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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo" (Oscar Wilde). "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" (Severo Ochoa).

sábado, 27 de agosto de 2016

El marozi, ¿león moteado de montaña?

El primer encuentro documentado con el marozi data de 1931, cuando un granjero de nombre Michael Trent abatió dos leones moteados de pequeño tamaño en la cordillera de Los Aberdares (Kenia) a una altitud de unos 3.000 metros. Dichos leones fueron exhibidos como trofeos, llamando la atención del Departamento de Caza de Nairobi debido a sus inusuales pieles moteadas. Los cachorros de león tienen la piel moteada como método de camuflaje, sin embargo, pierden esas manchas al llegar a la edad adulta. Lo que llamaba la atención de estos leones, una vez que fueron examinados más a fondo, es que tenían una edad demasiado avanzada para retener un pelaje moteado.
Las primeras noticias de la existencia de leones moteados llegaron a oídos de los occidentales a través del Coronel Richard Meinertzhagan, quien había escuchado varios testimonios de los marozi entre 1903 y 1908 en las montañas de Kenia. Esos testimonios fueron entendidos más bien como un mito propio de los nativos de aquellas tierras. En 1924 el Capitán A. Blayney Percival informó haber cazado una leona y sus cachorros, los cuales eran todos moteados. Afirmó que la leona tenía una piel con rosetas bien visibles, al igual que sus cachorros. Cabía la posibilidad de que algunos individuos retuvieran sus manchas juveniles durante mucho más tiempo de lo habitual. En 1931, el Capitán R.E. Dent, guardabosques keniata a cargo de la Sección de Pesca, observó cuatro leones moteados que cruzaron el camino por delante suyo, a unos 3.000 metros de altitud. Según afirmó más tarde, parecían más oscuros y más pequeños de lo habitual, se trataba de un tipo muy diferente de león. Dent no le dio mucha importancia a este avistamiento, hasta que, unos meses después, varios de sus empleados le comunicaron que habían atrapado un animal que no era ni un león ni un leopardo, sino que parecía un cruce entre ambos. Por razones desconocidas no fueron capaces de traer de vuelta al animal, y no pudieron conservar su piel.

Idealización del marozi por Bill Rebsamen (Shukernature.com).
Volviendo al primer caso documentado, es decir, a los dos leones abatidos por Trent en 1931, eran un macho y una hembra, aunque la melena en el macho era muy escasa, casi inexistente. A partir del tamaño de las pieles se determinó que su edad era de al menos 3 años, es decir, la edad púber. Dichas pieles eran moteadas, a pesar de que los leones pierden sus manchas mucho antes de los tres años de edad. Además las manchas no mostraban signos de decoloración. La falta de un esqueleto, o al menos de un cráneo, hizo que los funcionarios del Departamento de Caza keniata no pudieran llegar a un veredicto acerca de la edad exacta o la especie a la que pertenecían los dos ejemplares. Kenneth Gandar Dower, un cazador de caza mayor, examinó las pieles de Trent y escribió sobre ellas: "Parecen pertenecer a leones de 2 ó 3 años. Las rosetas con las que nacen la mayoría de los leones no muestran signos de decoloración en ellos. Algunos especímenes inusualmente conservan sus manchas hasta una edad avanzada, pero no en un grado comparable a estos dos ejemplares, con rosetas no sólo distribuidas por las piernas y los flancos, sino por todo el cuerpo." 

Precisamente Kenneth Dower fue el primero en liderar una expedición para encontrar al marozi, convencido de que debía existir en la región una especie de felino aún desconocida para la ciencia. Sin embargo, en sus expediciones, Dower sólo fue capaz de encontrar rastros y otras pruebas circunstanciales de la existencia de estos animales. Las huellas de mayor tamaño que encontró eran demasiado grandes para tratarse de un leopardo, pero demasiado pequeñas para pertenecer a un león, y no encajaban con la hipótesis de un león joven, ya que aquellos animales parecían haber estado acechando a un búfalo, por tanto debía tratarse de ejemplares adultos. No mucho tiempo después, fueron encontradas nuevas huellas a una altitud de unos 3.800 metros. Tras examinarlas, se determinó que pertenecían a un macho y una hembra de marozi, entre otras cosas debido a la gran altura a la que fueron encontradas. Un guía keniata de la expedición había descrito a Dower su encuentro con dos marozi un par de semanas atrás. Según él, eran un macho y una hembra que se encontraban jugando al sol y eran más pequeños y más esbeltos que sus parientes de las llanuras.

Piel de uno de los leones moteados cazados por Trent. Publicada en el libro "The spotted lion" de Kenneth Gandar Dower (1937).
La publicación del libro "El león moteado" por Dower atrajo gran atención y sacó a la luz nuevas pruebas. La más interesante vino de la mano de G. Hamilton Snowball, quien recordó en una carta a la revista "The Field" una aventura vivida en la cordillera de Los Aberdares. Había abatido un animal que en principio parecía ser un leopardo, sin embargo, se dio cuenta de que era demasiado grande y oscuro. Sus guías nativos le indicaron que se trataba de un damasia, no de un chui (leopardo). Según ellos, era tan diferente de un leopardo, como un león lo era de un marozi. Hamilton les preguntó qué era un marozi y ellos inmediatamente le respondieron que se trataba de un animal más pequeño que un león, que generalmente era visto en parejas, aunque esto ocurría en pocas ocasiones y normalmente a gran altitud. Más tarde, en la primavera de 1923, Hamilton asegura haber visto junto a sus guías nativos a dos marozi a una altitud de unos 3.500 metros. Los guías reconocieron inmediatamente a los animales, quienes asustados por los humanos, se escondieron rápidamente en la espesura del bosque. Investigaciones posteriores dieron a conocer que los nativos hacían una clara distinción entre simba (león) y marozi (león moteado de montaña). Afirmaban que los leones nunca subían a tales alturas, sin embargo las altas montañas eran el hábitat del marozi.

HIPÓTESIS SOBRE EL MAROZI

1) Híbrido entre especies. Los casos de hibridación entre un león y un leopardo están bien documentados en cautividad, y la descendencia muestra unos rasgos que encajan bastante bien con el aspecto que debe tener un marozi. Sin embargo, no se ha documentado el cruzamiento entre estos animales en estado salvaje, donde se supone que sería mucho más difícil debido a varias razones, como el diferente estilo de vida de ambas especies.

Aspecto de un leopon (híbrido entre leopardo y león). Foto de Kent Gavin (Shukernature.com).

