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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo" (Oscar Wilde). "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" (Severo Ochoa).

sábado, 17 de mayo de 2014

La vaca marina de Steller

La vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas), Zimmermann, 1780, representa uno de los ejemplos mejor conocidos de exterminio de una especie a manos del ser humano. Sólo 27 años después del primer avistamiento de un ejemplar por Steller, la especie había sido llevada a la extinción (Forsten & Youngman, 1982).

Georg Wilhelm Steller era un naturalista, médico y explorador alemán que participó en la "segunda expedición a Kamchatka", dirigida por el danés Vitus Bering, quien ya había encabezado una primera expedición a la península rusa entre 1725 y 1730. Esta segunda expedición tenía como propósito cartografiar el extremo oriental de Siberia y encontrar un paso al este hacia América del Norte (de hecho, su logro más importante fue descubrir Alaska y las Islas Aleutianas). Sin embargo, las cosas no fueron en absoluto sencillas. En noviembre de 1741 el San Pedro, barco comandado por el propio Bering y entre cuya tripulación se encontraba Steller, naufragó frente a las costas de la actual Isla de Bering. El barco quedó hecho pedazos debido a las duras condiciones meteorológicas de la zona. En diciembre del mismo año Bering fallecería a causa del escorbuto. Los miembros de la tripulación se vieron obligados a pasar el invierno en la isla. Muchos de ellos acabarían perdiendo la vida. Al finalizar el invierno, los tripulantes que consiguieron sobrevivir, fueron capaces de construir una embarcación con los restos que quedaban del San Pedro. En dicha embarcación abandonaron finalmente la isla. De los 77 tripulantes iniciales del San Pedro, sólo 46 lograrían regresar a casa tras la expedición.

Durante los meses que Steller y los demás miembros de la expedición pasaron en la Isla de Bering descubrirían la existencia de la vaca marina. Steller consiguió recopilar abundante información acerca de los hábitos de esta especie, así como numerosas medidas de diferentes partes de su anatomía. Dichos datos serían publicados en la obra titulada "De bestiis marinis" (1751), escrita en latín. Además, Steller también descubrió en la citada isla una especie extinta de cormorán (Phalacrocorax perspicillatus).

Reconstrucción de la caza de una vaca marina de Steller. Ilustración de Carl Buell. Phenomena.nationalgeographic.com.

La carne de este animal, cuyo sabor fue frecuentemente descrito como similar al de la ternera, proporcionó a los miembros de la tripulación la energía necesaria para afrontar el reto de construir una embarcación en la que pudiesen regresar a casa, a pesar de que el primer ejemplar fue cazado por estos hombres tan sólo 6 semanas antes de escapar de la isla en agosto de 1742. De acuerdo con la información proporcionada por Steller, a partir de este momento numerosas embarcaciones se acercarían hasta la Isla de Bering y sus alrededores dando comienzo a una caza intensiva de la especie, de tal manera que, aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha de su extinción, se apunta 1768 como el año en que el último espécimen fue abatido. Hydrodamalis era cazada principalmente como fuente de alimento. Según el propio Steller su carne era fácil de preparar. La grasa, de la cual se dijo que poseía un sabor parecido al aceite de almendras, era útil para cocinar y también como fuente de aceite para las lámparas. La leche se consumía directamente o bien se usaba para hacer mantequilla. La piel se usaba para fabricar zapatos, cinturones y para cubrir las embarcaciones.

Uno de los factores decisivos en la extinción de esta especie fue su carácter extremadamente tranquilo. De acuerdo con las observaciones de Steller, estos animales prácticamente no mostraban ningún tipo de reacción al contacto con el ser humano. Era fácil acercarse en un bote a una manada que se encontraba apaciblemente cerca de la orilla y arponear un individuo con una lanza. Después tan sólo había que esperar a que el animal muriese y arrastrar su cuerpo fuera del agua. La caza sin control unida a una baja tasa de reproducción apresuraron el declive de la especie. Anderson (1995), apunta a la caza intensiva de nutrias en las islas del Mar de Bering como otro de los factores contribuyentes a la extinción de la vaca marina. Según este autor, la falta de nutrias provocó que los erizos marinos redujeran drásticamente las comunidades de pastos marinos y algas, con lo que las vacas marinas habrían tenido un serio competidor por el alimento. Sin embargo, Turvey y colaboradores (2006), señalan que el ritmo de desaparición de la especie en la Isla de Bering indica que la caza en sí misma fue motivo más que suficiente para la extinción, sin necesidad de que hubieran intervenido otros factores de tipo ecológico. La vaca marina debió haber sufrido otro episodio de caza masiva hace entre 12.000 y 14.000 años a manos de las poblaciones aborígenes que se establecieron en las costas de Asia y Norte América (Anderson, 1995).

Sello postal con la imagen de la vaca marina de Steller. Extraído de: from-bedroom-to-study.blogspot.com.es.

Hydrodamalis gigas pertenecía al Orden zoológico de los Sirénidos, el cual está representado en la actualidad por cuatro especies (tres especies de manatí y el dugong). Al igual que los cetáceos (ballenas, delfines...) son animales completamente acuáticos, no abandonan el agua ni siquiera para dar a luz. Los Sirénidos actuales (a diferencia de la vaca marina de Steller) no toleran las aguas frías, encontrándose restringidos a aguas templadas-cálidas costeras, estuarios y ríos, en ecosistemas poco o nada contaminados y con grandes cantidades de vegetación marina, ya que son completamente herbívoros. Se trata de especies amenazadas de extinción debido a los impactos negativos causados por el aumento de la presencia humana en las costas.

La última población de la vaca marina de Steller habitó las aguas costeras cercanas a las islas del Mar de Bering, un pequeño grupo de islas frente a la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia. Sin embargo, los registros fósiles muestran que en tiempos prehistóricos su área de distribución abarcaba las costas de Japón y de Norteamérica, llegando hasta Baja California (México). Además de ser el único Sirénido de aguas frías, era el de mayor tamaño: alcanzaba casi 8 metros de longitud y su peso oscilaba desde 5.400 kg hasta más de 11.000 kg. La cabeza era desproporcionadamente pequeña en relación al resto del cuerpo. Era capaz de tolerar las bajas temperaturas gracias al grosor de su piel (unos 3 cm) y de la capa de grasa subyacente (unos 20 cm). Los pabellones auditivos eran diminutos, aunque se piensa que tenían buen oído debido al gran tamaño de los huesos del oído interno. Eran animales casi mudos, sólo emitían sonidos al subir a superficie a respirar o al ser heridos.

Steller tomando medidas de una vaca marina. Dibujo original de Stejneger. Biologicalmarginalia.tumblr.com.

Era un animal gregario y parece ser que las manadas incluían machos, hembras y juveniles, los cuales eran protegidos en el medio del grupo. Steller describió a algunos individuos acudiendo en ayuda de miembros de la manada que estaban siendo capturados. Las manadas solían congregarse en aguas someras cerca de la costa, a veces tan cerca que se podía acceder a los animales simplemente a pie. Algunas de estas manadas o individuos solitarios eran encontrados frecuentemente cerca de la desembocadura de ríos, por lo que se supone que no toleraban beber agua marina y necesitaban ingerir agua dulce. Se trataba de animales muy tranquilos que pasaban la mayor parte de su tiempo descansando y alimentándose. Parece ser que eran animales monógamos, estableciéndose lazos bastante fuertes entre la pareja. Según Steller, el apareamiento se producía principalmente al comienzo de la primavera. La mayoría de nacimientos tenían lugar al principio del otoño, aunque podían producirse en cualquier estación. La duración del periodo de gestación era superior a un año y sólo nacía una cría en cada parto. Su alimentación se basaba sobre todo en algas y pastos marinos. Carecían de dientes pero poseían placas queratinosas en las mandíbulas con las que molían el alimento. La población presente en el Mar de Bering puede haberse enfrentado a problemas de disponibilidad estacional de comida. Steller describió cómo los individuos perdían peso durante los meses de invierno, haciéndose visibles sus costillas y vértebras bajo la piel.

Esqueleto de vaca marina de Steller en el Museo Nacional de Historia Natural de París. FunkMonk / Wikimedia Commons / Encyclopedia of Life.

