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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo" (Oscar Wilde). "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" (Severo Ochoa).

sábado, 10 de noviembre de 2018

El hiloquero, un gigante de los bosques africanos

El hiloquero, hilóquero o jabalí gigante de bosque (Hylochoerus meinertzhageni) es una de las especies de jabalí menos estudiadas, además de ser el último cerdo salvaje y uno de los últimos grandes mamíferos descritos por la ciencia en el continente africano.
Las primeras referencias que se tienen del animal datan de 1668, cuando el médico, historiador y geógrafo holandés Olfert Dapper hace referencia en una de sus obras a un cerdo negro exageradamente grande de Liberia, al que los nativos conocen con el nombre de couja quinta. Algo más de dos siglos después, el explorador y periodista británico Sir Henry Stanley, recopiló informes de un cerdo gigante, de más de 1.80 metros de longitud, que supuestamente habitaba las selvas del Ituri. Mientras, casi al mismo tiempo, llegaban rumores desde Kenia de una criatura similar. Dichos rumores llegaron a oídos de Richard Meinertzhagen, soldado y ornitólogo británico que en aquellos momentos (hacia 1903) se encontraba en el país africano. Como aficionado a la caza que era, Meinertzhagen decidió ir en busca del misterioso animal. En febrero de 1904 supo que una de estas criaturas había sido cazada por nativos de un pequeño pueblo del Monte Kenia. Sin embargo, al llegar al lugar, el cadáver ya había sido dañado. Aún así, Meinertzhagen pudo reconocer que se trataba de una forma de cerdo, aunque ninguno de los tipos conocidos por él. Poco después descubrió en otra localidad dos pieles, una de ellas en buen estado, decidiendo enviárselas a Olfield Thomas, un zoólogo experto en mamíferos del Museo Británico de Historia Natural.
En mayo de 1904 Meinertzhagen se hizo con otra piel del animal en una localidad cerca del Lago Victoria, además de dos esqueletos, uno de ellos en perfecto estado. No dudó en mandarle de nuevo estas pruebas a Thomas, esperando ansioso su respuesta. Las noticias que llegarían desde Londres serían aún mejores de lo esperado, ya que no sólo se trataba de una nueva especie, sino que además hubo de ser creado un nuevo género (Hylochoerus) para catalogar al animal. Thomas publicó la descripción oficial de la especie el 15 de noviembre de 1904, nombrándola Hylochoerus meinertzhageni en honor a su descubridor.

Imagen de un hiloquero macho (fuente).

Se trata de la especie de cerdo salvaje de mayor tamaño. La longitud de la cabeza y el cuerpo varía entre 130 y 210 centímetros. La altura es de aproximadamente un metro, oscilando su peso entre 100 y 275 kilos. Los machos son siempre más grandes que las hembras y los animales de las poblaciones del este de África son de mayor tamaño que los de las poblaciones occidentales. El color del adulto es negro o marrón muy oscuro. Es característica la melena que se prolonga a lo largo de la línea media de la espalda, formada por cerdas mayores de 17 centímetros que se erizan cuando el animal se siente amenazado. El disco nasal es excepcionalmente grande (hasta 16 cm en diámetro) y los machos desarrollan prominentes abultamientos debajo de sus ojos que contienen glándulas odoríferas. Ambos sexos poseen caninos largos y afilados, aunque los de los machos son de mayor longitud. Tienen una cabeza enorme y ancha, con orejas grandes y puntiagudas. Las pezuñas son grandes y redondeadas y la cola es delgada y aplanada en su extremo.


Ejemplares de hilóquero en un parque zoológico (fuente).