2) Aberración genética. El aspecto del marozi puede ser el resultado de la expansión de un gen recesivo en una población de leones como consecuencia de una elevada tasa de endogamia. Esta mutación haría que los leones retuviesen sus manchas en la edad adulta y sería causa también del menor tamaño de los individuos. Sin embargo, esto no explicaría su preferencia por el bosque en lugar de sabana, ni las elevadas altitudes en las que habita.
Robert Foran, en un artículo publicado en "The Field" en 1950, sugiere que podría tratarse de ejemplares de león somalí (Panthera leo somalica), una variedad de león más pequeña, más pálida y con melena más escasa que otros leones africanos, que habrían establecido una población en la región de Los Aberdares (Kenia) y entre los cuales habría algunos individuos aberrantes que retendrían una piel moteada en la edad adulta.
Según el zoólogo Karl Shuker, se trata de la evolución de una versión de montaña del león, especialmente adaptado a vivir en los bosques, en los cuales su pelaje moteado, menor talla y la casi ausencia de melena en el macho, serían caracteres favorables para tener éxito en la caza en dicho tipo de hábitat.

3) Individuos subadultos. Parece no ser una hipótesis muy consistente, debido a que se han encontrado ejemplares de edad adulta que retenían su pelaje moteado.

4) Un nuevo taxón. El criptozoólogo belga Bernard Heuvelmans, propuso en 1955 que el marozi era una nueva especie, a la que bautizó con el nombre de Leo maculatus.


Otra imagen de un leopon (Messybeast.com).
Actualmente el marozi es poco recordado y puede que no haya sobrevivido más allá de la mitad del siglo XX, ya que desde los años 40-50 de dicho siglo los informes sobre avistamientos son prácticamente inexistentes.


Más información sobre el marozi:

Vídeo sobre el marozi (youtube)

http://messybeast.com/genetics/lions-spotted.htm

Híbridos entre especies de felinos

http://www.lairweb.org.nz/tiger/marozi.html

El marozi y otros felinos misteriosos en el blog de Karl Shuker

Híbridos entre leopardos y leones


sábado, 20 de agosto de 2016

El descubrimiento de dos nuevos pecaríes

Los pecaríes son mamíferos artiodáctilos de aspecto muy similar a los jabalíes, que habitan las zonas tropicales del continente americano. Son animales de tamaño mediano: suelen medir entre 90 y 130 cm de longitud y pueden llegar a pesar unos 40 kg. Una diferencia notable con los jabalíes y cerdos domésticos es que éstos tienen colmillos largos y curvados que sobresalen de su boca, mientras los colmillos de los pecaríes son cortos, rectos y no sobresalen de la boca del animal.

A principios de los años 70 del siglo XX eran conocidas por la ciencia tan solo dos especies de estos animales. Entre 1972 y 1975, un equipo encabezado por Ralph Wetzel, profesor de la Universidad de Connecticut, realizó extensos estudios de campo en la región semiárida de Gran Chaco, abarcando diferentes zonas de Argentina, Paraguay y Bolivia. Durante esta expedición, los investigadores se percataron de que los habitantes locales conocían tres tipos diferentes de pecarí: el pecarí labiado (Tayassu pecari), el pecarí de collar (Pecari tajacu) y además hablaban de una tercera forma, de mayor tamaño y de grandes orejas, al que se referían como tagua, pagua o curéburo (cerdo-burro). Wetzel fue provisto por los cazadores locales de cráneos de los tres tipos de pecarí, y tras compararlos entre sí, llegó a la conclusión de que el animal de mayor tamaño y con orejas de burro del que hablaban los nativos era en realidad una tercera especie de pecarí no catalogada por la ciencia.

De vuelta a la Universidad de Connecticut, Wetzel se dio cuenta de que el pecarí de orejas grandes que acababa de descubrir en el Chaco, en realidad no era del todo desconocido para la ciencia. Al comparar su cráneo con los de una especie fósil de pecarí conocida como Platygonus wagneri, se percató de que eran el mismo animal. El primer fósil de Platygonus wagneri fue descubierto en 1930, y desde entonces se encontraron muchos más ejemplares de esta especie, pero ninguno de ellos posterior al Pleistoceno (hace entre dos millones y diez mil años), por lo que se pensaba que la especie era una de las muchas que no habían sobrevivido a la Edad de Hielo. Además, Wetzel creyó conveniente incluir a la especie en un nuevo género, renombrándola en 1975 como Catagonus wagneri, hoy en día conocida comúnmente como pecarí del Chaco o tagua.

Pecarí del Chaco Catagonus wagneri en el zoo Beardsley (Bridgeport, Connecticut). Foto de James Dowling-Healey/Animal Diversity Web.
Es una especie activa durante el día, cuando se alimenta de cactus, frutos, raíces y plantas herbáceas. Suelen lamer suelos ricos en sales minerales para obtener calcio y magnesio. Viven en pequeños grupos de 2 a 10 individuos, formados normalmente por 4 ó 5 adultos acompañados por juveniles. Son animales territoriales, viven en áreas que pueden superar las 1.100 hectáreas y que marcan con sus glándulas odoríferas. Las hembras producen descendencia como muy pronto a los 2 años de edad. Tienen una camada al año, compuesta por 1 a 4 crías, que nacen bien desarrolladas y son capaces de correr a las pocas horas de su nacimiento. Se piensa que su longevidad puede superar los 9 años.

Actualmente esta especie se encuentra en peligro de extinción según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Sus mayores amenazas son la destrucción de su hábitat y la caza por parte de los nativos de la zona para alimentarse de su carne y obtener su pelaje. La organización Wildlife Conservation International inició en 1983, bajo la dirección del zoólogo Andrew Taber, un proyecto para intentar frenar el declive de la especie, así como para salvaguardar la ecología de la región del Gran Chaco.

Sello postal de la República de Argentina con la imagen del pecarí del Chaco (fuente)

Durante el año 2000, el cinematógrafo alemán de vida salvaje Lothar Frenz y el biólogo holandés especialista en mamíferos Marc van Roosmalen, se encontraban realizando una expedición en la región amazónica del río Aripuana, cuando observaron como los integrantes de una tribu local cazaban y comían lo que parecía un pecarí de un tamaño superior a lo común. Los dos hombres pudieron rescatar algunos restos del animal, que fueron enviados a analizar genéticamente. En 2003, van Roosmalen consiguió filmar imágenes de tres individuos de esta especie. Después de la comparación de secuencias tanto de DNA mitocondrial como de DNA nuclear con el pecarí de collar (Pecari tajacu), se llegó a la conclusión de que los restos recogidos por Frenz y van Roosmalen pertenecían a una nueva especie que habría divergido del pecarí de collar hace entre 1 y 1.2 millones de años. En un artículo publicado en 2007, van Roosmalen y coautores nombraron formalmente la nueva especie como Pecari maximus, al tratarse de la especie conocida de pecarí de mayor tamaño. Sin embargo, en 2011, un equipo de científicos liderado por Jaime Góngora analizó diferentes tipos de pruebas sobre la nueva especie de pecarí. Compararon tanto caracteres anatómicos como secuencias de DNA, llegando a la conclusión de que no había razones suficientes para hablar de una nueva especie. Por esta razón, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), decidió eliminar de su lista de especies a Pecari maximus, pasando a considerarla una variante de la ya conocida Pecari tajacu.