Se piensa que la población que fue descubierta por la tripulación del San Pedro estaba compuesta por entre 1.500 y 2.000 animales aproximadamente. A pesar de que, como ya se ha apuntado, suele señalarse 1768 como el año de la extinción de esta especie, hay quien afirma que unos diez años más tarde de esa fecha las vacas marinas eran aún capturadas para su consumo en la zona. Un naturalista polaco afirmó que el animal había sobrevivido en la Isla de Bering hasta 1830, mientras que algunos informes hablan de la caza de esta especie por nativos tanto en la Isla de Bering como en las Islas Aleutianas hasta mitad del siglo XIX. 
Una vaca marina de Steller fue supuestamente arrastrada hasta la orilla en el extremo norte del Golfo de Anadyr, Siberia, en 1910. A mediados del siglo XX un arponero afirmó haber visto regularmente cada mes de Julio durante varios años a estos animales no muy lejos de la Isla de Bering. En 1962 la tripulación de un ballenero ruso afirmó haber visto un grupo de vacas marinas, mientras que un pescador ruso afirma haber llegado a tocar a uno de estos animales en la Bahía de Anapkinskaya en el verano de 1976, pero por el testimonio se piensa que podría haberse tratado de un elefante marino extraviado. El esqueleto de una vaca marina de Steller fue supuestamente encontrado en una isla soviética en 1983.
Más recientemente se han producido otros supuestos avistamientos de este animal, como el que tuvo lugar en las costas del estado de Washington (Estados Unidos) en 2006 y que fue narrado por el Capitán Ron Malast.

Recientemente, los biólogos marinos Bret Weinstein y James Patton, de la Universidad de California, han señalado que los informes existentes sobre la presencia de la vaca marina de Steller en la costa noroeste de América del Norte, la costa noreste de Asia, el Océano Ártico y Groenlandia, hacen que deba ser tenida en cuenta la posible supervivencia de este animal o bien un pariente suyo hasta nuestros días.

Más información sobre la vaca marina de Steller:









Más información sobre George Wilhelm Steller:



*Nota:  “Este post participa en la XXX Edición del Carnaval de Biología que acoge Activa tu Neurona”.


domingo, 20 de abril de 2014

La ballena vasca

La ballena vasca (Eubalaena glacialis), P.L.S. Müller, 1776, es conocida también como ballena franca del norte, ballena franca del Atlántico Norte, ballena negra o ballena franca de Vizcaya.

Basándose principalmente en los estudios de ADN mitocondrial llevados a cabo por Rosenbaum y colaboradores (2000), hoy en día se tiende a separar a las ballenas francas en tres especies diferentes, todas ellas dentro del género Eubalaena: E. glacialis (ballena franca del Atlántico Norte), E. japonica (ballena franca del Pacífico Norte) y E. australis (ballena franca del sur). Esta clasificación es reconocida por organismos tan importantes como IWC (International Whaling Commission) y CMS (Convention on the Conservation of Migratory Species of Wild Animals). Hasta hace poco la ballena franca del Atlántico Norte (ballena vasca para nosotros a partir de ahora) era considerada la misma especie que la ballena franca del Pacífico Norte. Incluso tiempo atrás las tres ballenas francas se consideraban la misma especie. La gran separación geográfica que existe entre las poblaciones de las tres ballenas es uno de los factores que inducen a los expertos a considerar tres especies genéticamente separadas.

Dos ejemplares de ballena vasca. Foto: NOAA (National Oceanic and Atmosferic Administration, Estados Unidos de América).
Los machos de esta ballena miden aproximadamente entre 14 y 16 metros, mientras que las hembras son algo mayores, pudiendo alcanzar los 18 metros. El peso aproximado varía entre 36.000 y 72.000 kg. Sus aletas son cortas y anchas, careciendo de aleta dorsal. Las aletas pectorales tienen una forma característica de espátula. La aleta caudal, usada para propulsión, es de tamaño enorme. La cabeza representa el 25% de la longitud total del animal. Los ojos son muy pequeños y están situados sobre la comisura bucal. Las barbas de esta ballena, dispuestas en número de 205-270 en cada maxila, pueden llegar a medir 2,8 metros de longitud y 18 centímetros de grosor. Los machos poseen más callosidades y de mayor tamaño en la cabeza. Dichas callosidades, están formadas por anfípodos y pueden ser usadas para la identificación individual de los ejemplares. La coloración del cuerpo es negra en los adultos (de ahí que la especie también se conozca como ballena negra). Los recién nacidos tienen un color algo más claro. Un tercio de los ejemplares tienen coloración ventral blanca. Una característica llamativa de esta ballena es que posee dos espiráculos para respiración en la parte superior de la cabeza, produciendo una nube de vapor distintiva en forma de "V" cuando exhala en superficie, como se aprecia en la siguiente foto:

Nube de vapor en forma de "V" característica de la ballena vasca. Foto: NOAA / NEFSC / Peter Duley.

La ballena vasca se alimenta de organismos diminutos que forman parte del plancton marino, como copépodos, krill, diminutos caracoles planctónicos y estados larvarios de diversos crustáceos. Para ello, filtra el agua del mar con sus barbas. Debido a que la disponibilidad de este tipo de alimento es muy variable y espacialmente impredecible, esta ballena acumula importantes reservas de grasa y tiene la capacidad de recorrer grandes distancias sin alimentarse en busca de concentraciones de plancton. Se alimentan durante primavera y verano en aguas subpolares y frías del Atlántico Norte ricas en zooplancton. En invierno las hembras preñadas emigran hacia el sur para dar a luz en aguas más cálidas. No se conoce mucho acerca del paradero de buena parte de los demás miembros de la población (machos y hembras no gestantes) en esta época. En el Atlántico Noroccidental se conocen varias zonas de cría invernales en aguas subtropicales de Florida y Georgia. En el Atlántico Nororiental, cuando la especie era más abundante en esta zona, solían emigrar en invierno hacia aguas situadas entre los archipiélagos de Azores y Madeira, el Golfo de Vizcaya y las costas del noroeste de África.

Antiguamente la ballena vasca era común a ambos lados del Atlántico Norte. Actualmente la población europea está extinguida y los ejemplares que son avistados de vez en cuando en el Atlántico Noreste se tiende a considerar que corresponden a movimientos de la población americana, ya que se sabe que individuos de esta población ocasionalmente alcanzan las costas de Islandia y Noruega. Incluso se piensa que algunos de esos avistamientos pueden corresponder a individuos pertenecientes a la especie Eubalaena japonica, es decir, provenientes del Pacífico Norte y de paso por aguas del Atlántico.

Sello postal de las Islas Feroe mostrando a la ballena vasca. Wikimedia Commons / Encyclopedia of Life.

El nombre de ballenas francas viene del inglés "right whales", que significa "ballenas buenas". Así fueron bautizadas por los balleneros debido a que eran fáciles de cazar. Nadan a velocidades muy bajas, lo que facilita la aproximación. Después de ser arponeadas sus cadáveres flotaban, lo que facilitaba la tarea de remolcarlas de vuelta. Estas características hicieron de la ballena vasca una presa codiciada, llevándola al borde de la desaparición. Se conoce documentalmente la caza de estos cetáceos desde el siglo XI. El principal producto obtenido de estas ballenas era el saín, grasa convertida en aceite para el alumbrado que ardía sin desprender humo ni emitir olor. También eran apreciadas las barbas, uno de los escasos materiales flexibles de la época.
Los pioneros en la caza de Eubalaena glacialis fueron los vascos, de ahí que sea frecuentemente conocida como ballena vasca o ballena de los vascos. Según los historiadores, el apogeo de la caza de ballenas en el Cantábrico ocurrió entre los siglos XIII y XIV, mientras su declive llegó entre los siglos XVI y XVII, para prácticamente desaparecer durante el siglo XVIII, aunque ya bien entrado el siglo XX seguían produciéndose capturas (muy ocasionalmente) en el Atlántico Nororiental: las últimas capturas documentadas que se conocen se produjeron ambas en aguas de Madeira en 1959 y 1967 (esta última una hembra con su ballenato).

Aleta caudal de una ballena vasca fotografiada en la Bahía de Fundy (Canadá). Jim Cornall / Huntsman Marine Science Centre.

