un veredicto acerca de la edad exacta o la especie a la que pertenecían los dos ejemplares. Kenneth Gandar Dower, un cazador de caza mayor, examinó las pieles de Trent y escribió sobre ellas: "Parecen pertenecer a leones de 2 ó 3 años. Las rosetas con las que nacen la mayoría de los leones no muestran signos de decoloración en ellos. Algunos especímenes inusualmente conservan sus manchas hasta una edad avanzada, pero no en un grado comparable a estos dos ejemplares, con rosetas no sólo distribuidas por las piernas y los flancos, sino por todo el cuerpo." 

Precisamente Kenneth Dower fue el primero en liderar una expedición para encontrar al marozi, convencido de que debía existir en la región una especie de felino aún desconocida para la ciencia. Sin embargo, en sus expediciones, Dower sólo fue capaz de encontrar rastros y otras pruebas circunstanciales de la existencia de estos animales. Las huellas de mayor tamaño que encontró eran demasiado grandes para tratarse de un leopardo, pero demasiado pequeñas para pertenecer a un león, y no encajaban con la hipótesis de un león joven, ya que aquellos animales parecían haber estado acechando a un búfalo, por tanto debía tratarse de ejemplares adultos. No mucho tiempo después, fueron encontradas nuevas huellas a una altitud de unos 3.800 metros. Tras examinarlas, se determinó que pertenecían a un macho y una hembra de marozi, entre otras cosas debido a la gran altura a la que fueron encontradas. Un guía keniata de la expedición había descrito a Dower su encuentro con dos marozi un par de semanas atrás. Según él, eran un macho y una hembra que se encontraban jugando al sol y eran más pequeños y más esbeltos que sus parientes de las llanuras.

Piel de uno de los leones moteados cazados por Trent. Publicada en el libro "The spotted lion" de Kenneth Gandar Dower (1937).
La publicación del libro "El león moteado" por Dower atrajo gran atención y sacó a la luz nuevas pruebas. La más interesante vino de la mano de G. Hamilton Snowball, quien recordó en una carta a la revista "The Field" una aventura vivida en la cordillera de Los Aberdares. Había abatido un animal que en principio parecía ser un leopardo, sin embargo, se dio cuenta de que era demasiado grande y oscuro. Sus guías nativos le indicaron que se trataba de un damasia, no de un chui (leopardo). Según ellos, era tan diferente de un leopardo, como un león lo era de un marozi. Hamilton les preguntó qué era un marozi y ellos inmediatamente le respondieron que se trataba de un animal más pequeño que un león, que generalmente era visto en parejas, aunque esto ocurría en pocas ocasiones y normalmente a gran altitud. Más tarde, en la primavera de 1923, Hamilton asegura haber visto junto a sus guías nativos a dos marozi a una altitud de unos 3.500 metros. Los guías reconocieron inmediatamente a los animales, quienes asustados por los humanos, se escondieron rápidamente en la espesura del bosque. Investigaciones posteriores dieron a conocer que los nativos hacían una clara distinción entre simba (león) y marozi (león moteado de montaña). Afirmaban que los leones nunca subían a tales alturas, sin embargo las altas montañas eran el hábitat del marozi.

HIPÓTESIS SOBRE EL MAROZI

1) Híbrido entre especies. Los casos de hibridación entre un león y un leopardo están bien documentados en cautividad, y la descendencia muestra unos rasgos que encajan bastante bien con el aspecto que debe tener un marozi. Sin embargo, no se ha documentado el cruzamiento entre estos animales en estado salvaje, donde se supone que sería mucho más difícil debido a varias razones, como el diferente estilo de vida de ambas especies.

Aspecto de un leopon (híbrido entre leopardo y león). Foto de Kent Gavin (Shukernature.com).