Pareja de pecaríes de collar Pecari tajacu. (C) Jeff Whitlock / Encyclopedia of Life
Muchos zoólogos actuales no están convencidos de la validez como especie del pecarí gigante, y tiende a pensarse que más bien representa una variante local del pecarí de collar con un tamaño mayor de lo habitual.


Más información sobre el pecarí del chaco:

http://www.arkive.org/chacoan-peccary/catagonus-wagneri/#text=Biology

http://www.iucnredlist.org/details/4015/0

http://library.sandiegozoo.org/factsheets/chacoan_peccary/peccary.htm

http://www.edgeofexistence.org/mammals/species_info.php?id=67

http://www.ultimateungulate.com/Artiodactyla/Catagonus_wagneri.html

http://animaldiversity.org/accounts/Catagonus_wagneri/

Más información sobre Ralph Wetzel:

http://biodiversity.uconn.edu/wetzel-biography/

Más información sobre el Dr. Marc van Roosmalen:

http://www.marcvanroosmalen.com/

https://en.wikipedia.org/wiki/Marc_van_Roosmalen


sábado, 16 de julio de 2016

El redescubrimiento del ibis gigante

El ibis gigante (Thaumatibis gigantea), Oustalet, 1877, es la especie de ibis más grande del mundo. Se trata del ave nacional de Camboya, además de ser una especie extremadamente rara: instituciones como The Zoological Society of London o la Universidad de Yale la catalogaron en 2014 como la especie de ave en mayor peligro de extinción. Su área de distribución se extendía históricamente por Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya, aunque solo era considerada una especie común en parte de este último país. Después de los años 60 del siglo XX hubo un largo periodo sin ningún avistamiento en el que fue considerado posiblemente extinto, hasta que en 1993 la especie fue redescubierta en Laos. Poco después de este avistamiento, una diminuta población reproductora de estos animales fue hallada en los remotos bosques de dipterocarpáceas del norte de Camboya, cerca de la frontera con Laos.

Ibis gigante Thaumatibis gigantea (fuente)
Los adultos de ibis gigante alcanzan una longitud del pico a la cola de hasta 106 cm, con una altura en la vertical de hasta 1 metro y un peso de unos 4.2 kilogramos. El plumaje es pardo-grisáceo oscuro con la cabeza y parte superior del cuello desnudos. Hay bandas oscuras en la parte posterior de la cabeza y la zona de los hombros, además de en la punta de las alas. Destaca su pico curvado y largo, de un color marrón-amarillento. Los ojos son de color rojo oscuro. Los juveniles tienen plumas cortas de color negro en la parte posterior de la cabeza bajando hasta el cuello, el pico es más corto que en el adulto y los ojos son de color marrón. Es característica su potente llamada, que repite frecuentemente al amanecer y al atardecer.

Los ibis gigantes pueden ser animales solitarios, aunque también se reúnen en parejas o en pequeños grupos. Habita los bosques abiertos de dipterocarpáceas de tierras bajas, predominantemente de hoja caduca, alimentándose en humedales (más abundantes durante la estación lluviosa) o en pastizales. Su dieta incluye gran cantidad de invertebrados, crustáceos, anguilas, pequeños anfibios, reptiles y semillas. Con frecuencia se alimenta en el barro blando que rodea a las piscinas estacionales. Anida en los árboles. Las hembras casi siempre ponen dos huevos por puesta en la estación húmeda. Las piscinas y los pastizales inundados estacionalmente con abundancia de lombrices parecen tener gran importancia en la época de cría, de junio a septiembre. No parece hacer grandes migraciones, pero se mueve en respuesta a perturbaciones locales y variaciones estacionales de las áreas inundadas.

El rango de distribución de esta especie abarca principalmente el norte y este de Camboya, con unos pocos individuos pertenecientes a esa misma población en el extremo sur de Laos. También han sido avistados recientemente ejemplares en el Parque Nacional Yok Don, en el extremo oeste de Vietnam, muy cerca de la frontera con Camboya. Antiguamente su rango de distribución se extendía también por el sur de Vietnam y parte de Tailandia, país este último en el que no quedan ejemplares a día de hoy.

Área de distribución del ibis gigante

La especie se encuentra "en peligro crítico de extinción" según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). En 2014 fue llevada a cabo una estimación a nivel global del número de individuos que sobreviven, basada en nuevos datos recogidos y en la opinión de expertos. La población global fue estimada en un número mínimo de 194 individuos maduros, lo cual equivale a un total de aproximadamente 290 individuos. Las áreas de mayor densidad poblacional se encuentran en las llanuras del norte de Camboya, como el bosque protegido de Preah Vihear y el santuario de vida salvaje de Kulen Promtep. 


Ibis gigante en vuelo. Foto de Ashish John/WCS.
A pesar de que aún se conserva buena parte del hábitat adecuado para la supervivencia de la especie, la deforestación y el drenaje de humedales para la agricultura han disminuido las áreas habitables por estos animales. La conversión de tierras para usos agroindustriales como caucho, yuca, pasta de madera o plantaciones de teca, ha hecho desaparecer grandes áreas de bosque de tierras bajas.  La caza y la recolección de huevos parecen ser amenazas importantes en la actualidad. La población humana está aumentando en general dentro del rango de distribución del ibis gigante, lo que lleva a un aumento de las infraestructuras que contribuyen a la pérdida de los bosques. La frecuencia de quema de los bosques de dipterocarpáceas va en aumento, lo que lleva a una disminución en los recursos alimenticios para la especie. Las especies de árboles óptimas para anidar son utilizadas en muchos casos para usos comerciales de la madera, con lo que estas aves deben usar otros árboles menos adecuados para la construcción de sus nidos. Además, la depredación de los nidos por parte de depredadores como la civeta común de la palma (Paradoxurus hermaphroditus) o la marta de garganta amarilla (Martes flavigula) parecen limitar su éxito reproductor.


La caza del ibis gigante fue prohibida en Camboya en 1994. Además, en 2015 fue publicado un Plan Nacional de Acción para trabajar en la supervivencia de esta especie. Dicho Plan tiene como objetivo que en un plazo de 10 años (para 2025) la población de ibis gigante se haga estable o incluso aumente, y la especie habite una red de espacios protegidos adecuadamente. Ya se encuentran en marcha acciones para proteger tanto los lugares de cría como los de alimentación de la especie por parte del gobierno de Camboya, con la colaboración de organizaciones como BirdLife International o Wildlife Conservation Society.