Actualmente se estima la población del Atlántico Noroccidental (costa norteamericana) en unos 300-350 animales. Mientras, como ya se ha dicho, la población del Atlántico Nororiental (costas europeas y norteafricanas) probablemente se encuentre extinta en la actualidad. Sólo ha habido ocho avistamientos confirmados entre 1960 y 1999, incluyendo un ejemplar avistado en Noruega, el cual se sabe que pertenecía a la población americana. Es bastante probable que no quede una población remanente en aguas europeas y norteafricanas.

Área de distribución de la ballena vasca.

Tradicionalmente se ha achacado el declive poblacional de esta ballena a la persecución por parte de los balleneros vascos. A la persecución invernal en el sur de Europa hay que añadir la persecución en las zonas estivales de alimentación por parte de los propios balleneros vascos, ya que está documentada la presencia de éstos en Islandia recién entrado el siglo XV, y posteriormente en otras zonas como Terranova y Labrador (Canadá) y Noruega. Además, a partir del siglo XVII, los países del norte de Europa se sumaron a la caza de la ballena vasca en sus territorios estivales.
En América del Norte, se ha estimado que entre 1634 y 1951 se cazaron un mínimo de 5.500 individuos, aunque probablemente hayan sido el doble de esa cifra. Cuando la especie fue protegida en 1935 sólo quedaban unas 50 ballenas. Desde entonces su número ha aumentado hasta estabilizarse en unos 300-350 como se ha señalado anteriormente.

Sin embargo, un estudio llevado a cabo por Frasier y colaboradores exculpa a los balleneros vascos. En él se analizó el ADN de los restos de al menos 97 individuos de ballena procedentes de estaciones balleneras establecidas por los vascos en Labrador (Canadá). Solamente un ejemplar resultó ser una ballena vasca. En otro estudio similar realizado sobre 21 ejemplares, el resultado fue el mismo: tan sólo un ejemplar pertenecía a la especie Eubalaena glacialis. Los autores llegaron a la conclusión de que los balleneros vascos no fueron los responsables del supuesto declive de esta ballena en las costas americanas, sino que más bien la especie ha tenido siempre un tamaño poblacional bastante pequeño.



Las principales amenazas hoy en día para la ballena vasca son los enredamientos en artes de pesca, las colisiones con buques, la reducida variabilidad genética (que puede derivar en tasas menores de fertilidad, fecundidad y de supervivencia de las crías), y los efectos derivados de la contaminación, como la ingestión de basura, el efecto del ruido sobre la comunicación entre individuos y la ingestión de biotoxinas presentes en algas de las que se alimentan los copépodos que ingiere.

La especie se encuentra protegida de la caza por IWC (Comisión Ballenera Internacional) y su predecesor desde 1935. También está protegida en Canadá (que no es miembro de la IWC). Estados Unidos y Canadá hacen esfuerzos en la actualidad por reducir el número de muertes y lesiones por colisiones y enredos. Por ejemplo en Estados Unidos se ha restringido el uso de ciertas artes de pesca en las épocas y en los lugares en que estas ballenas son comunes. Se ha puesto en marcha un Plan de Aviso para informar a los buques que transitan por zonas de cría o alimentación. Los barcos turísticos dedicados al avistamiento de ballenas deben mantener una distancia a los animales regulada por ley. Algunas rutas de navegación han sido desplazadas en la Bahía de Fundy (Canadá) con la aprobación de la Organización Marítima Internacional, con el fin de apartar a los barcos de zonas de concentración estival de estos cetáceos.

La especie está incluida en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) y de CMS (Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Salvajes). Además, está clasificada en la categoría de "Especie en Peligro" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Más información sobre la ballena vasca:

http://www.arkive.org/north-atlantic-right-whale/eubalaena-glacialis/

La ballena vasca en Vertebrados Ibéricos

http://es.wikipedia.org/wiki/Eubalaena_glacialis

http://iwc.int/lives#naright

Web de la CMS

http://eol.org/pages/328579/details

http://www.iucnredlist.org/details/full/41712/0

http://cronicaverde.blogspot.com.es/2008/10/se-extinguio-la-ballena-vasca.html

Noticia sobre la charla del biólogo Carlos Nores acerca de la caza de la ballena vasca


*Nota:  “Este post participa en la XXX Edición del Carnaval de Biología que acoge Activa tu Neurona”.

martes, 4 de marzo de 2014

El descubrimiento del celacanto

Los celacantos constituyen un extraño Orden de peces (Coelacanthiformes) compuesto únicamente por dos especies. Son peces muy primitivos, de hecho los expertos creían que se habían extinguido más o menos a la vez que los dinosaurios, a finales del Cretácico (hace unos 65-70 millones de años).

Pertenecen a la Clase de los Sarcopterigios (peces de aletas lobuladas), que además de los celacantos incluye tres géneros de peces pulmonados o dipnoos (Protopterus en África, Lepidosiren en Sudamérica y Neoceratodus en Australia). Los Sarcopterigios son supervivientes de un grupo que fue abundante durante el periodo Devónico del Paleozoico. La característica más importante de esta Clase de peces son sus aletas pares y carnosas que son consideradas predecesoras de las extremidades de los tetrápodos, es decir, los animales que habitan el medio terrestre. Son peces de esqueleto óseo. Poseen mandíbulas y dientes con esmalte. La piel está recubierta de escamas. Los pulmones se utilizan para respirar en los dipnoos pero no en el celacanto, en el que han derivado en una vejiga natatoria utilizada como órgano de flotación mediante la regulación de la cantidad de aire en su interior.

Réplica de Latimeria chalumnae (celacanto de las Comores). Autor de la fotografía: Citron / Wikimedia Commons.

El celacanto de las Comores o simplemente celacanto (Latimeria chalumnae), Smith, 1939, es considerado un fósil viviente ya que apenas ha cambiado su aspecto en casi 400 millones de años. El cuerpo de este animal es de color azul oscuro o marrón con manchas blancas que confieren a cada individuo un patrón único y les proporciona un buen camuflaje en las cuevas. Poseen un receptor en la cabeza que usan para detectar a sus presas o supervisar el entorno, ya que es capaz de percibir campos eléctricos. Este pez alcanza más de 2 metros de longitud y puede pesar más de 90 kg.

El celacanto fue descubierto por casualidad después de que los científicos lo creyeran extinto hacía unos 70 millones de años. En 1938 Marjorie Courtenay-Latimer era la encargada de un pequeño museo en la ciudad portuaria de East London, en Sudáfrica. Marjorie había entablado amistad con Hendrick Goosen, patrón de una embarcación de pesca que solía faenar en las aguas del Índico próximas a la costa sudafricana. Tenía por costumbre revisar las capturas que realizaba dicha embarcación (de nombre Nerine) de vez en cuando por si entre ellas se encontraba algún espécimen válido para exponer en el museo. En diciembre de ese mismo año el pesquero Nerine entró en el puerto de East London después de una temporada de arrastre en la desembocadura del río Chalumna. Marjorie se disponía a felicitar las Navidades a los miembros de la tripulación, cuando observó una extraña aleta azul sobresaliendo entre el montón de peces capturados. De vuelta en el museo con el enigmático pez Marjorie consultó los pocos libros especializados que tenía a mano y en uno de ellos pudo observar la foto de un pez prehistórico similar al que tenía ante ella. Realizó un boceto del pez y se lo mandó junto a una descripción al profesor J.L.B. Smith, un apasionado de los peces de la Universidad de Rhodes, al sur de East London, con la mala suerte de que el profesor se encontraba ausente por vacaciones.

Marjorie Courtenay-Latimer (1907 - 2004). Wikipedia.org.

El profesor Smith llegó al museo de East London el 16 de febrero de 1939. Cuando vió el espécimen (que había sido montado para exposición por su descubridora) exclamó: "Siempre supe que en algún lugar o de alguna manera un pez primitivo de esta naturaleza aparecería". Smith identificó el pez inmediatamente como un celacanto. Pronto se calificaría el descubrimiento como "el hallazgo zoológico más importante del siglo". Se llegó a decir que un dinosaurio viviente no tendría tanta repercusión como este hallazgo.
Una foto del animal tomada por un reportero del periódico local enseguida dio la vuelta al mundo y se dice que acudieron más de 20.000 personas a una exposición del pez de tan sólo un día de duración.