El jabalí gigante es una especie africana. Se encuentra distribuido en varias poblaciones dispersas a lo largo del centro del continente, desde Guinea en el oeste, hasta Kenia y Etiopía (probablemente también Tanzania) en el este. Se han reconocido tres subespecies: la más occidental (Hylochoerus m. ivoriensis) abarca desde Guinea hasta el sur de Ghana. La subespecie central (H. m. rimator) se extiende desde el sur de Nigeria hasta el este de la República Democrática del Congo. La subespecie más oriental (H. m. meinertzhageni) se distribuye en varios parches desde el este de la República Democrática del Congo hasta la zona del Valle del Rift en el este del continente. Algunos expertos han sugerido que las tres subespecies deben ser elevadas al rango de especie, considerando a la subespecie oriental como el verdadero jabalí gigante de bosque. Sin embargo, son necesarios más estudios genéticos y morfométricos para poder zanjar definitivamente la clasificación taxonómica de este animal, especialmente en lo que se refiere a las fragmentadas poblaciones del este.

Rango de distribución del jabalí gigante de bosque (fuente).

Dentro de su área de distribución estos animales habitan una gran variedad de tipos de bosques, como  bosques montanos, bosques subalpinos, bosques de bambú, bosques de tierras bajas y pantanos, sabanas boscosas o matorrales post-cultivo. Es frecuente que se alimenten en claros abiertos en la espesura o incluso en praderas. Muestran preferencia por una fuente de agua permanente y un denso sotobosque con amplia diversidad de especies vegetales. Se les puede encontrar desde el nivel del mar hasta altitudes de 3.800 metros.
Forman grupos familiares de entre 6 y 14 animales, normalmente con al menos un macho adulto, varias hembras y varias crías. Se trata de una especie muy tímida, razón por la que se tienen pocos datos de su biología en gran parte de su área de distribución. Son animales activos durante el día (frecuentemente con un descanso a mediodía), excepto cuando las temperaturas son altas y en áreas donde son cazados, casos en que la mayor parte de su actividad se concentra entre el atardecer y la media noche. Crean una red de caminos y túneles que conectan sus áreas de descanso, letrinas, fuentes de agua y de sal, baños de barro y áreas de alimentación. Sus territorios abarcan entre 10 y 20 kilómetros cuadrados y recorren entre 8 y 10 kilómetros al día, alternando la alimentación con el descanso durante este periodo. Emiten gruñidos para comunicarse y mantener la coherencia del grupo. En época de reproducción los machos pelean por las hembras cargando uno contra el otro al estilo de los muflones, chocando con sus cabezas. Se alimentan principalmente de hierba, pero también de hojas, frutos, huevos e incluso carroña. Sus principales depredadores son las hienas manchadas, los leones y los leopardos. Los adultos frecuentemente rodean a los jabatos para defenderlos.

Sello postal de Ghana con la imagen del hilóquero (fuente).

Tras alcanzar la madurez sexual a los 18 meses de edad, la reproducción de estos cerdos salvajes puede producirse en cualquier época del año, pero tiende a haber un pico en el número de nacimientos al comienzo de las estaciones lluviosas. Las hembras gestantes se aíslan del grupo y construyen grandes nidos con hierba y ramas de árboles en los que parirán entre dos y cuatro crías después de 151 días de gestación (se han registrado hasta once nacimientos por camada). Los jabatos son de color marrón-amarillento pálido al nacer, con rayas en los flancos en el caso de las poblaciones occidentales, tornando a color marrón oscuro a las diez semanas. Escasamente una semana después del nacimiento, la madre retorna al grupo acompañada de los jóvenes.

A pesar de que se sabe que las poblaciones de estos animales están decreciendo y localmente se han extinguido en algunas zonas de Guinea, Uganda y Etiopía, por el momento no se encuentran en peligro y han sido catalogados por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en la categoría de "least concern" (preocupación menor). Estos jabalíes son muy vulnerables a la deforestación y en menor medida a la caza para el consumo de su carne o el tráfico con el marfil de sus colmillos. Distintas enfermedades y parásitos también pueden suponer una amenaza, aunque su efecto sobre las poblaciones de la especie no se conoce bien.




Como aspectos negativos para los humanos, puede destacarse que esta especie puede ser portadora de la peste porcina africana, transmitida por una garrapata y letal para los cerdos domésticos. También pueden portar el protozoo causante de la enfermedad del sueño en el ganado y en humanos, que es transmitido por la mosca tse tse. Asimismo son transmisores de la peste bovina y frecuentemente son acusados de dañar los cultivos en las plantaciones.