Más información sobre Thaumatibis gigantea:

http://www.iucnredlist.org/details/full/22697536/0

http://eol.org/data_objects/32098398

http://www.arkive.org/giant-ibis/thaumatibis-gigantea/

Galería de vídeos

http://www.birdlife.org/datazone/speciesfactsheet.php?id=3800

http://www.edgeofexistence.org/birds/species_info.php?id=1919

http://asia.nikkei.com/Life-Arts/Life/Can-the-world-s-rarest-bird-be-saved


jueves, 22 de octubre de 2015

Dos ciervos asiáticos y una extinción

El ciervo del padre David

Conocido con el nombre científico de Elaphurus davidianus, (Milne-Edwards, 1866), el ciervo del padre David está declarado extinto en estado salvaje por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y tan solo sobrevive en unas cuantas reservas naturales y parques zoológicos alrededor del mundo.

La población de esta especie (nativa de China) fue diezmada debido seguramente a diversas razones, como la utilización de su carne para consumo humano o las supuestas propiedades afrodisíacas de sus astas. Se piensa que hace aproximadamente 1.000 años no quedaban ejemplares en estado salvaje, aunque Dobroruka (1970) informó sobre dos pieles recolectadas en la isla de Hainan (cerca de la costa sureste de China) en 1869. Además, hay informes que hablan de un ejemplar abatido en 1939 cerca del Mar Amarillo, el cual es considerado frecuentemente como el último individuo conocido en estado salvaje de esta especie. En todo caso, el ciervo del padre David no fue conocido por la ciencia occidental hasta 1865, gracias al misionero francés Armand David, quien fue también descubridor del panda gigante. El Emperador de China, había reunido una manada de 34 ciervos de esta especie en su Parque Imperial de Caza, cerca de Pekín (actual Beijing). Esta manada estaba rodeada por un muro de 72 kilómetros y vigilada por una patrulla de guardas. El padre David había escuchado rumores acerca de lo que se ocultaba detrás de aquellos muros y sentía curiosidad. Consiguió sobornar a los guardas para que le entregasen pieles, cuernos y huesos de tres ejemplares a cambio de dinero, aprovechando que los citados vigilantes mataban algún ciervo de vez en cuando para alimentar a sus familias, a pesar de que podían ser castigados con la pena de muerte por tales actos. Dichos restos de los animales fueron enviados a París, donde el zoólogo Milne-Edwards confirmó que pertenecían a una especie hasta entonces desconocida para la ciencia y realizó la descripción, nombrándola en honor a su descubridor, el padre Armand David.

Ciervos del padre David en la Reserva Natural Dafeng (China). Autor de la foto: David Blank.

Más tarde, varios ejemplares de este animal serían donados por el Emperador chino y enviados a Europa. Durante 1894 y 1895 China sufrió inundaciones devastadoras que acabaron con buena parte del muro que protegía a la manada imperial. Muchos de los ciervos murieron arrastrados por las aguas y otros fueron cazados por la hambrienta población al abandonar la protección del recinto. En 1900, durante la rebelión de los bóxers, las tropas extranjeras que habían tomado Pekín, entraron en los Jardines Imperiales y acabaron con los pocos animales que aún vivían. Según algunas fuentes en ese momento la especie quedó extinguida en China, aunque según otras fuentes el último de los ciervos de la manada imperial murió en el zoo de Beijing en 1922.


Al enterarse de que el animal se había extinguido en China, el Duque de Bedford (aficionado a coleccionar animales extraños), reunió un total de 18 ciervos del padre David mediante su compra a distintos zoológicos europeos y comenzó un programa de cría en los terrenos de la Abadía de Woburn (Inglaterra). La población creció hasta 90 animales, pero la Primera Guerra Mundial volvió a poner a la especie en peligro, reduciendo el número de individuos hasta 50. En 1946 la población se había recuperado de nuevo, alcanzando los 300 animales. En 1956 el Duque de Bedford decidió enviar cuatro ejemplares al zoo de Beijing para iniciar su cría de nuevo en el país asiático. Para 1970, ya había 500 individuos sólo en la Abadía de Woburn y en 1986 veintidós ciervos fueron enviados desde dicha Abadía a China para ser soltados en la Reserva Dafeng, que ocupa los antiguos Jardines de Caza Imperiales.

Actualmente se estima que hay unos 2.000 ciervos de este tipo en el mundo y a pesar de que todos ellos descienden del pequeño grupo que reunió el Duque de Bedford en la Abadía de Woburn, no muestran problemas debidos a la endogamia.


El ciervo de Schomburgk

El ciervo de Schomburgk (Rucervus schomburgki) no corrió la misma suerte que el anterior. Fue descrito por Blyth en 1863 y nombrado en honor de Sir Robert H. Schomburgk, quien fue cónsul británico en Bangkok de 1857 a 1864. La especie es catalogada dentro del Género Cervus por algunos autores, aceptándose Cervus schomburgki como sinónimo.

Este ciervo habitó la zona centro-sur de Tailandia, aunque probablemente en el pasado su área de distribución incluyese Laos y el sur de China. Prefería para vivir las llanuras inundadas con hierba alta, caña de azúcar y matorrales, evitando las áreas con vegetación densa. Precisamente las preferencias en el hábitat tendrían mucho que ver con su extinción. La producción comercial de arroz para su exportación comenzó en Tailandia a finales del siglo XIX. Como consecuencia, a principios del siglo XX la mayor parte de las áreas pantanosas y praderas en las que este ciervo vivía, habían desaparecido. Las manadas de este animal se vieron confinadas en islas que se formaban en la época de lluvias y en las cuales eran sometidas a una gran presión de caza. A pesar de que en su día fue abundante en Tailandia, en la década de 1920 el ciervo de Schomgburk ya estaba avocado a la extinción. Se piensa que los últimos individuos en estado salvaje sobrevivieron más o menos hasta 1932. El último individuo conocido de la especie fue un macho adulto que vivía en un templo budista de Tailandia y murió tiroteado por un habitante local ebrio en 1938. La especie fue formalmente declarada extinta por la UICN en 1996.

Ciervo de Schomgburk fotografiado en el zoo de Berlín oeste por Lothar Schlawe en 1911.

Durante una visita a una tienda de medicina tradicional china situada en un área relativamente remota de Laos en 1991, Laurent Chazée, un agrónomo de Naciones Unidas, observó unas extrañas astas de ciervo a la venta. Chazée, tomó una fotografía de las astas y las identificó como pertenecientes a un ciervo de Schomburgk después de compararlas con las escasas fotografías de ejemplares de esta especie criados en zoos europeos a finales del siglo XIX y principios del XX. El dueño de la tienda le dijo a Chazée que las astas provenían de un animal cazado en 1990 en un distrito muy cercano.
Basándose en este hallazgo, los autores MacPhee y Flemming piensan que es posible que la especie aún sobreviva en Laos y debería investigarse más en profundidad. Los habitantes de la región boscosa de Laos de la que provienen las astas, sienten un gran respeto por los espíritus de los animales del bosque de acuerdo con su tradición, por eso está prohibida su caza. De esta manera, hay quien piensa que una población de estos animales podría haber sobrevivido en la zona hasta nuestros días, al no verse sometida a presión de caza alguna.