El profesor Smith estaba obsesionado con hallar un segundo ejemplar de celacanto intacto, ya que el ejemplar encontrado por Marjorie Courtenay-Latimer carecía de órganos internos al haber sido montado para exposición. Smith ofreció una recompensa y distribuyó la foto del animal por toda la costa este africana hasta Kenia. Sin embargo no fue hasta el 21 de diciembre de 1952 (catorce años después del descubrimiento del primer celacanto) cuando se encontraría el segundo espécimen. La captura tuvo lugar en aguas de las Islas Comores, entre Tanzania y Madagascar. Dos pescadores de la zona llevaron el animal que había caído en sus redes al Capitán Hunt, quien se había encargado de anunciar la recompensa por territorio de Comores. Hunt había quedado fascinado por la historia de esta criatura después de asistir a una conferencia de J.L.B. Smith. Hunt avisó inmediatamente del hallazgo al profesor Smith, quien negoció con el primer ministro de Sudáfrica un avión para volar a las Comores obteniendo una respuesta positiva. Cuando Smith aterrizó en las Comores y vio que se trataba realmente de un celacanto lloró de la emoción. No sólo tenía un ejemplar intacto, sino que además la familiaridad de los nativos con el pez (al que llamaban "mame" o "gombessa") demostraba que una población de celacantos se encontraba de forma permanente en las islas. J.L.B. Smith contó su relato de la historia del celacanto en el libro "Old fourlegs", publicado por primera vez en 1956.

El nombre científico de la especie (Latimeria chalumnae) hace honor a su descubridora (Marjorie Courtenay-Latimer) y al río Chalumna, en cuya desembocadura fue capturado el primer ejemplar.

Sello postal de la República Sudafricana mostrando la imagen del profesor J.L.B. Smith y Marjorie Courtenay-Latimer junto al celacanto. Scientificillustration.tumblr.com.

El celacanto vive en aguas profundas, entre 150 y 700 metros, donde existen cavernas submarinas, arrecifes profundos y volcanes. También se ha rastreado al celacanto a profundidades de tan sólo 17 metros. La profundidad a la que vive hace difícil la obtención de datos acerca de su biología. Son peces ovovivíparos, los jóvenes se desarrollan en el interior de la madre y poseen un saco vitelino exterior que va disminuyendo de tamaño a medida que el embrión se desarrolla. La madre da a luz hasta 26 jóvenes celacantos. Se piensa que estos peces pueden tener una longevidad de hasta 80 años.
Los celacantos parecen ser más activos por la noche, la cual dedican a alimentarse, mientras que pasan el día en cuevas submarinas. Son predadores oportunistas, alimentándose principalmente de peces como las anguilas, peces linterna, peces cardenal, rayas, calamares...

Vídeo del canal Nat Geo Wild en el que puede verse al celacanto en su hábitat natural:


El área geográfica en el que viven poblaciones de Latimeria chalumnae se circunscribe al océano Índico, especialmente el brazo de mar (en el que se encuentran las Islas Comores) que se extiende entre la costa este africana y la isla de Madagascar. Su área de distribución se extiende por el sur hasta la costa de la República Sudafricana y por el norte hasta la costa de Kenia, como puede observarse en el siguiente mapa:

Área de distribución de L. chalumnae

La especie está catalogada por la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como especie en peligro crítico de extinción. A pesar de que es difícil estimar el número de efectivos de sus poblaciones debido principalmente a la gran profundidad de su hábitat, se piensa que la población de las Comores sufrió un importante declive durante los años 90. De vez en cuando son capturados en las redes de los pescadores locales mientras estos tratan de pescar otros peces de aguas profundas. Se estima que tienen una baja tasa de reproducción, lo que hace a este animal especialmente vulnerable a la eliminación de las hembras gestantes.

Se han tomado algunas medidas de protección con el celacanto, como incluir a la especie en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas). Los pescadores locales de la Isla Grande de Comores se han impuesto la prohibición voluntaria de pescar en áreas donde vive el celacanto en un intento por preservar a la especie más emblemática del archipiélago. En este sentido la organización "Coelacanth Rescue Mission" distribuye "kits de liberación" entre los pescadores de Comores, los cuales proporcionan un método eficaz de liberación en profundidad de los celacantos que caen accidentalmente en sus redes. Probablemente estas medidas ya estén teniendo efecto, ya que se han observado signos que indican que la población de las Comores puede estar estabilizándose.

Foto del Museo de Maputo (Mozambique) mostrando una hembra antes de ser diseccionada en 1991. Es uno de los ejemplares más grandes capturados, con 178 cm y 98 kg de peso. Dinofish.com.

La historia del celacanto no termina aquí, ya que una nueva población fue descubierta a finales de los años 90 en el norte de Sulawesi (Indonesia). Esta población vive muy alejada de Latimeria chalumnae y es considerada una especie diferente. Es conocido como el celacanto de Sulawesi (Latimeria menadoensis) y en aspecto es casi idéntico a su pariente del Índico. Sólo se conoce en 3 localidades del Mar de Célebes (norte de Sulawesi). Los 2 primeros ejemplares fueron capturados en la localidad de Manado Tua en septiembre de 1997 y julio de 1998 respectivamente. El siguiente fue capturado en Manado Bay en mayo de 2007. El animal ha sido observado también cerca de la localidad de Dondo Bay. Se piensa que es un animal escaso, con un número de efectivos adultos inferior a 10.000, aunque lo cierto es que no hay mucha información acerca de las tendencias de esta población. Debido al escaso número de localidades en que se ha detectado su presencia L. menadoensis es considerada una especie vulnerable por la UICN.

Más información sobre el celacanto:

Latimeria chalumnae en IUCN Red List

http://www.dinofish.com/

http://en.wikipedia.org/wiki/Coelacanth

http://es.wikipedia.org/wiki/Coelacanthimorpha

Galería de fotos y vídeos sobre el celacanto

http://nationalgeographic.es/animales/peces/celacanto

Latimeria menadoensis en IUCN Red List

El celacanto en Encyclopedia of Life

http://en.wikipedia.org/wiki/Marjorie_Courtenay-Latimer

El profesor J.L.B. Smith en wikipedia


*Nota: Esta entrada participa en la XXIX Edición del Carnaval de Biología cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews

martes, 21 de enero de 2014

Mokèlé-mbèmbé, ¿sobreviven los saurópodos en África?

De acuerdo con el explorador inglés William Gibbons, las primeras noticias que se tienen de esta criatura en el mundo occidental podemos datarlas de 1776, cuando un misionero francés en el Congo llamado Abbot Proyart descubrió en la zona pantanosa de Likouala (actual República Democrática del Congo) unas enormes huellas de casi un metro de circunferencia, separadas unos 2 metros entre sí y provistas de garras. Uno de los sacerdotes que se encontraban de misión en el Congo incluso afirmó haber visto varios de estos animales mascando vegetación mientras él y sus acompañantes vadeaban el río. Hay que tener en cuenta que el término "dinosaurio" fue propuesto por Sir Richard Owen en 1842. Por tanto, a finales del siglo XVIII aún no se sabía nada acerca de estos grandes reptiles extintos.

Quizás el momento en que el mokèlé-mbèmbé empezó a ser centro de atención fue a partir de 1909, cuando el cazador de caza mayor Carl Hagenbeck mencionó la leyenda sobre el animal en su autobiografía. Hagenbeck había sido informado por medio de dos europeos (independientes entre sí) de un extraño animal de gran tamaño que vivía en los pantanos de el Congo. Más tarde, el naturalista Joseph Menges le informó de "una especie de dinosaurio parecido al brontosaurio que habitaba los pantanos". Tras oír esto Hagenbeck envió una expedición a la zona, pero la búsqueda del nuevo animal tuvo que ser abortada enseguida debido a las enfermedades y a la hostilidad de los nativos. A partir de este momento el número de expediciones en busca de esta criatura comenzó a incrementarse significativamente.


Representación clásica de un mokèlé-mbèmbé comparado con un pigmeo. Fuente: genesismission.4t.com

El término mokèlé-mbèmbé significa "el que detiene los ríos" en lingala, lengua bantú hablada por los habitantes de los territorios donde supuestamente vive el animal, principalmente la zona donde confluyen las fronteras de la República Democrática del Congo (antiguo Congo Francés o Zaire) , Camerún, la República del Congo (antiguo Congo Belga) y la República Centroafricana. Es una extensa zona de selva tropical pantanosa, buena parte de ella aún inexplorada y habitada principalmente por los pigmeos.