Más información sobre el jabalí gigante de bosque:

https://www.iucnredlist.org/species/41769/100471546

https://blog.nationalgeographic.org/2013/11/06/exclusive-video-worlds-biggest-pig-revealed/

Vídeo de dos jabalíes gigantes luchando en los Montes Aberdares

https://www.researchgate.net/publication/273777048_Hylochoerus_meinertzhageni_-_Forest_Hog

Galería de fotos de la especie

https://news.nationalgeographic.com/2018/06/giant-forest-hogs-animals-uganda-pigs/

https://animaldiversity.org/accounts/Hylochoerus_meinertzhageni/#economic_importance_positive

http://www.ultimateungulate.com/artiodactyla/hylochoerus_meinertzhageni.html

http://elelur.com/mammals/giant-forest-hog.html

https://en.wikipedia.org/wiki/Giant_forest_hog


lunes, 13 de agosto de 2018

La vaquita, un cetáceo al borde de la extinción

La vaquita o marsopa del Golfo de California (Phocoena sinus) no solo es el cetáceo de menor tamaño existente, sino también el más amenazado del mundo, siempre con el permiso del baiji, que probablemente se encuentre ya extinto.

La historia de esta especie comienza el 18 de marzo de 1950, cuando un cráneo blanqueado por el sol es arrastrado hasta una playa en Punta San Felipe (Golfo de California) y recogido por el experto en cetáceos Kenneth Norris, de la Univesidad de California. En principio Norris pensó que se trataba del cráneo de un ejemplar de pequeño tamaño de la marsopa común (Phocoena phocoena). En los años posteriores fueron encontrados unos pocos cráneos más de este tipo en diversos puntos del Golfo de California. El examen detallado de estos cráneos permitió hallar diferencias morfológicas suficientes entre éstos y los especímenes de marsopa común como para considerar que nos hallábamos ante una especie diferente. En 1958, Kenneth Norris y su colega en la Universidad de Cornell William McFarland bautizaron al nuevo animal con el nombre de Phocoena sinus.

Las marsopas son un grupo de cetáceos parecidos a los delfines, pero difieren de éstos en su cuerpo más robusto, en que carecen de un pico alargado y poseen unos dientes con una forma distintiva. Como ya se ha indicado, la vaquita es el cetáceo de menor tamaño, alcanzando el macho una longitud de unos 135 cm., y la hembra alrededor de 140 cm., con un peso que ronda los 55 kilogramos. El animal muestra un color gris oscuro en el dorso, con flancos más pálidos mezclándose con el color blanco de su parte ventral. Son característicos los anillos negros alrededor de su boca y ojos. Su aleta dorsal es proporcionalmente más alta que la de otras marsopas y tiene una forma aproximadamente triangular, ligeramente curvada hacia atrás. Además, los ejemplares jóvenes pueden diferenciarse por una mancha blanca en esta aleta. Las aletas pectorales también son bastante largas en proporción a la longitud del animal. Se piensa que tanto el pequeño tamaño corporal de la vaquita como la longitud de sus aletas pueden ser adaptaciones de estos animales a las altas temperaturas que alcanzan durante el verano las aguas en las que viven, sirviéndoles para disipar el calor.

Ejemplar de vaquita marina (fuente).

Poco se sabe acerca de la biología de estos cetáceos, debido principalmente a su escaso número y a que son una especie muy tímida y elusiva. Cuando suben a la superficie para respirar no acostumbran a  hacer saltos fuera del agua y tratan de evitar las embarcaciones. Suelen vivir en pequeños grupos de animales, formados por 1 a 3 individuos, muchas veces una madre con su cría, aunque se han visto grupos de 8-10 individuos que incluso podrían juntarse con otros grupos durante breves periodos de tiempo.
Se estima que alcanzan la madurez sexual entre los 3 y los 6 años de edad. Dan a luz cada dos años, al contrario que la mayoría de las demás especies de marsopas, que se reproducen anualmente. La mayoría de partos (compuestos por una sola cría) tienen lugar en el mes de marzo, después de una gestación de 11 meses. La longevidad de estos animales es de unos 20 años, habiendo alcanzado el individuo más longevo registrado los 21 años de edad.
Las vaquitas son depredadores generalistas, alimentándose de una amplia variedad de peces teleósteos y calamares. También se han encontrado restos de cangrejos en los contenidos estomacales de algunos individuos. Al igual que otros cetáceos, estos animales producen pulsos de alta frecuencia que les ayudan tanto a cazar por ecolocalización como a comunicarse con otros miembros de su especie. Sin embargo, se piensa que también son capaces de oír sonidos emitidos por sus presas y ayudarse de ellos para darles caza. Sus principales depredadores son los grandes tiburones y las orcas.