En 1870, el Jardín Zoológico de Hamburgo (Alemania) fue el primero en criar ciervos de Schomburgk. Por desgracia, ningún ejemplar ha sobrevivido en cautividad hasta hoy. El único animal que se conserva disecado se encuentra en el Museo de Historia Natural de París. Además se conservan unos pocos cráneos y astas.

Más información sobre el ciervo del padre David:

http://blogs.scientificamerican.com/tetrapod-zoology/the-seemingly-endless-weirdosity-of-the-milu/

http://www.iucnredlist.org/details/full/7121/0

http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000276&titulo=Ciervo_del_padre_David_(Elaphurus_davidianus)

http://www.arkive.org/pere-davids-deer/elaphurus-davidianus/

http://www.ultimateungulate.com/artiodactyla/elaphurus_davidianus.html

http://blogueiros.axena.org/2012/12/18/la-milagrosa-salvacion-de-los-ciervos-del-padre-david/

Galería de fotos

http://wwf.panda.org/who_we_are/wwf_offices/china/news/?23995/Pere-Davids-deer-thrive-in-China-20-years-after-reintroduction

Más información sobre el ciervo de Schomburgk:

http://www.iucnredlist.org/details/full/4288/0

http://eol.org/pages/999297/details

http://www.ultimateungulate.com/Artiodactyla/Rucervus_schomburgki.html

http://www.petermaas.nl/extinct/speciesinfo/schomburgksdeer.htm

http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000110

https://es.wikipedia.org/wiki/Rucervus_schomburgki



lunes, 28 de septiembre de 2015

El pavo del Congo, un hallazgo de la zoología moderna

El pavo del Congo, conocido científicamente como Afropavo congensis, (Chapin, 1936), es la única especie de faisán originaria de África. Su descubrimiento se lo debemos al Dr. James P. Chapin, quien, mientras trabajaba en el Museo de Historia Natural de Nueva York, visitó el Congo en una expedición que duró de 1909 a 1915.

Durante mucho tiempo los nativos del Congo habían estado familiarizados con un animal al que ellos llamaban mbulu. Lo cazaban con frecuencia para alimentarse de su carne y también usaban sus plumas como ornamento para la cabeza. Mientras tanto, el animal permanecía desconocido para la ciencia occidental.
En la localidad de Avakubi (actual República Democrática del Congo), Chapin observó a un nativo que portaba dos extrañas plumas entre las que formaban el adorno de su cabeza. Eran de color rojizo y con anchas bandas negras, de tal manera que llamaron la atención del científico americano, quien no consiguió identificar la especie de ave a la que pertenecían. Chapin le compró el ornamento al hombre que lo portaba, y aunque no fue capaz de descifrar el misterio del mbulu durante los aproximadamente 20 años siguientes, aquellas plumas permanecieron en su memoria. En 1936, mientras escribía el libro "Las aves del Congo belga", hizo una visita al Museo del Congo en Tervueren (Bélgica). Allí, olvidados en los armarios de una de las salas, en mal estado de conservación y llenos de polvo, se encontró con dos ejemplares de lo que parecía ser una especie de pavo, el problema era que hasta entonces no se conocía ninguna especie de pavo oriunda de África. A partir de ese momento Chapin contactó con ciudadanos belgas que habían servido en el Congo, consiguiendo testimonios de varios de ellos que afirmaban haber capturado al animal, e incluso probado su carne. El científico estadounidense regresó al Congo en 1937 y consiguió ver a los animales con sus propios ojos en la selva que circunda el río Ayena.

Macho de pavo del Congo fotografiado en el zoo de El Bronx. Autor: Stavenn (Wikimedia Commons).

Chapin volvió a los Estados Unidos con unos pocos ejemplares, a partir de los cuales realizó una descripción de la especie que sirvió para otorgarle un lugar dentro de la clasificación zoológica y un nombre científico acorde con la tradicional nomenclatura binomial latina utilizada por Linneo.

La parte superior del cuerpo de los machos es de color bronce-verdoso oscuro, mientras que la parte inferior es de color negro. En el pecho y la cola predominan las plumas de color azulado-violeta y la garganta es roja y desnuda. Además poseen un penacho de finas plumas de color blanco en la cabeza. La cola se despliega durante el cortejo al igual que en otras especies de pavos y poseen una espuela en la parte trasera de cada pata que usan en combates. Las hembras son ligeramente más pequeñas (hasta 63 cm de longitud por 70 cm del macho). Las plumas de la parte superior son de color verde esmeralda metalizado, mientras que las de la parte inferior del cuerpo son de color marrón. Poseen una pequeña cresta.

Hembra de pavo del Congo (thejunglestore.blogspot.com).

El área de distribución de esta especie es muy similar a la del okapi. Habita los bosques inaccesibles de la mitad norte de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire). Muestra una distribución irregular que probablemente esté relacionada con la limitada disponibilidad de su hábitat óptimo. Debido a la inaccesibilidad de su hábitat y a su carácter tímido, esta ave ha sido poco estudiada en estado salvaje. Se piensa que viven en parejas o en pequeños grupos familiares que defienden un territorio compartido. Estudios en cautividad han mostrado unos lazos muy fuertes entre los miembros de la pareja. La hembra incuba la puesta en un agujero en el suelo durante unos 28 días y tras la eclosión ambos progenitores cuidan de los polluelos. Parecen no tener una dieta especializada, hay registros de la especie alimentándose de frutos de especies arbóreas comunes en su zona de distribución. También se sabe que se alimenta de insectos y otros invertebrados.

La población de estos animales se estima como mucho en 15.000 individuos y se sospecha que su tendencia es al decrecimiento, debido a la pérdida de hábitat y a una presión de caza que se cree mayor de lo que se pensaba. En la actualidad su hábitat se ve amenazado por la minería, la agricultura de subsistencia y la tala forestal. La caza de subsistencia y comercial va en aumento a medida que se establecen nuevos asentamientos humanos en su área de distribución. La captura mediante trampas colocadas para pequeños mamíferos y antílopes está probablemente bastante extendida. Además los huevos son recogidos para consumo humano. La pérdida de hábitat y la presión de caza también se ven incrementados por la presencia en el este de la República Democrática del Congo de guerrilleros y refugiados ruandeses, especialmente desde 1994.