Los testigos que han tenido un encuentro con el animal afirman que su tamaño es algo mayor que el de un elefante, variando su longitud de unos testimonios a otros pero encontrándose en todo caso alrededor de los 4-6 metros de altura y entre 5 y 10 metros de longitud. Su piel es bastante lisa y de un color grisáceo pardo. Tiene grandes pies con 3 garras. Cuello y cola largos y flexibles. Algunos relatos aseguran que posee un único diente aunque de tamaño muy grande. Otros relatos hablan de un cuerno.
Tanto la descripción que los nativos hacen del animal, como el hecho de que al serles presentados dibujos de distintos animales con mucha frecuencia identifican al mokèlé-mbèmbé con un saurópodo, han hecho pensar a algunos científicos en la posibilidad de que un grupo de estos dinosaurios haya sobrevivido en las recónditas e inexploradas profundidades de las selvas africanas hasta nuestros días. Se trataría de una especie de saurópodo de "pequeño" tamaño, comparable al de un elefante, ya que algunas especies de estos animales podían alcanzar los 30 metros de longitud. Los más escépticos se niegan a aceptar la supervivencia hasta la actualidad de una especie de dinosaurio.


Una de las huellas encontradas en las diferentes expediciones y que se atribuyen al mokèlé-mbèmbé. Extraída del blog tejiendoelmundo.wordpress.com.

Algunas de las expediciones que se han adentrado en las selvas del África Central en busca de evidencias de la existencia de estos animales han sido llevadas a cabo por científicos o instituciones de prestigio. Tal es el caso de la expedición realizada en 1920 por la Smithsonian Institution de Washington D.C. Estaba formada por 32 hombres. Los guías africanos de dicha expedición encontraron unos misteriosos rastros a lo largo de la ribera de un río y más tarde el equipo pudo oír rugidos "que no tenían ningún parecido con cualquier animal conocido" provenientes de un pantano sin explorar. Por desgracia la expedición terminó en tragedia. El tren que los conducía a entrevistarse con los miembros de un poblado que afirmaban haber visto al mokèlé-mbèmbé descarriló y volcó perdiendo la vida 4 miembros del equipo mientras que otros 6 resultaron gravemente heridos.

Uno de los científicos que más interés ha mostrado por la enigmática criatura africana ha sido el recientemente fallecido Roy P. Mackal, quien fuera profesor de Biología durante muchos años en la Universidad de Chicago. Mackal participó en 2 expediciones en busca del animal. La primera de ellas fue en 1980 junto a James Powell, quien a su vez había llevado a cabo otra expedición en 1976. En la expedición de 1980 Mackal y Powell recogieron numerosos testimonios de los nativos y observaron que muchos avistamientos provenían de la ribera del río Likouala-aux-Herbes, cerca del lago Tele.
La segunda expedición en la que participó Mackal tuvo lugar en 1981, esta vez junto a Richard Greenwell, Justin Wilkinson y el zoólogo congoleño Marcellin Agnagna. No tuvo gran éxito, ya que sólo pudieron encontrar algunos rastros supuestamente dejados por el misterioso animal.
No obstante, las dos expediciones le sirvieron a Mackal para escribir uno de los pocos libros que pueden encontrarse hoy en día dedicados en exclusiva al mokèlé-mbèmbé, titulado "A living dinosaur? In search of mokele-mbembe".


Carátula del libro de Roy Mackal. Brill Academic Pub (1987). Imagen de amazon.com.

Uno de los acompañantes de Mackal en la expedición de 1981, el zoólogo del zoo de Brazzaville Marcellin Agnagna es uno de los poquísimos estudiosos de este tema que afirman haber tenido un encuentro cara a cara con el animal. En 1983 lideró una expedición al lago Tele. Agnagna y su equipo afirman haber observado el largo cuello y la cabeza del animal asomando fuera del agua durante varios minutos. Incluso afirman haber filmado al animal, con la mala suerte de que no se percataron de que la lente de la cámara estaba cubierta. Según ellos la cabeza del animal era rojiza, parecida a la de un cocodrilo, con ojos ovalados y una nariz estrecha. El zoólogo afirmó que el animal era un reptil, pero no era ni un cocodrilo, ni una pitón, ni una tortuga de agua dulce. Su testimonio es uno de los más famosos, junto quizás al del naturalista y escritor Iván T. Sanderson, quien en 1932, según sus palabras, también tuvo un encuentro cara a cara con el animal mientras navegaba en canoa por el río Mainyu junto a un acompañante. Describieron un sonido terrorífico al que siguió una agitación de las aguas delante de ellos tras lo cual una cabeza casi tan grande como la de un hipopótamo y sostenida por un largo cuello emergió del agua y permaneció mirándolos. Según Sanderson "parecía algo que debería haberse extinguido millones de años atrás".


Representación artística de pigmeos cazando a un mokèlé-mbèmbé. Cryptidz.wikia.com.

Otras muchas expediciones han explorado la zona hasta nuestros días, aunque sin aclarar el misterio.

Una de las historias más sorprendentes acerca de la relación entre los pigmeos y el mokèlé-mbèmbé es la  narrada por William (Bill) Gibbons y publicada en la revista digital "The Anomalist", revista dedicada según sus propias palabras a "explorar los misterios de la ciencia, la naturaleza y la historia". Hacia 1960 los pigmeos de la región del lago Tele pescaban a diario en los canales de agua que conducen a dicho lago. Estos mismos canales eran usados por varios ejemplares de mokèlé-mbèmbé para acceder al lago y alimentarse de su vegetación (es comúnmente aceptado que son animales herbívoros). Este hecho interrumpía la actividad de los pigmeos en el lago, por lo que decidieron levantar una barrera para evitar la entrada de estos animales al mismo. Cuando sorprendieron a dos de estas criaturas intentando romper la barrera para entrar en el lago, los pigmeos lancearon a uno de ellos hasta darle muerte y luego cortaron en pedazos al animal, tarea que les llevó varios días debido a su tamaño. Los pigmeos que participaron en dicha cacería incluso eran capaces de imitar los gritos proferidos por el animal mientras estaba siendo cazado, según palabras del misionero Eugene P. Thomas, que fue quien dió los detalles de esta historia al explorador Gibbons. Más tarde fue llevada a cabo una celebración en la que se comió la carne del animal. Sin embargo aquellos que participaron en el banquete murieron, ya fuese por envenenamiento o por causas naturales.


Fotografía tomada por una expedición japonesa en el Lago Tele en 1992 (fuente).

Gibbons cuenta en el mismo artículo que durante su primera expedición a la zona (1985) conoció a varios pigmeos que aseguraban haber visto animales de este tipo en los ríos Sangha y Likouala-aux-Herbes. Esos pigmeos afirmaban que aún había al menos 2 mokèlé-mbèmbés viviendo en las proximidades del lago Tele. Sin embargo, Gibbons duda de que Agnagna y otros exploradores como Rory Nugent o Herman Regusters hayan visto al misterioso animal debido a que según sus palabras "durante nuestras dos visitas a el Congo mis colegas y yo fuimos incapaces de encontrar a uno sólo de las docenas de testigos que se dijo habían visto al mokèlé-mbèmbé junto a los mencionados exploradores". Agnagna cambió varias veces su versión, y según Roy Mackal lo que el zoólogo africano observó pudo ser la tortuga gigante africana de agua dulce (Trionyx triunguis). Regusters y su esposa ofrecen dudas ya que sólo ellos vieron al mokèlé-mbèmbé atravesando el lago Tele a pesar de que otras 28 personas les acompañaban en la expedición. De las fotos de Rory Nugent afirma que podrían ser cualquier cosa. La historia al completo puede leerse (en inglés) aquí.