El área de distribución de esta especie es muy reducida. Se piensa que representa una población relicta de una especie ancestral emparentada con la marsopa de Burmeister, que cruzó el ecuador desde el hemisferio sur durante el Pleistoceno (hace a lo sumo 2.5 millones de años). Los análisis genéticos también revelan su relación con la marsopa de anteojos.
Es un animal endémico de la parte más septentrional del Golfo de California (México). La zona de mayor concentración de individuos de la especie hoy en día son los alrededores del afloramiento granítico de Rocas Consag, unos 40 km. al noreste de la localidad de San Felipe, en Baja California. El área total de distribución abarca unos 3.000 kilómetros cuadrados.

Mapa de distribución de la marsopa del Golfo de California

Ningún mamífero marino ocupa un área de distribución tan poco extensa como la vaquita, un espacio equivalente a menos de una cuarta parte del área metropolitana de Los Ángeles. Por otra parte, la mayor extensión de su territorio coincide con la Reserva de la Biosfera del Golfo Superior de California y Delta del Río Colorado, uno de los ecosistemas marinos más extraordinarios del planeta, con una alta diversidad de especies de macroinvertebrados, peces, aves, reptiles marinos y mamíferos marinos.

Vaquita capturada con redes de pesca (fuente). 

La especie está declarada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con un declive poblacional que parece imparable. La abundancia histórica de esta marsopa no es conocida, pero las pruebas genéticas indican que nunca tuvo una población muy elevada. La primera estimación exhaustiva del animal se llevó a cabo en 1997, mediante un proyecto de colaboración entre México y Estados Unidos. Se muestreó todo su rango geográfico y se determinó que había un total de 567 individuos. En 2008, una nueva estimación cifró la población en 245 ejemplares, asumiendo lógicamente que no todos ellos eran adultos que pudieran contribuir a la recuperación de la especie mediante la reproducción. El número de estos animales continuó en caída libre durante los siguientes años, de tal manera que en el censo realizado en 2015, fueron contados 59 individuos, situando a la especie al borde de la extinción. Basándose en el monitoreo acústico llevado a cabo en 2015 y 2016 y en los datos de abundancia obtenidos en 2015, se estimó que en noviembre de 2016 quedaban 30 ejemplares vivos. Taylor y colaboradores (2016) han calculado una probabilidad de extinción mayor del 50% en tan sólo 10 años, lo cual representa una única generación para estos cetáceos.




La mayor amenaza para la supervivencia de la vaquita la constituyen las redes de pesca de distintos tamaños utilizadas en la zona para capturar camarones y diversas especies de peces. En un estudio realizado en 1993, basándose en los testimonios de observadores y en entrevistas con los pescadores locales, se determinó que dicho año, 78 vaquitas habían fallecido como consecuencia de su captura accidental con redes de pesca, lo cual representa un número superior a lo que sería sostenible para esta especie. Se han estudiado otros factores que potencialmente pudieran repercutir en la población de vaquitas, como la alteración de su hábitat provocada por la construcción de presas en el Río Colorado, la exposición a pesticidas u otros contaminantes y la pérdida de variabilidad genética por endogamia, pero parece que ninguna de estas variables tiene la capacidad de afectar significativamente a esta marsopa.
Las exploraciones mediante monitoreo acústico de los últimos años demuestran que la población está en rápido declive, agravado por el aumento de las embarcaciones de pesca (llamadas pangas) en la zona.