Sello postal de la R.D. del Congo (Fuente).

 La especie está catalogada como "Vulnerable" por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). El zoo de Antwerp (Bélgica) comenzó en 1962 un programa de cría en cautividad. Además de haber unos 150 ejemplares en cautividad repartidos por todo el mundo, en la actualidad existe una población con potencial para la conservación a largo plazo en el Parque Nacional Maiko y probablemente también en el Parque Nacional Salonga. Varios proyectos de conservación que afectan a los bosques en los que vive esta especie se encuentran en desarrollo, en un intento por establecer poblaciones reproductoras en cautividad. También son llevadas a cabo campañas educativas destinadas a tratar de mitigar la caza de animales silvestres en la región y se está tratando de reforzar el número de guardas de la naturaleza en los Parques Nacionales y Reservas donde vive la especie.

Más información sobre el pavo del Congo:

http://www.iucnredlist.org/details/full/22679430/0

http://www.arkive.org/congo-peafowl/afropavo-congensis/

http://www.birdlife.org/datazone/speciesfactsheet.php?id=284

http://www.faisanesdelmundo.com/congo.php

http://eol.org/pages/915305/details

Galería de vídeos e imágenes sobre la especie

http://www.gbwf.org/pheasants/congo.html

http://karlshuker.blogspot.com.es/2013/06/my-top-ten-new-and-rediscovered-animals.html

Vídeo del animal en el zoo de Amsterdam

Sellos postales con la imagen del pavo del Congo

Más información sobre James P. Chapin:

http://diglib1.amnh.org/articles/chapin_bio/chapin_bio1.html

https://es.wikipedia.org/wiki/James_Chapin


sábado, 15 de agosto de 2015

El tiburón megaboca

La existencia del tiburón megaboca (Megachasma pelagios), Taylor, Compagno & Struhsaker, 1983, fue conocida el 15 de Noviembre de 1976, cuando un macho de 446 cm de longitud fue capturado involuntariamente por un buque de la marina americana frente a la costa de Kahuku Point, en la isla de Oahu (Hawaii). Aquel incidente no saldría a la luz hasta varios años después, debido a que se trataba de una operación clasificada de la marina estadounidense, que estaba intentando monitorizar la actividad de submarinos soviéticos en la zona en plena Guerra Fría. Para ello, desplegaron un sónar de tres millas de largo que habían desarrollado científicos de la Universidad de Houston que se encontraban a bordo de la embarcación intentando vender dicho sónar a los militares. En cada extremo, el sónar llevaba atados sacos de arena para mantenerlo en profundidad, y un paracaídas que actuaba como ancla de mar. A su vez había una línea de recuperación del conjunto unida a una bolla. El tiburón, quizás confundiéndolo con una nube anaranjada de krill, se comió uno de los paracaídas, asfixiándose con él y siendo arrastrado hasta la superficie del agua cuando los miembros de la misión trataban de recuperar el sónar una vez cumplido su trabajo.

Ejemplar de tiburón megaboca capturado en 1976, el primero conocido de su especie. Foto de Hugh Gallagher publicada en la web del Museo de Historia Natural de Florida.

Tendrían que pasar ocho años hasta que el segundo ejemplar de la especie fue capturado, el 29 de Noviembre de 1984, con una red de aguas profundas cerca de Isla Catalina, en California. Se trataba de un macho de 449 cm que fue preservado y hoy puede ser visitado por el público en el Museo del Condado de Los Ángeles (California). El tercer ejemplar conocido de la especie fue capturado el 18 de agosto de 1988. Era un macho de 515 cm que fue arrastrado hasta la orilla, unos 50 km al sur de Perth, en el oeste de Australia y fue exhibido en el Museo de Australia Occidental. Por tanto, en los primeros 12 años transcurridos desde el descubrimiento de esta especie, tan solo fueron avistados en total tres animales.

Después de la tercera captura de un ejemplar de esta especie, el número de avistamientos por todo el mundo se aceleró en los siguientes años, de tal manera que en los 10 años siguientes a la captura del tercer especimen se produjeron nueve avistamientos más, sin que nadie tenga una explicación convincente a este hecho. La cantidad total de avistamientos o capturas de este tipo de tiburones desde que se descubrió la especie en 1976 hasta nuestros días no está del todo clara. Dependiendo de la fuente consultada el número varía aproximadamente entre 60 y poco más de 100 especímenes registrados. En todo caso es una especie muy elusiva y uno de los tiburones menos conocidos. Es tan diferente de otros tiburones que ha tenido que ser creada su propia Familia zoológica para acoger a la especie (Megachasmidae).

Otra imagen de un tiburón megaboca. (C) Kaewnuratchadasorn, Pattarajit. Encyclopedia of Life.

Los megaboca alcanzan más de cinco metros de longitud. Tienen una cabeza grande, con hocico corto y, como su nombre sugiere, una boca extremadamente grande, que contiene más de cincuenta filas de pequeños dientes en forma de gancho. La parte superior del cuerpo es de color negruzco o marrón, mientras que la parte inferior es blanca. Tienen dos aletas dorsales de diferente tamaño y destaca el lóbulo superior de su aleta caudal, mucho más largo que el inferior.

El área de distribución de esta especie es muy amplio. Han sido capturados en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico. Sin embargo, el megaboca es considerado peor nadador y menos activo que las otras dos especies de tiburones filtradores (el tiburón ballena y el tiburón peregrino) debido a varias de sus características anatómicas, como su cola asimétrica o la flacidez de su cuerpo. Habitante del océano abierto, se piensa que prefiere profundidades comprendidas entre 150 y 1.000 metros.
El sexto megaboca capturado (1990) aportó importante información acerca de la ecología de esta especie tras ser equipado con un equipo de seguimiento acústico y seguido durante dos días. Se vió que pasaba el día en las aguas profundas y ascendía a profundidades medias durante la noche. Muy probablemente estas migraciones verticales se produzcan en respuesta a los movimientos realizados por organismos planctónicos como el krill. Se piensa que al igual que otros tiburones filtradores se alimenta atravesando los bancos de presas con la boca abierta, pero no se han realizado observaciones directas.

Megaboca capturado en el sudeste asiático. (C) The Fish Database of Taiwan.

Los contenidos estomacales estudiados hasta ahora indican que la principal presa de estos tiburones son los eufausiáceos como el krill, sin embargo también se alimenta de copépodos y medusas, y se piensa que se podrían alimentar de otros invertebrados pelágicos e incluso de pequeños peces.

Respecto a posibles depredadores, hay registrado el ataque de varios cachalotes (Physeter macrocephalus) sobre uno de estos tiburones. Ocurrió en el norte de Sulawesi (Indonesia) en 1998. Varios investigadores que se encontraban observando las ballenas fueron testigos del ataque, en el cual el tiburón acabó con heridas en la base de su aleta dorsal y en las branquias.

Imágenes del animal en su hábitat natural:



En cuanto a su reproducción, los tiburones megaboca son animales ovovivíparos. Los embriones se alimentan de huevos producidos por la madre después de eclosionar dentro del útero materno (oofagia). Los sexos son separados y las crías son como miniaturas de los adultos en el momento de su nacimiento.

La principal amenaza actual para estos animales es la captura accidental mediante diferentes métodos de pesca. Se sospecha que se han capturado muchos más tiburones de este tipo de los que hay constancia, pero la mayoría han sido devueltos a las aguas ya que resultan difíciles de manejar debido a su tamaño y además no es una especie de utilidad para el ser humano.

No existen datos suficientes acerca del número de efectivos de esta especie o la tendencia de sus poblaciones, por lo que no es posible evaluar si se encuentra o no en peligro de extinción. Por ello se clasifica en la categoría Data deficient (insuficientes datos) por parte de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) a la espera de que se lleven a cabo estudios que aporten más información sobre el estatus de la especie.

Algunos enlaces de interés:

http://www.iucnredlist.org/details/full/39338/0

https://en.wikipedia.org/wiki/Megamouth_shark

http://eol.org/pages/218968/details

http://www.sharks-world.com/megamouth_shark/

http://www.sharkinfo.ch/SI1_99e/megachasma.html#Dr. John F. Morrissey

Otro vídeo del tiburón megaboca

http://www.flmnh.ufl.edu/fish/Gallery/Descript/Megamouth/megamouth.htm

http://www.fishbase.org/Summary/speciesSummary.php?ID=5909&AT=megamouth


martes, 30 de septiembre de 2014

El león del Atlas

El león del Atlas, también llamado león bárbaro o león de Berbería (Panthera leo leo), Linneo, 1758, fue una "subespecie" de león que habitó el norte de África hasta bien entrado el siglo XX y que actualmente se encuentra extinta en estado salvaje.

La separación de los leones en diferentes subespecies es desde hace tiempo motivo de debate entre los expertos, no habiendo unanimidad al respecto. Algunos autores hablan de hasta 7 subespecies de leones africanos, sin embargo, las diferencias genéticas que se han encontrado son tan pequeñas, que la tendencia actual es más bien el agrupamiento de todas las variedades subsaharianas en una misma subespecie (la subespecie africana). Por otra parte, en la India sobrevive aún el león asiático, considerado una subespecie distinta a la anterior. Recientes investigaciones genéticas y morfológicas han mostrado que el león del Atlas es ligeramente diferente del león asiático, y claramente diferente del resto de leones africanos, es decir, de los leones subsaharianos (Hemmer & Burger, 2005; Barnett et al., 2006; Burger & Hemmer, 2006). Este descubrimiento da pie a que el león del Atlas pueda ser considerado una subespecie en sí mismo, por lo que tendríamos 3 subespecies distintas de leones: el león africano (poblaciones subsaharianas); el león asiático (actualmente sólo en una reserva del noroeste de India); y el león del Atlas (al norte del Sáhara).

Si bien en la actualidad se considera que no quedan ejemplares en estado libre, son numerosos los zoológicos alrededor del mundo que aseguran poseer en sus instalaciones leones del Atlas de "pura raza", por lo que la subespecie no se considera extinta en cautividad, aunque dicha pureza aún deba ser comprobada en muchos casos.

León del Atlas fotografiado en 1893 en Argelia por Alfred Edward Pease. Fuente: Wikimedia Commons / Encyclopedia of Life.

Basándose en estudios de distancia genética, O´Brien y colaboradores (1987), determinaron que los leones norteafricanos y asiáticos se separaron de las poblaciones subsaharianas hace unos 100.000 años, lo cual se considera una fecha demasiado reciente como para que hubieran evolucionado incompatibilidades reproductivas.

Las poblaciones de león del Atlas se distribuían por la parte más septentrional de África, ocupando una franja al norte del Sáhara que iba desde Marruecos hasta Egipto, aunque se piensa que la densidad de estos animales era mayor en la parte occidental de su rango de distribución, es decir, en la zona de Marruecos, Argelia y Túnez. El número de efectivos de la subespecie empezó a decrecer seriamente bajo el dominio del Imperio Romano. Se sabe que miles de estos animales fueron llevados desde el norte de África hasta otros territorios del Imperio con la finalidad de que actuasen como rivales de los gladiadores en el Coliseo Romano y escenarios similares. Además, la posesión de leones era sinónimo de poder, por esta razón emperadores como Julio César o Pompeyo llegaron a reunir varios centenares de ejemplares. Tras la caída del Imperio Romano, y después de un breve periodo de dominación de los Vándalos y el Imperio Bizantino, se establecieron en la zona los Árabes hacia el año 600 D.C. La población de leones disminuía en la misma medida que aumentaba la presencia Árabe. Estos animales eran vistos como una amenaza por los pobladores humanos, y era ofrecida una recompensa por cada león eliminado.
Pero la mayor amenaza para los leones del Atlas se produjo con la llegada al norte de África de los cazadores europeos durante los siglos XIX y XX. Guías locales se encargaban de seguir la pista de los leones en las montañas contribuyendo a su caza deportiva o a la captura de ejemplares para colecciones zoológicas o museos. De esta manera los leones fueron desapareciendo de distintas partes del norte de África. En el oeste de Libia se extinguieron en una fecha tan temprana como 1700. El último león conocido en Túnez fue abatido en 1891. En Argelia, más de 200 leones fueron eliminados entre 1873 y 1883. El último avistamiento data oficialmente de 1893, aunque hay indicios de que un león puede haber sido abatido en dicho país mucho más recientemente, concretamente en 1943. En Marruecos sobrevivieron hasta bien entrado el siglo XX. Si bien algunas fuentes apuntan a 1922 como la fecha en que se dió muerte al último ejemplar, hay registros de un animal abatido en 1942 en la Cordillera del Atlas.

León de Berbería (1898). Fuente: Wikimedia Commons / Encyclopedia of Life.