                                       


HIPÓTESIS SOBRE EL MOKÈLÉ-MBÈMBÉ

1) Un saurópodo actual. La idea de que una especie de dinosaurio haya podido sobrevivir durante los últimos 65 millones de años y pasar desapercibida para la ciencia es desechada por la mayoría de científicos actuales. Los que se apoyan en esta teoría dan como principales argumentos la vasta extensión y frondosidad de las selvas que cubren la cuenca del río Congo y el hecho de que gran parte de ese territorio aún no ha sido pisado por el ser humano. Otro argumento para la esperanza de quienes quieren creer que un saurópodo ha sobrevivido hasta nuestros días es que prácticamente todos los años es descubierta alguna nueva especie de animal de gran tamaño, aunque bien es verdad que se hace difícil creer que una población compuesta por varios cientos de animales de un tamaño mayor incluso que el de un elefante haya podido pasar desapercibida hasta nuestros días por muchos kilómetros cuadrados de selva que queden por explorar. Sin embargo, no sería la primera vez que es descubierta una especie que se creía extinta mucho tiempo atrás, como es el caso del celacanto, pez que se creía extinto desde hacía casi 70 millones de años y que fue pescado por casualidad en aguas del océano Índico en 1938. Es considerado un fósil viviente.

2) Confusión con otros animales. El hecho de que ninguna de las muchas pruebas que se tienen hasta ahora sean concluyentes hace pensar que los supuestos avistamientos del mokèlé-mbèmbé no sean más que la confusión con otros animales. Se ha hablado de elefantes cruzando cursos de agua con su trompa asomando por encima de la superficie, cocodrilos, hipopótamos o incluso rinocerontes (a pesar de que estos últimos no son habitantes de la selva).

3) Una nueva especie animal. Hay quien cree que se trata de una especie de animal de gran tamaño que habita las selvas centroafricanas aún desconocida por la ciencia. Una posibilidad sería que se tratase de una especie de varano, lagartos de gran tamaño que pueden presentar el cuello alargado. Si bien es cierto que los varanos son grandes, no se conoce ninguna especie de un tamaño tan descomunal. Sin embargo, proporcionalmente la diferencia en masa corporal entre la especie más grande y la más pequeña de varano es la misma que entre un ratón y un elefante. Ningún otro grupo de vertebrados muestra tanta variación en masa corporal (Pianka, 1995), por lo tanto algunos piensan que podría existir en la cuenca del río Congo una especie de varano de dimensiones realmente descomunales. El más grande conocido hasta ahora es el varano de Komodo, que alcanza 3 metros de longitud. Respecto a su alimentación, la mayoría de varanos son carnívoros, pero 2 especies de Filipinas también incluyen vegetales en su dieta.
Dentro de la hipótesis de una especie aún desconocida para la ciencia, han surgido otras propuestas, como la de que se trate de una especie de mamífero de gran tamaño pariente de otros conocidos actualmente.

La leyenda del mokèlé-mbèmbé podría hacer referencia en realidad a una especie de mamífero de gran tamaño, como este pangolín gigante. Hyrotrioskjan / deviantart.com.

4) Simplemente un mito. Según el escritor experto en temas de divulgación científica Bob Strauss, la explicación más probable es que el mokèlé-mbèmbé tan sólo representa un mito, una leyenda. Este autor achaca la creencia en este ser al hecho de que la región pudo estar habitada en el pasado por animales como los rinocerontes y las historias acerca de encuentros con dichos animales han pasado de generación en generación a lo largo de miles de años, permaneciendo en la memoria colectiva de los pueblos de la zona. Por ejemplo, algunos arqueólogos piensan que el origen del ser mítico llamado unicornio se encuentra en el Elasmotherium, un rinoceronte gigante de un sólo cuerno que se extinguió en Europa hace tan sólo 10.000 años. Un caso similar podría estar relacionado con el mokèlé-mbèmbé.

La historia del mokèlé-mbèmbé no ha pasado desapercibida para el cine. En 1985 fue filmada la película "Baby, el secreto de una leyenda perdida", en la que una paleontóloga y su marido descubren una madre de brontosaurio junto a su cría en África y tratan de protegerlos de los cazadores furtivos. En 2012 fue lanzado el film "Proyecto dinosaurio", en el que una expedición británica formada por un grupo de científicos y un equipo de televisión viajan a el Congo en busca de evidencias de la existencia de dinosaurios. Terminan encontrándose con criaturas que se creían extintas millones de años atrás.

Más información sobre el mokèlé-mbèmbé:

El mokèlé-mbèmbé en wikipedia

Recopilación de las expediciones en busca del animal

http://www.mokelembembe.com/

http://creation.com/mokele-mbembe-a-living-dinosaur

http://dinosaurs.about.com/od/dinosaurcontroversies/a/Mokele-Mbembe-Dinosaur.htm

http://www.escalofrio.com/n/Criptozoologia/El_Mokele_Mbembe/El_Mokele_Mbembe.php

http://pijamasurf.com/2013/08/mokele-mbembe-la-busqueda-del-mitico-dinosaurio-africano/

http://www.mundoparanormal.com/docs/criptozoologia/mokele.html

http://www.livescience.com/38871-mokele-mbembe.html

http://www.kisskissbankbank.com/mokele

http://www.unknownexplorers.com/mokelembembe.php

http://karlshuker.blogspot.com.es/2013/01/shukernatures-top-ten-living-dinosaurs.html

http://www.amazon.es/Drums-Along-Congo-Mokele-Mbembe-Dinosaur/dp/1450240453

http://books.google.es/books?id=Rp4nUKjYq_sC&hl=es&source=gbs_similarbooks

Más información sobre Roy P. Mackal:

http://www.cryptozoonews.com/mackal-obit/


sábado, 21 de diciembre de 2013

Descubierta una nueva especie de tapir

Una nueva especie de tapir ha sido descubierta por el paleontólogo Mario A. Cozzuol, de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil) y sus colegas. El estudio llevado a cabo por el equipo de científicos ha sido publicado en el número correspondiente a diciembre de 2013 de la prestigiosa revista "Journal of Mammalogy". La nueva especie ha sido bautizada con el nombre de Tapirus kabomani. Habita en la cuenca amazónica de Brasil y Colombia y constituye el animal de mayor tamaño descubierto desde el hallazgo en el sudeste asiático del saola (1992). Desde que se descubriera en 1865 el tapir de Baird no había sido hallada hasta el momento ninguna nueva especie de estos ungulados.

Imagen nocturna de Tapirus kabomani tomada por una cámara trampa. Sciencenews.org.

Hasta el momento eran conocidas por la ciencia cuatro especies de tapir: el tapir de montaña (Tapirus pinchaque), el tapir de tierras bajas (Tapirus terrestris), el tapir de Baird (Tapirus bairdii) y el tapir malayo (Tapirus indicus). Todas ellas conforman la Familia Tapiridae perteneciente al Orden Perissodactyla, mamíferos ungulados de dedos impares, Orden zoológico en el cual además de los tapires se encuadran sus parientes los caballos y los rinocerontes.

Los tapires presentan algunas características físicas que les hacen parecerse a los perisodáctilos primitivos. Son animales hebívoros que habitan en los bosques. Sus crías poseen un patrón de rayas y rosetas blancas a lo largo de su cuerpo que les confieren la capacidad de camuflarse durante sus 5-8 primeros meses de vida. Tres de las especies se distribuyen por América Central y del Sur, lo que los convierte en los únicos perisodáctilos del Nuevo Mundo. La especie restante (tapir malayo) habita el sudeste asiático. A pesar de su distribución actual los fósiles indican que estos animales evolucionaron en Norte América, territorio en el cual se han extinguido, posiblemente debido a un cambio climático. El labio superior y la nariz de los tapires se extienden formando una pequeña trompa prensil o probóscide.

Las cuatro especies de tapir conocidas hasta ahora. Imagen de www.tapirs.org.

A pesar de que la nueva especie de tapir ya era conocida desde hace tiempo por las tribus locales, que insistían en la existencia de 2 tipos diferentes de estos animales en la zona, tales afirmaciones no eran tenidas en cuenta por los especialistas, que asumían que se trataba de una variante del tapir de tierras bajas (Tapirus terrestris), Linnaeus, 1758. El equipo de especialistas liderado por Mario Alberto Cozzuol ha realizado un exhaustivo estudio basado tanto en caracteres morfológicos como moleculares (DNA mitocondrial) en el que han comparado especímenes de tapir del Amazonas occidental brasileño con todas las demás especies de tapir, llegando al final del mismo a describir el nuevo taxón.