Sello postal de México con la imagen de la vaquita (fuente).

En 1997 fue creado el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), el cual ha emitido diferentes informes en los que establece recomendaciones para la protección de la especie, como la prohibición de las grandes redes de enmalle en todo el área de distribución del animal y mejorar la reglamentación pesquera en todo el norte del Golfo de California.
En diciembre de 2005 fue declarado por las autoridades mexicanas el Refugio Vaquita en la zona donde se habían producido el 80% de los avistamientos del animal hasta esa fecha. Recientemente se ha anunciado una ampliación de dicha área protegida, desde 1200 hasta más de 1800 kilómetros cuadrados.

Tanto el gobierno de México como el de Estados Unidos han incluido a la vaquita en sus listados oficiales de especies amenazadas. Además, está catalogada en el Apéndice I de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).


Más información sobre la vaquita marina:

Reportaje de Al Jazeera sobre la vaquita (en inglés)

http://www.iucnredlist.org/details/full/17028/0

http://www.arkive.org/vaquita/phocoena-sinus/

https://animaldiversity.org/accounts/Phocoena_sinus/

https://swfsc.noaa.gov/uploadedFiles/VaquitaFactSheet.Version3a.pdf

https://www.mmc.gov/priority-topics/species-of-concern/vaquita/

http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=195

http://www.pbs.org/wnet/nature/blog/featured-creature-vaquita/


Más información sobre Kenneth Norris:

https://en.wikipedia.org/wiki/Kenneth_S._Norris

https://www.nytimes.com/1998/08/23/us/kenneth-norris-95-pioneer-in-study-of-marine-mammals.html



lunes, 30 de julio de 2018

El lobo etíope, un cánido en peligro de extinción

También conocido como lobo abisinio, chacal del Semién, zorro del Semién, o caberú, el lobo etíope (Canis simensis) es la especie de cánido más amenazada del mundo, estimándose en la actualidad una población total de entre 300 y 500 individuos, con unos 200 adultos reproductores.
Las primeras noticias sobre la existencia de la especie se deben al naturalista y explorador alemán Eduard Rüppell, quien encontró al animal en 1835 en uno de sus viajes a Etiopía, por aquel entonces conocida como Abisinia. Rüppell envió un ejemplar al Museo Británico y pasaría mucho tiempo hasta que volvieron a tenerse noticias del cánido en Europa.

Ejemplar de lobo etíope (fuente)

Se trata de una especie endémica de las altiplanicies etíopes, donde vive confinada en siete sistemas montañosos aislados, entre los 3.000 y los 4.500 metros de altitud aproximadamente. Al norte del Gran Valle del Rift se le encuentra en varios sistemas montañosos, especialmente en las Montañas Simien. Al sureste del Rift africano se encuentra principalmente en las Montañas Arsi y el Parque Nacional de las Montañas Bale, donde habita la mayor población de la especie (con alrededor de 200 individuos). Viven en diferentes hábitats Afroalpinos, pero prefieren las áreas abiertas de herbáceas de escasa longitud y pastizales donde los roedores (su principal presa) son más abundantes, ya sean llanuras o zonas de pendientes suaves.

Área de distribución del lobo abisinio.

Su aspecto es similar al de un coyote, tanto en forma como en tamaño. Tiene extremidades característicamente largas y un hocico también largo y puntiagudo. El pelaje es de color rojizo o marrón anaranjado, con manchas blanquecinas en las partes inferiores del cuerpo y extremidades, la garganta, la cara y el interior de las orejas. Dos collares de color rojo ladrillo rodean el cuello. La parte terminal de la cola es de color negro. Las hembras se vuelven más amarillentas durante la época de cría y los juveniles tienen un pelaje gris carbón.
La longitud del cuerpo oscila entre 84 y 100 centímetros, con una altura en los hombros de hasta 62 centímetros y entre 11 y 20 kg de peso. Los machos son un 20% más grandes que las hembras. Los dientes son pequeños y ampliamente espaciados, lo que permite a estos animales manejar las pequeñas presas de las que se alimentan. Poseen grandes orejas que les ayudan a disipar mejor el calor.