La fecha exacta de la extinción en estado salvaje del león del Atlas es desconocida y de hecho podría ser bastante más tardía de lo que se viene especulando. De acuerdo con un estudio de investigación publicado en Abril de 2013 en la revista científica PLOS ONE, estos leones podrían haber sobrevivido en lugares remotos de Marruecos y Argelia varias décadas más, posiblemente hasta 1965. Sus autores se entrevistaron con personas de edad avanzada de zonas poco accesibles de Argelia con el objetivo de conocer testimonios de primera mano acerca de avistamientos del animal en fechas posteriores a su supuesta extinción. Algunos de los testigos entrevistados hablaron sobre avistamientos de leones ocurridos en su infancia, mientras que otros hablaron sobre historias contadas por sus padres u otros familiares. El testimonio de avistamiento más tardío recogido por el equipo científico ocurrió en 1956 en una zona boscosa de Argelia, cuando varias personas vieron a un león desde un autobús. Una vez recogieron suficientes testimonios, los autores recurrieron a un modelo estadístico que infiere la fecha más probable de extinción de una especie a partir de la fecha del último avistamiento. Tras el análisis estadístico de los datos recogidos, Simon Black y sus colaboradores en la investigación llegaron a la conclusión de que la fecha más probable de extinción en Marruecos es 1948, mientras que en Argelia es 1958, y teniendo en cuenta el margen de error estadístico podrían haber sobrevivido hasta 1965 y 1962 en ambos países respectivamente.

En este vídeo pueden verse imágenes de los leones del Atlas que viven en el zoo de Rabat (Marruecos):



Como ya se ha señalado, a pesar de que en estado salvaje se da por hecho que no quedan leones al norte del Sáhara, numerosos zoológicos de distintas partes del mundo afirman conservar ejemplares. Durante los años 20, y ante el temor de que la subespecie pudiera extinguirse, la Familia Real marroquí reunió una manada en cautividad. Este grupo de leones recibió el nombre de "Leones Reales". Con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida, el Rey Hassan II ordenó construir un nuevo recinto en Temara, cerca de Rabat, donde fueron trasladados. En 1973 estas instalaciones acabarían convirtiéndose en el zoo de Rabat. En 1974 los zoólogos alemanes Leyhausen y Hemmer advirtieron muchas de las características morfológicas del león de Berbería en algunos de los "Leones Reales". Hoy en día el zoológico de Rabat cuenta con unos 30 leones de este tipo en su colección. Poseen el aspecto del león del Atlas y un pedigrí que los avala por ser descendientes de la manada Real, sin embargo, algunos expertos dudan de que sean leones de Berbería puros y piensan que son resultado de la hibridación con leones subsaharianos. Para confirmar su pureza genética sería necesario llevar a cabo tests genéticos muy costosos económicamente, y otro problema sería el material de referencia para dichas pruebas. El material de confianza del que se dispone son los huesos y pieles de ejemplares conservados en museos que superan 140 años de antigüedad en la mayoría de los casos, por lo que una comparación del genoma completo no es posible actualmente. En un estudio publicado en "Conservation Genetics" en 2005, se utilizaron secuencias de ADN mitocondrial (el cual recordemos que se transmite sólo por vía materna a la descendencia) extraído de especímenes de museos, para comprobar la pureza de 5 de los "Leones Reales", y se llegó a la conclusión de que su ascendencia materna no estaba formada por leones del Atlas.

Un supuesto león del Atlas actual en el zoo de Olomouc (República Checa). Foto del Dr. Noboyuki Yamaguchi.

Quizás la característica más llamativa del león bárbaro sea la melena de los machos. Ésta se extiende más que en otros leones, cubriendo el cuerpo detrás de los hombros y el abdomen. Su color es más claro alrededor de la cara y se va oscureciendo hacia las partes posteriores. Las hembras no poseen melena. Se ha comprobado que no sólo los genes influyen en el desarrollo de la melena, también lo hacen factores ambientales como el clima, por lo tanto, tratar de identificar un león del Atlas basándose sólo en la melena puede llevar a engaño. El penacho de la cola está bien desarrollado. En cuanto al tamaño, es la subespecie de león más grande: los machos pueden llegar a medir más de 3 metros 30 centímetros de longitud y pesan entre 230 y 270 kg., mientras que las hembras alcanzan entre 140 y 160 kg. de peso.
Entre sus presas habituales se encontraban diversos tipos de ciervos, antílopes, cabras salvajes, jabalíes, asnos salvajes, incluso en ocasiones atacaban rebaños de ovejas, vacas o caballos domésticos. Se sabe que eran menos sociables que otros leones. Vivían solos u ocasionalmente en parejas. Esta menor sociabilidad era debida probablemente a la escasez de alimento en su área de distribución. Otra diferencia con los leones subsaharianos es que el león de Berbería habitaba los bosques (sobre todo pinares) de las regiones montañosas norteafricanas, mientras que sus parientes habitan principalmente la sabana. Machos y hembras sólo se juntaban en el periodo reproductor, que se piensa que era en Enero. La gestación dura alrededor de 110 días, tras lo cual nacen de 1 a 6 cachorros, siendo 3-4 lo más habitual.

León fotografiado en 1925 en la cordillera del Atlas en un vuelo entre Casablanca y Dakar. Es el último documento visual que se tiene de estos leones en libertad. Fuente: PLOS ONE.

Entre los zoológicos que afirman poseer leones del Atlas se encuentran el de Rabat (Marruecos), Madrid (España), Tampa (Estados Unidos) y Addis Abeba (Etiopía) por poner algunos ejemplos. Varios proyectos intentan identificar ejemplares puros para posteriormente reintroducirlos en libertad. En 1978 un proyecto para reintroducir al león en la Cordillera del Atlas fue abortado antes de que se llevara a cabo. Un proyecto más ambicioso es el que intentó llevar a cabo la organización Wildlink International junto a la Universidad de Oxford, el llamado "The Atlas Lion Project". El proyecto estaba liderado por el Dr. Noboyuki Yamaguchi e intentaba reunir los fondos necesarios para localizar descendientes de leones del Atlas puros en distintos zoos del mundo y a continuación iniciar un programa de cría selectiva con la intención de ser reintroducidos en su hábitat natural. Se llegaron a identificar alrededor de 60 animales, pero finalmente el proyecto tuvo que ser suspendido por razones económicas.

Más información sobre el león del Atlas:

http://www.petermaas.nl/extinct/speciesinfo/barbarylion.htm#selectivebreeding

http://en.wikipedia.org/wiki/Barbary_lion

El león del Atlas en Encyclopedia of Life

http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=282

http://bigcatrescue.org/barbary-lions/

http://blogs.scientificamerican.com/extinction-countdown/2013/04/22/when-did-the-barbary-lion-really-go-extinct/

http://www.aspinallfoundation.org/animals/big-cats/barbary-lion

http://www.ibtimes.co.uk/extinct-barbary-lions-africa-could-be-back-life-soon-1443182

http://beinglion.com/barbary-lions.php

http://www.nhm.ac.uk/nature-online/collections-at-the-museum/museum-treasures/barbary-lion-skull/index.html

http://www.belfastzoo.co.uk/ZooHome/Animals/1652.aspx

http://dinosaurs.about.com/od/mesozoicmammals/p/Barbary-Lion.htm

"Este post participa en la XXXIII edición del Carnaval de Biología, que hospeda@CEAmbiental en su blog Consultoría y Educación Ambiental"