En el estudio llevado a cabo se utilizaron especímenes y materiales procedentes de colecciones de museo, otros fueron recolectados en el campo y otros fueron provistos por cazadores nativos, además de una muestra de tapir malayo procedente del zoo de San Diego (California). Se realizó una comparación de numerosas medidas craneales utilizando datos estadísticos de las 4 especies vivientes de tapir así como de algunas especies fósiles. En cuanto a los estudios moleculares, el mayor número de muestras utilizado pertenecía a T. terrestris (52). Se compararon las secuencias de 3 genes del DNA mitocondrial (citocromo b, citocromo oxidasa I y citocromo oxidasa II) de las 4 especies vivientes utilizando para ello estudios previamente publicados.

Dos individuos de la nueva especie de tapir captados por una cámara trampa. Cryptozoonews.com.

El término "kabomani" significa "tapir" en la lengua del Pueblo Paumari, habitantes de la zona del sur de Brasil de donde procede el holotipo de la especie.

Esta nueva especie se distribuye por los estados brasileños de Amazonas, Rondônia y Mato Grosso así como el Departamento colombiano del Amazonas. Testimonios de habitantes de la zona y documentos fotográficos sugieren que también podría estar presente en territorios más al este de los citados, como Amapá en Brasil o el sur de la Guayana Francesa (Cozzuol et al., 2013).
 Habita en zonas forestales y de sabana abierta.

Mapa con diferentes localidades donde se han encontrado señales de T. kabomani. Los círculos muestran ejemplares capturados, los rombos rastros de ADN y los triángulos fotografías. Extraído del artículo de Cozzuol y colaboradores en "Journal of Mammalogy".

Esta nueva especie es considerada la especie de tapir viviente más pequeña, con una longitud del cuerpo de 130 cm, una altura en la cruz de 90 cm y un peso que ronda los 110 kg, por lo que algunos hablan de él como el "tapir enano o pigmeo" (Cozzuol et al., 2013). Con la especie que muestra más similitudes morfológicas es con la simpátrica T. terrestris, aunque se diferencia de ella en varias características, como un pelaje más oscuro, una cresta de pelo menos acentuada, una frente más ancha y un tamaño menor (Cozzuol et al., 2013).
Además, como ya se ha apuntado, muestra diferencias craneométricas y moleculares importantes con todos los demás tapires.

Otra imagen del nuevo tapir. Cryptozoonews.com.
El color del pelaje de estos animales varía desde gris oscuro hasta pardo oscuro. Las imágenes tomadas con cámara trampa muestran que las hembras poseen un área gris-blanquecina que se extiende desde la mandíbula inferior a las mejillas y la base de los oídos y ventralmente hasta el cuello, un carácter similar al que puede encontrarse en T. bairdii. Los machos no muestran esta mancha y parecen ser de menor tamaño que las hembras (Cozzuol et al., 2013).
 Al igual que el resto de tapires los miembros de la nueva especie poseen una línea blanca en la punta de las orejas.

Vídeo sobre fauna argentina en peligro de extinción en el que se pueden ver imágenes del tapir de tierras bajas (T. terrestris):

                                       

Las diferentes especies de tapir están en declive principalmente debido a la destrucción de su hábitat y a la caza furtiva. Las cuatro especies conocidas hasta ahora están catalogadas en el Libro Rojo de la UICN bien como especies vulnerables o en peligro de extinción. El tapir de montaña (T. pinchaque) es uno de los grandes mamíferos más amenazados del mundo. El tapir de Baird (T. bairdii) también se encuentra amenazado y el único representante de la Familia en el Viejo Mundo, el tapir malayo (T. indicus) se encuentra amenazado de extinción en Sumatra y Malasia continental.
 Las principales amenazas para los tapires son la presión de caza a la que son sometidos en sus territorios, la destrucción y fragmentación de su hábitat y la invasión de áreas protegidas por la ganadería de subsistencia y la tala ilegal (Tapir Specialist Group (IUCN) online).


Comparación del cráneo de T. kabomani (izqda, holotipo) y T. terrestris (dcha). Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Católica de Minas Geráis. Extraído del artículo publicado en "Journal of Mammalogy" por Cozzuol y colaboradores.

Por último, destacar como curiosidad que un espécimen de la nueva especie había sido cazado por Theodore Roosevelt en una expedición a Sudamérica. Roosevelt ya señaló por aquel entonces que los indígenas de la zona hablaban de "dos tipos diferentes de tapir" a los que ellos solían dar caza, pero tan sólo una especie era reconocida por la ciencia en tal localización geográfica. Dicho espécimen aún puede encontrarse en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

NOTA: Voss y colaboradores, en un artículo publicado en 2014 en Journal of Mammalogy, concluyen que las pruebas reunidas por Cozzuol no son suficientes para separar a Tapirus kabomani como una nueva especie y podría tratarse de un ecotipo o una subespecie de T. terrestris que vive a mayor altitud. Para llegar a esta conclusión, los autores se basan tanto en el reanálisis de las pruebas moleculares aportadas por Cozzuol, como en el estudio morfométrico de especímenes conservados en varios museos norteamericanos.

Más información sobre los tapires:

http://www.tapirs.org/tapirs/tapir-faq.html

http://www.ultimateungulate.com/Perissodactyla/Tapiridae.html

Tapirus bairdii en IUCN Red List

Tapirus terrestris en IUCN Red List

Tapirus pinchaque en IUCN Red List

Tapirus indicus en IUCN Red List

http://www.arkive.org/explore/species?q=tapir

Información sobre la nueva especie:

http://www.marcvanroosmalen.org/dwarftapir.htm

https://www.sciencenews.org/blog/wild-things/new-species-tapir-found-amazon

http://www.lavanguardia.com/natural/20131218/54397317839/descubrimiento-nueva-especie-tapir-en-amazonia.html

http://www.cryptozoonews.com/5th-tapir/

http://www.ecologiaverde.com/descubren-una-nueva-especie-de-tapir/

Información sobre Mario Alberto Cozzuol:

http://www.mendeley.com/profiles/mario-cozzuol/


domingo, 10 de noviembre de 2013

Salamandras gigantes (II)

Además de la salamandra gigante china (Andrias davidianus), de la cual se habla en este enlace, existen otras especies de salamandras que alcanzan un gran tamaño.

Un ejemplo es la salamandra gigante japonesa (Andrias japonicus), Temminck, 1836. Al igual que la salamandra gigante china también pertenece a la familia Cryptobranchidae. Su aspecto es muy parecido al de su pariente china, con la cabeza, el cuerpo y los 2/3 distales de la cola fuertemente comprimidos, ojos muy pequeños y sin párpados, patas cortas y aplanadas. Posee una cola corta con una aleta dorsal que alcanza el punto de inserción de las patas traseras y una aleta ventral. La piel es suave y resbaladiza, con arrugas, pliegues y tubérculos. La coloración suele ser rojiza tirando a marrón o marrón amarillenta, con manchas de irregular distribución. La especie no muestra dimorfismo sexual, excepto en la época de reproducción, en la que los labios cloacales se hinchan en el macho.

Solamente su pariente china la supera en tamaño dentro de los anfibios, ya que la salamandra gigante japonesa alcanza 1.50 metros de longitud y un peso de hasta 35 kilos, aunque según la Agencia de Medio Ambiente de Japón, muchos de los ejemplares encontrados miden entre 60 y 70 cm. El individuo más grande registrado en libertad medía 136 cm. y pesaba 26,3 kg. El hocico es más redondeado y la cola un poco más corta que en la salamandra china. La variación genética de estos animales es baja (Matsui & Hayashi, 1992; Matsui et al., 2008).

Andrias japonicus en un acuario japonés. Autor: SMcCandlish / Wikimedia Commons.

Es una especie bien adaptada a la vida acuática. Es activa generalmente por la noche, usando su olfato y tacto para localizar a las presas. Se alimentan de peces, salamandras más pequeñas, gusanos, cangrejos y caracoles. Tienen un metabolismo muy lento, pudiendo pasarse hasta 3 semanas sin comer. Durante el día suelen descansar bajo rocas. Su piel tiene funciones respiratorias. Tanto su gran tamaño como la ausencia de branquias se piensa que tienen influencia en el hábitat de la especie: las corrientes de agua rápidas y frías en las que abunda el oxígeno (CITES 2003).

Esta salamandra es endémica de Japón, concretamente se encuentra de manera natural en el centro y oeste de Honshu, en la isla de Shikoku y en el noreste de Kyushu (Tochimoto, 1996).

Distribución geográfica de Andrias japonicus (mapa de IUCN Red List).

Vive tanto en ríos relativamente grandes como en pequeños afluentes de aguas limpias y frías que fluyen a través de regiones graníticas y de esquistos entre los 300 y los 1.000 metros de altitud, normalmente en regiones boscosas, aunque ha sido ocasionalmente encontrada en ríos de áreas urbanas.

La reproducción tiene lugar a finales de agosto o principios de septiembre. Para ello, cientos de individuos se congregan alrededor de los nidos. Los machos luchan ferozmente entre sí, llegando a morir algunos individuos a causa de las heridas. Las hembras depositan largas cadenas de huevos (400-600) unidos a modo de largas cadenas. Tienen un diámetro de unos 5 mm y una cápsula gelatinosa externa. A temperaturas del agua entre 8 y 18 Cº el desarrollo embrionario dura entre 40 y 60 días (Kubawara et al., 1989). En octubre-noviembre eclosionan larvas de unos 30 mm, las cuales comienzan a alimentarse después de la absorción del vitelo. Los machos alcanzan la madurez sexual cuando miden 30 cm, mientras que las hembras la alcanzan con 40 cm. Previamente en ambos casos pierden las branquias. El periodo larvario dura entre 4 y 5 años, tras lo cual son necesarios otros 10 años para alcanzar la edad adulta.

Dos salamandras gigantes japonesas en el acuario de Kyoto (Japón). Wikimedia Commons.

La salamandra gigante japonesa se encuentra clasificada por IUCN Red List como "Near Threatened", es decir, casi amenazada, debido entre otros factores a que su área de distribución está disminuyendo y seguramente no supera los 2.000 kilómetros cuadrados. Además la calidad de su hábitat también se encuentra en retroceso. Se trata de una especie poco común y la tendencia de sus poblaciones es a decrecer.

Las principales amenazas para la especie son construcciones humanas, como las presas para la obtención de energía hidroeléctrica, los refuerzos de hormigón a lo largo de la ribera de los ríos para el control de inundaciones y erosión, la agricultura y la construcción de carreteras, todas ellas construcciones que afectan de manera importante gran parte del hábitat ribereño de la salamandra (Okada et al., 2008). El animal era cazado en el pasado tanto para ser consumido como alimento como para propósitos medicinales, pero está totalmente protegido por ley desde 1952. Además la especie está incluida en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas).

                                       

Otra amenaza para la salamandra gigante japonesa la supone la competencia con la salamandra gigante china (Andrias davidianus), introducida en Japón. La poca variabilidad genética que muestra la especie supone un problema a la hora de hacer frente a las amenazas.

La salamandra gigante está declarada como monumento natural en el país nipón y su hábitat ha sido protegido en determinadas zonas. El zoológico de Asa lleva criando en cautividad estos animales desde 1979 y rescatando individuos de áreas degradadas, aunque no se ha llevado a cabo ninguna reintroducción en la naturaleza.

Más información acerca de la salamandra gigante japonesa:

Fotos de un ejemplar de salamandra gigante de impresionante tamaño

La salamandra gigante japonesa en Amphibiaweb

Galería de fotos y vídeos en ARKive

http://www.iucnredlist.org/details/full/1273/0

Encyclopedia Of Life

La salamandra gigante japonesa en su hábitat natural (vídeo de la BBC)

Las salamandras gigantes en Wikipedia

Vídeo del canal Discovery

Vídeo de un ejemplar en un acuario

sábado, 26 de octubre de 2013

Salamandras gigantes (I)


La familia Cryptobranchidae incluye algunos de los anfibios de mayor tamaño existentes hoy en día. Son conocidas como "salamandras gigantes" y se diferencian tres especies, una de ellas en Estados Unidos y las otras dos en el lejano oriente.

La salamandra gigante china (Andrias davidianus), Blanchard, 1871, es el anfibio de mayor tamaño existente, con individuos que superan 1.80 metros. Se trata de un animal completamente acuático. Su cabeza está fuertemente comprimida con varias protuberancias, tiene pequeños ojos dorso-laterales y sin párpados. La cola representa el 59% de la longitud del animal y está provista de una aleta dorsal que abarca también la parte final del tronco. La piel es áspera y porosa, con arrugas, pliegues y tubérculos, de color marrón oscuro, negro o verdoso y con manchas irregularmente distribuidas. Está surcada de poros que facilitan la respiración cutánea. A diferencia de otros anfibios esta especie carece de branquias externas. A pesar de que su longitud máxima ha sido establecida en 1.80 metros (Chang, 1936), la mayoría de los individuos encontrados hoy en día son considerablemente más pequeños (Liu & Liu, 1998).

Salamandra gigante china. (C) Theodore Papenfuss 2012. Encyclopedia of Life.

Es un animal generalmente activo por las noches, ayudándose de su sentido del olfato y del tacto para localizar a sus presas. Vive en el barro y en grietas de las rocas a lo largo de las riberas de ríos y se alimenta de peces, salamandras más pequeñas, gusanos, insectos, cangrejos y caracoles.

La reproducción parece tener lugar a finales de agosto-septiembre, cuando cientos de individuos se congregan en lugares de nidificación. Los machos ocupan cavidades de cría que defienden agresivamente contra intrusos, llegando algunos de ellos a morir a causa de las lesiones. Las hembras se introducen en las cavidades, ponen entre 400 y 500 huevos unidos a modo de collar de perlas y se van inmediatamente. Los machos fertilizan los huevos y los protegen frente a depredadores hasta que las crías eclosionan unas 12-15 semanas después, a principios de primavera (Xiao-ming, W. et al., 2004). Las larvas miden sólo 3 cm. y se asemejan en forma al adulto. Se desarrollan en las corrientes de agua y comienzan a alimentarse pasados unos 30 días (Haker, 1997). Poseen branquias, aunque las pierden muy temprano y nunca llegan a perder todas las características larvarias a lo largo de su vida.

Ejemplar de gran tamaño de la variedad roja de salamandra gigante china, criada en granja. Giant-salamander.com.

El área de distribución de esta especie se extiende por el centro, sur y sureste de China, aunque dicho área se encuentra muy fragmentada. Se han producido avistamientos en Taiwan, pero se piensa que pueden ser el resultado de la introducción de la especie en la isla. En el siguiente enlace puede consultarse un mapa de su rango de distribución:

Distribución de la salamandra gigante china

El número de ejemplares de esta especie ha decaído bruscamente en los últimos 30 años, principalmente debido a la sobre-explotación, de tal manera que ha sido catalogada como "Critically Endangered" (en peligro crítico de extinción) por la UICN. Es cazada principalmente para consumo humano, constituyendo esta su principal amenaza, aunque también es amenazada por otros factores como la pérdida de hábitat debida a construcciones humanas (como presas) o la degradación de su hábitat debida por ejemplo a la contaminación de las aguas por la actividad minera.

Animal de 1.20 metros de longitud en una granja china. (C) Wang, Qijun. Encyclopedia of Life.

La especie se encuentra protegida en China. Hay varias Reservas Naturales dentro de su área de distribución e incluso algunas de estas reservas tienen como objetivo específico proteger a la salamandra gigante, como ocurre con la "Reserva Natural de la Salamandra Gigante de Zhangjiajie".

                                    


La cría en cautividad de los animales ha tenido éxito, aunque está destinada en su mayor parte a cubrir la demanda del mercado. La especie se encuentra incluida en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), cuyo propósito es el de asegurar que el comercio con las especies de fauna y flora silvestres no amenace su supervivencia en la naturaleza. Ninguna especie incluida en CITES se ha extinguido desde la entrada en vigor de este Convenio en 1975.

Más información sobre la salamandra gigante china:

http://www.iucnredlist.org/details/full/1272/0

http://karlshuker.blogspot.com.es/search/label/giant%20salamanders

Galería de imágenes de la salamandra gigante china en ARKive

http://eol.org/pages/1018725/details

Andrias davidianus en Amphibia web

http://www.giant-salamander.com/index_e.asp

Vídeo de la salamandra gigante china alimentándose

Vídeo del animal en un acuario