Viven en grupos formados por entre 3 y 13 adultos, siendo animales altamente territoriales, por lo que marcan sus territorios con el olor de su orina y heces y sonidos que pueden ser escuchados a 5 kilómetros de distancia. Sin embargo, tienden a alimentarse individualmente. Existen fuertes vínculos sociales entre los miembros de un mismo grupo, que se saludan efusivamente. Los machos rara vez abandonan su grupo, pero las hembras frecuentemente buscan oportunidades de reproducción en otras manadas tratando así de evitar la consanguinidad. Dentro de un grupo, tan sólo la pareja dominante tiene derecho a reproducirse, ayudando los demás miembros al cuidado de la prole. Algunas hembras subordinadas llegan incluso a amamantar a los cachorros. Fuera de su grupo de origen todos los lobos tienen derecho a reproducirse con miembros de otros grupos.

Sello postal de Etiopía mostrando un lobo etíope (fuente).

El lobo etíope es principalmente diurno, aunque puede tener más actividad crepuscular o nocturna en caso de verse amenazado por la presencia humana. De hecho, el animal está siendo desplazado en parte de su rango de distribución por la presión de los cultivos agrícolas. Como ya se ha apuntado, sus presas favoritas son los roedores, especialmente la rata topo gigante (Tachyoryctes macrocephalus), que compone hasta un 40% de su dieta. También se alimenta de liebres y carroña. Prefieren cazar en solitario presas de pequeño tamaño y en raras ocasiones se les ve juntarse en grupo para dar caza a cabras domésticas o pequeños antílopes.
Se ha observado un curioso comportamiento en relación con la alimentación de estos animales. Un estudio de campo ha descubierto que los lobos etíopes han acostumbrado a las manadas de gelada (Theropitecus gelada) a su presencia, dejando pasar la oportunidad de capturar a los juveniles de estos parientes cercanos de los babuinos con el fin de ser más eficientes en la caza de roedores. Los gelada viven en grandes manadas de 200 a 1.000 animales y se alimentan de plantas herbáceas. Los investigadores vieron que la probabilidad de éxito de los lobos que cazaban "infiltrados" entre las manadas de monos se incrementaba notablemente, desde un 25% de intentos con éxito en los lobos que cazan por su cuenta, hasta un 66.7% de casos exitosos en los lobos que cazan dentro de las manadas de geladas. Se piensa que de alguna manera la presencia de la manada de monos facilitaría el encuentro de los lobos con los roedores, ya sea por el efecto de los gelada sobre la vegetación, que provocaría la salida de los roedores de sus madrigueras, o bien porque los monos crean una interferencia visual y sonora que hace más difícil para los roedores detectar a sus depredadores.


Son varias las amenazas que se ciernen sobre una ya de por sí diezmada especie. La pérdida de su hábitat natural relacionada con una agricultura de subsistencia está provocando que el lobo etíope se vea obligado a migrar a zonas cada vez más elevadas. La presencia de explotaciones ganaderas y la construcción de carreteras también contribuyen a la destrucción de su hábitat.
Otra de las amenazas para la especie es la hibridación con los perros domésticos, que pone en peligro su integridad genética.
En el pasado eran perseguidos por los ganaderos, que consideraban a estos animales una especie peligrosa para el ganado. Hoy en día no hay muchos problemas en este sentido, ya que en muy pocas ocasiones atacan a los animales domésticos.
Por último, hay que recalcar el peligro que tienen para estos lobos enfermedades como la rabia. El profesor de la Universidad de Oxford Claudio Sillero y su equipo del "Ethiopian Wolf Project" han identificado cuatro brotes principales de rabia en los Montes Bale, donde vive la mayor población del animal: en 1991, en 2003, en 2008 y en 2014. Con cada uno de estos brotes la población sufrió un declive de hasta el 75%. Debido a las dificultades que presentaba el uso de una vacuna de la rabia inyectable en los lobos, los investigadores comenzaron a experimentar con una vacuna oral, impregnando carne e intestinos de cabra que serían ingeridos por los animales. Comprobaron que el 86% de los lobos que ingirieron la vacuna resultaron eficazmente inmunizados contra esta enfermedad vírica. Además se ha llevado a cabo una campaña de vacunación y esterilización de los perros domésticos y sus híbridos en la zona de los Montes Bale.