2) Aberración genética. El aspecto del marozi puede ser el resultado de la expansión de un gen recesivo en una población de leones como consecuencia de una elevada tasa de endogamia. Esta mutación haría que los leones retuviesen sus manchas en la edad adulta y sería causa también del menor tamaño de los individuos. Sin embargo, esto no explicaría su preferencia por el bosque en lugar de sabana, ni las elevadas altitudes en las que habita.
Robert Foran, en un artículo publicado en "The Field" en 1950, sugiere que podría tratarse de ejemplares de león somalí (Panthera leo somalica), una variedad de león más pequeña, más pálida y con melena más escasa que otros leones africanos, que habrían establecido una población en la región de Los Aberdares (Kenia) y entre los cuales habría algunos individuos aberrantes que retendrían una piel moteada en la edad adulta.
Según el zoólogo Karl Shuker, se trata de la evolución de una versión de montaña del león, especialmente adaptado a vivir en los bosques, en los cuales su pelaje moteado, menor talla y la casi ausencia de melena en el macho, serían caracteres favorables para tener éxito en la caza en dicho tipo de hábitat.

3) Individuos subadultos. Parece no ser una hipótesis muy consistente, debido a que se han encontrado ejemplares de edad adulta que retenían su pelaje moteado.

4) Un nuevo taxón. El criptozoólogo belga Bernard Heuvelmans, propuso en 1955 que el marozi era una nueva especie, a la que bautizó con el nombre de Leo maculatus.


Otra imagen de un leopon (Messybeast.com).
Actualmente el marozi es poco recordado y puede que no haya sobrevivido más allá de la mitad del siglo XX, ya que desde los años 40-50 de dicho siglo los informes sobre avistamientos son prácticamente inexistentes.


Más información sobre el marozi:

Vídeo sobre el marozi (youtube)

http://messybeast.com/genetics/lions-spotted.htm

Híbridos entre especies de felinos

http://www.lairweb.org.nz/tiger/marozi.html

El marozi y otros felinos misteriosos en el blog de Karl Shuker

Híbridos entre leopardos y leones


sábado, 20 de agosto de 2016

El descubrimiento de dos nuevos pecaríes

Los pecaríes son mamíferos artiodáctilos de aspecto muy similar a los jabalíes, que habitan las zonas tropicales del continente americano. Son animales de tamaño mediano: suelen medir entre 90 y 130 cm de longitud y pueden llegar a pesar unos 40 kg. Una diferencia notable con los jabalíes y cerdos domésticos es que éstos tienen colmillos largos y curvados que sobresalen de su boca, mientras los colmillos de los pecaríes son cortos, rectos y no sobresalen de la boca del animal.

A principios de los años 70 del siglo XX eran conocidas por la ciencia tan solo dos especies de estos animales. Entre 1972 y 1975, un equipo encabezado por Ralph Wetzel, profesor de la Universidad de Connecticut, realizó extensos estudios de campo en la región semiárida de Gran Chaco, abarcando diferentes zonas de Argentina, Paraguay y Bolivia. Durante esta expedición, los investigadores se percataron de que los habitantes locales conocían tres tipos diferentes de pecarí: el pecarí labiado (Tayassu pecari), el pecarí de collar (Pecari tajacu) y además hablaban de una tercera forma, de mayor tamaño y de grandes orejas, al que se referían como tagua, pagua o curéburo (cerdo-burro). Wetzel fue provisto por los cazadores locales de cráneos de los tres tipos de pecarí, y tras compararlos entre sí, llegó a la conclusión de que el animal de mayor tamaño y con orejas de burro del que hablaban los nativos era en realidad una tercera especie de pecarí no catalogada por la ciencia.

De vuelta a la Universidad de Connecticut, Wetzel se dio cuenta de que el pecarí de orejas grandes que acababa de descubrir en el Chaco, en realidad no era del todo desconocido para la ciencia. Al comparar su cráneo con los de una especie fósil de pecarí conocida como Platygonus wagneri, se percató de que eran el mismo animal. El primer fósil de Platygonus wagneri fue descubierto en 1930, y desde entonces se encontraron muchos más ejemplares de esta especie, pero ninguno de ellos posterior al Pleistoceno (hace entre dos millones y diez mil años), por lo que se pensaba que la especie era una de las muchas que no habían sobrevivido a la Edad de Hielo. Además, Wetzel creyó conveniente incluir a la especie en un nuevo género, renombrándola en 1975 como Catagonus wagneri, hoy en día conocida comúnmente como pecarí del Chaco o tagua.

Pecarí del Chaco Catagonus wagneri en el zoo Beardsley (Bridgeport, Connecticut). Foto de James Dowling-Healey/Animal Diversity Web.
Es una especie activa durante el día, cuando se alimenta de cactus, frutos, raíces y plantas herbáceas. Suelen lamer suelos ricos en sales minerales para obtener calcio y magnesio. Viven en pequeños grupos de 2 a 10 individuos, formados normalmente por 4 ó 5 adultos acompañados por juveniles. Son animales territoriales, viven en áreas que pueden superar las 1.100 hectáreas y que marcan con sus glándulas odoríferas. Las hembras producen descendencia como muy pronto a los 2 años de edad. Tienen una camada al año, compuesta por 1 a 4 crías, que nacen bien desarrolladas y son capaces de correr a las pocas horas de su nacimiento. Se piensa que su longevidad puede superar los 9 años.

Actualmente esta especie se encuentra en peligro de extinción según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Sus mayores amenazas son la destrucción de su hábitat y la caza por parte de los nativos de la zona para alimentarse de su carne y obtener su pelaje. La organización Wildlife Conservation International inició en 1983, bajo la dirección del zoólogo Andrew Taber, un proyecto para intentar frenar el declive de la especie, así como para salvaguardar la ecología de la región del Gran Chaco.

Sello postal de la República de Argentina con la imagen del pecarí del Chaco (fuente)

Durante el año 2000, el cinematógrafo alemán de vida salvaje Lothar Frenz y el biólogo holandés especialista en mamíferos Marc van Roosmalen, se encontraban realizando una expedición en la región amazónica del río Aripuana, cuando observaron como los integrantes de una tribu local cazaban y comían lo que parecía un pecarí de un tamaño superior a lo común. Los dos hombres pudieron rescatar algunos restos del animal, que fueron enviados a analizar genéticamente. En 2003, van Roosmalen consiguió filmar imágenes de tres individuos de esta especie. Después de la comparación de secuencias tanto de DNA mitocondrial como de DNA nuclear con el pecarí de collar (Pecari tajacu), se llegó a la conclusión de que los restos recogidos por Frenz y van Roosmalen pertenecían a una nueva especie que habría divergido del pecarí de collar hace entre 1 y 1.2 millones de años. En un artículo publicado en 2007, van Roosmalen y coautores nombraron formalmente la nueva especie como Pecari maximus, al tratarse de la especie conocida de pecarí de mayor tamaño. Sin embargo, en 2011, un equipo de científicos liderado por Jaime Góngora analizó diferentes tipos de pruebas sobre la nueva especie de pecarí. Compararon tanto caracteres anatómicos como secuencias de DNA, llegando a la conclusión de que no había razones suficientes para hablar de una nueva especie. Por esta razón, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), decidió eliminar de su lista de especies a Pecari maximus, pasando a considerarla una variante de la ya conocida Pecari tajacu.

Pareja de pecaríes de collar Pecari tajacu. (C) Jeff Whitlock / Encyclopedia of Life
Muchos zoólogos actuales no están convencidos de la validez como especie del pecarí gigante, y tiende a pensarse que más bien representa una variante local del pecarí de collar con un tamaño mayor de lo habitual.


Más información sobre el pecarí del chaco:

http://www.arkive.org/chacoan-peccary/catagonus-wagneri/#text=Biology

http://www.iucnredlist.org/details/4015/0

http://library.sandiegozoo.org/factsheets/chacoan_peccary/peccary.htm

http://www.edgeofexistence.org/mammals/species_info.php?id=67

http://www.ultimateungulate.com/Artiodactyla/Catagonus_wagneri.html

http://animaldiversity.org/accounts/Catagonus_wagneri/

Más información sobre Ralph Wetzel:

http://biodiversity.uconn.edu/wetzel-biography/

Más información sobre el Dr. Marc van Roosmalen:

http://www.marcvanroosmalen.com/

https://en.wikipedia.org/wiki/Marc_van_Roosmalen