Por todas estas razones, el lobo etíope está catalogado como especie en peligro de extinción por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). La especie cuenta con una total protección por parte de las autoridades etíopes desde 1974. Matar a uno de estos animales puede suponer una condena superior a dos años de cárcel. Actualmente está en marcha en Etiopía el Programa de Conservación del Lobo Etíope, bajo la dirección del profesor Claudio Sillero, Jorgelina Marino y Eric Bedin.


Más información sobre el lobo etíope:

Vídeo sobre el programa de conservación explicado por sus directores

http://www.iucnredlist.org/details/full/3748/0

http://www.arkive.org/ethiopian-wolf/canis-simensis/

http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000216&titulo=Lobo_etiope_(Canis_simensis)

https://es.wikipedia.org/wiki/Canis_simensis

https://www.loboswiki.com/lobo-etiope

https://www.wolfworlds.com/es/lobo-etiope/

https://www.sciencedaily.com/releases/2015/06/150622085224.htm

https://www.ecured.cu/Lobo_et%C3%ADope

https://animaldiversity.org/accounts/Canis_simensis/



domingo, 8 de julio de 2018

El dingiso, reciente descubrimiento en Nueva Guinea

El dingiso (Dendrolagus mbaiso) es una especie de canguro arborícola que permaneció oculta para la ciencia nada menos que hasta 1994. Se trata de un animal endémico de la isla de Nueva Guinea, en la que habita las Montañas Sudirman, cadena montañosa perteneciente a la provincia indonesia de Papúa (antigua Irian Jaya). Quizás la principal razón del descubrimiento tan tardío de esta especie sea lo impenetrable de su hábitat: densos bosques en las montañas (entre 2.700 y 3.500 metros de altitud), frecuentemente envueltos en una espesa niebla, condiciones que disuadieron durante mucho tiempo a las expediciones occidentales a aventurarse en dichos territorios. Difíciles condiciones a las que hay que sumar la prohibición a equipos científicos extranjeros de explorar la provincia en detalle por parte de las autoridades indonesias hasta tiempos bastante recientes.

El dingiso es un animal con una longitud del cuerpo aproximadamente entre 50 y 80 cm., provisto de una larga cola de la que se sirve para escalar y agarrarse cuando salta de árbol en árbol. Sus extremidades traseras están bien desarrolladas y las plantas de los pies, poseen almohadillas cubiertas por una piel rugosa que, junto con las uñas curvadas, proporcionan un buen agarre en los troncos y ramas de los árboles. Su pelaje tiene un característico color negro con marcas blancas en abdomen, pecho y cara. Aunque primariamente habitan los árboles, también se sienten cómodos en el suelo del bosque, en el que se mueven mediante pequeños saltos. Se sabe que son activos tanto durante el día como durante la noche, alimentándose de hojas y frutos. Al igual que otros canguros, dan a luz a crías diminutas y muy poco desarrolladas, las cuales trepan por el pelaje de su madre hasta introducirse en la bolsa, donde permanecerán nutriéndose de leche varios meses en un entorno protector, ya que por ejemplo son incapaces de regular su temperatura corporal.

Imagen relacionada
Ejemplar de dingiso. (fuente).

 La historia del dingiso comienza en 1990, cuando, en su visita a las Montañas Sudirman, el fotógrafo de vida salvaje Gerald Cubitt, se encontró con un cazador de la tribu Dani, quien quiso venderle un joven ejemplar de canguro arborícola. Gerald no aceptó la oferta, pero tomó varias fotos del animal. Cuando regresó al Reino Unido y trató de identificar al animal, no logró relacionarlo con ninguna especie conocida.
Aquel mismo año, el hueso mandibular de un animal desconocido fue entregado por miembros de la tribu Lani al zoólogo Tim Flannery, quien más tarde sería director del Museo de Australia del Sur, en su visita a las Montañas Sudirman. Flannery no logró identificar la especie a la que pertenecía. En aquel mismo viaje, el zoólogo australiano adquirió un sombrero de la tribu Lani cubierto por un pelaje negro con manchas blancas.
Flannery quedó intrigado por aquellos restos de un animal desconocido, así como por las fotos tomadas por Cubitt, hasta que en la primavera de 1994 tuvo la oportunidad de viajar de nuevo a las Montañas Sudirman, gracias a una invitación para hablar sobre vida salvaje a los habitantes de una localidad llamada Tembagapura. Cuando llegó, lo primero que hizo fue mostrar las fotos del misterioso animal a miembros de las tribus locales Moni y Dani, preguntándoles si conocían aquella criatura, a lo cual ellos respondieron afirmativamente. Los Dani llamaban al animal nemenaki y lo cazaban por su carne. Los Moni se referían a él como dingiso, término que significa "gran animal de caza negro" y nunca lo cazaban, pues era importante dentro de sus creencias, ya que según ellos era el ancestro del que derivaba su pueblo. 
Provisto de esta información, lo que ahora deseaba Flannery era encontrar un ejemplar vivo de lo que parecía evidente que era una especie en aquel momento desconocida por la ciencia occidental. Por ello, salió en expedición junto a miembros de las tribus locales a tratar de localizar algún ejemplar. Tras varios intentos fallidos, finalmente, a finales de Mayo, un cazador Dani del equipo de Flannery, encontró varios trozos del pelaje y los huesos de dos ejemplares que habían sido devorados por algún depredador. Pocos días después, otro cazador Dani retornó al campamento con un dingiso muerto en sus hombros.
 A finales de Octubre de aquel mismo año (1994), Flannery tuvo la ocasión de contemplar su primer ejemplar vivo del animal en la localidad de Tembagapura, cuando un joven macho fue descubierto escondido en una caseta de maquinaria de una mina abandonada. Flannery filmó al animal y después lo liberó de nuevo en el bosque. 

Miembro de una tribu de Nueva Guinea con un dingiso a hombros (fuente).

En 1995, Flannery describió formalmente la especie bautizándola con el nombre científico de Dendrolagus mbaiso, que significa "el canguro arborícola prohibido", haciendo referencia al rechazo de los Moni a cazar esta especie debido a sus creencias. En esta descripción también participaron Boeadi Bapak, biólogo indonesio del Museo de Zoología de Bogor y Alexandra Szalay, antropóloga de la Universidad de Sidney, quienes fueron los acompañantes de Flannery el año precedente en su búsqueda del dingiso.

El dingiso está clasificado desde 2010 como especie en peligro de extinción por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Se piensa que su población ha sufrido un declive mayor del 50% durante los últimos 30 años debido a las actividades humanas (agricultura y caza). El cambio climático también está relacionado con el retroceso de la especie, ya que está propiciando diferentes prácticas agrícolas en el territorio de estos animales. Hay grandes diferencias en la densidad de población de esta especie a lo largo de su territorio. Es un animal común en la parte occidental de las Montañas Sudirman, donde habita la tribu Moni. En esta zona también se aprecia un nivel de confianza mucho mayor del dingiso hacia los humanos, permitiendo incluso ser cogido en brazos. Es en la parte oriental del sistema montañoso donde las poblaciones de la especie están sufriendo un mayor declive, ya que en esta zona el animal no es respetado por las creencias tradicionales de las tribus locales, como los Dani. Además se observa que en estos lugares el dingiso es mucho más tímido y huidizo.


Actualmente, no se está llevando a cabo ninguna medida de conservación específica para el dingiso. Sin embargo, organizaciones conservacionistas como WWF, trabajan en la protección de la fauna de Nueva Guinea promoviendo un uso responsable de los recursos forestales y tratando de ayudar a los gobiernos locales en una mejora de la gestión de las áreas protegidas, ya que las autoridades indonesias no cuentan con recursos suficientes para hacer frente a los problemas que presenta la conservación de la naturaleza.


Más información sobre el dingiso:









Más información sobre Tim Flannery: